CONCEPTUALIZAR LA VIDA
Un nuevo rostro para nuestra sección y no uno cualquiera. EUGENIO RECUENCO, uno de los fotógrafos más reconocidos internacionalmente, nos ofrece su visión de la fotografía bajo un proyecto que expone en el CEART de Fuenlabrada: 365º Un gran trabajo tras la cámara, artísticamente impactante, donde además ha exprimido la idea de una fotografía (la número 366) con un móvil de Huawei (P20Pro). Todo ello nos sirvió para reunirnos una tarde de viernes con el artista que ha creado portadas para un grupo como Rammstein. Una charla sumamente interesante en su estudio de Madrid, entendiendo su idea y concepto del trabajo, de cómo los móviles han cambiado nuestra forma de ver la vida, nunca mejor dicho, y del mundo de la fotografía. Pura filosofía de vida de la que tomar nota.
¿Quién es Eugenio Recuenco ahora y en qué ha cambiado desde que comenzaste?
Pues no he cambiado en nada, si la ilusión que para mi es lo más importante, sigue ahí. En lo que he cambiado es en que he aprendido cosas en este camino pero las ganas siguen intactas por lo que la cosa sigue en el mismo lugar. Al principio piensas que sabes mucho pero sabiendo que te quedaba mucho tiempo y ahora tienes conocimientos pero sabedor de las cosas que hay aún por aprender. A lo mejor me estoy haciendo viejo (risas), me quedaría con que tengo la misma ilusión pero menos ingenuidad.
Tu trabajo con la exposición 365 ¿es lo más ambicioso que has hecho?
No diría que ambicioso porque al final no hay un proyecto más o menos ambicioso, si los hago es porque son necesarios. Te diría que este trabajo es más largo pero porque el proyecto lo requería, pero no mejor o peor porque haya costado más o menos, es el valor en sí mismo, independientemente. Se habla mucho de los 8 años que ha llevado, pero la gente cuando entra en el CEART se olvida de eso. Es el proyecto más personal, eso sí.
En la actualidad, ¿qué es un fotógrafo sin Photoshop?
Pues es un fotógrafo al que le faltan parte de sus herramientas. Nos lo hemos pasado muy bien haciendo todo lo que ves en el proyecto, no hay nada en Photoshop pero hemos usado mucho el programa, y además, si lo hubiera utilizado en uno u otro sentido sería válido si ha funcionado para el proyecto. Llevamos mucho tiempo intentando valorar si la utilización de la técnica condiciona o no la imagen final. Lo que tenemos que ver es el resultado, si gusta o no, esté hecho en analógico o en digital, se haya utilizado más o menos un programa.
Sí se ha criticado, a veces desde las propias actrices, que se haya utilizado la herramienta para quitar o poner.
Eso es tergiversar la imagen y utilizar una herramienta pero para otras cosas. Yo utilizo todos los días los cuchillos para cocinar y podría utilizarlos para matar, pues es lo mismo, puedes utilizar todos los días bien la herramienta pero te puedes pasar. Primero tienes que preguntar al artista lo que vas a hacer con esa imagen, y si está de acuerdo o no, y por otra, que a veces se hacen cosas a un volumen incluso que es feo, que no queda bonito y no mejora la imagen.
Como usuarios, quizás hacemos todos los días demasiadas fotos, perdiendo un poco el contacto con la realidad.
Sí, estamos muy pendientes del móvil y de hacer fotos. Nos hemos convertido en reporteros de nuestra vida en vez de espectadores de los sentimientos. Luego se lo enseñas a alguien y te das cuenta que lo que ves no es lo que has sentido de verdad y que por eso mismo, tampoco sentiste todo al 100% por estar haciendo las fotos.
Hay cierto afán de retratar todos los momentos, primero vívelos y si te queda tiempo, los reflejas. Yo me acuerdo cuando antaño iba de vacaciones gastaba 4 rollos de 36, si ibas de turista a una ciudad por ejemplo. en un museo descubrías las obras y después cogías un punto y te hacías dos fotos y te ibas. Ahora vas disparando a todo, valga más o menos, aunque no haya interés porque se tiran fotos y perdemos la vida en hacerlas y perdemos otra vida en borrarlas. Nos acordamos menos de las cosas por ello.
¿Nos han cambiado la vida los móviles a la hora de ver el mundo?
Sí, es algo que ha pasado. Todo es mucho más rápido, nos han quitado parte de nuestro mundo para pasar más información a los demás, restándonos un poco del nuestro propio. Pero bueno, qué vas a hacer, tampoco es cuestión de ir en contra. Pienso que tiene más cosas positivas que negativas.
Vienen nuevos móviles donde las compañías tecnológicas apuestan por las cámaras como buque insignia de sus terminales. Hay margen de mejora y, que haya más o menos cámaras en el mismo móvil, ¿lo hace mejor?
Pues la cantidad de cámaras de un móvil lo que intenta es simularte una deficiencia física que tiene el teléfono, que es el tamaño. No poder tener una lente mayor porque requeriría ser mucho más grande, están luchando por parecerse a una réflex. Irán perfeccionándolo pero se ha llegado a lo máximo en la imagen, ven más las cámaras que nuestros ojos incluso. Al final son detalles técnicos.
Siempre digo una cosa a los directores técnicos, la perfección técnica de un plano no me puede impedir tenerlo. Que esto se quiera parecer otra cosa bien, pero al final lo importante es la imagen que presentas. No debemos perdernos en los detalles técnicos porque matan el alma, la pelea por la técnica para nada. Los teléfonos tienen cientos de funciones más de las que usamos.
La fotografía 366 que hiciste con HuaweiP20Pro contó con una lona de 5000 metros cuadrados en el edificio Plaza España de Madrid. Cuesta creer que fuera una foto realizada con un teléfono.
Es una foto realizada con ese móvil en sí, al máximo de resolución pero desechando un 30% de pantalla. Todas las fotos están hechas con la Hasselblad que me da 22 millones de megapíxeles y el móvil me daba 40. Luego cambia un poco la calidad pero es sin duda muy buena. Lo único que al tener más angular el móvil nos tuvimos que ir más cerca y lo que hice fue ponerlo en horizontal para que las aberraciones se fueran para los lados y quedase con la misma sensación que tenía con la cámara. Por lo cual a izquierda y derecha es una foto horizontal aunque parece vertical y desechamos entre 30% o 40% y la hicimos en una toma y perfecto.
¿Qué ocurre? jugué con una pequeña trampa que no sé si decirla (risas) pero me di cuenta después, la profundidad de campo que me mostraba teléfono era la misma que mostraba mi cámara, no tenía un paisaje al fondo que en esa lucha por desenfocar vería las diferencias, aquí estaba funcionando igual por la pequeña profundidad y quedó igual que en la cámara, incluso me da la sensación de que tiene más nitidez, pero puede ser por contraste, pero vamos, lo que quiero decir es que funciona perfectamente.
¿Se puede trabajar con un móvil?
Pues hacer fotos con un móvil y puedes trabajar con un terminal si cambias la cabeza para trabajar con ello. Depende de lo que se pida. A nivel de un profesional hay que cambiar la mentalidad, pero se puede trabajar, yo de momento no estoy por cambiar porque uso siempre cámaras muy pesadas. El profesional no está acostumbrado a mirar a través de una pantalla, lo haces desde el visor, ese es un cambio brutal. En cuanto a la calidad que te da, podrías trabajar profesionalmente con ello, porque un teléfono como el HuaweiP20Pro te da mucha calidad, con muy buena definición y rapidez.
Al final en esto es un cambio de concepto. En realidad a mi me gustan las cámaras que no dan buen resultado, para exprimir bien el sensor.
Vivir de la fotografía en España, ¿es difícil?
Es igual de fácil y difícil que todo lo demás. Necesitas un porcentaje de suerte, otro de tesón y trabajo y otro de aparecer en el momento justo, que sería parte de la suerte a su vez.
A la pregunta de ¿se puede vivir? pues yo de España no vivo. Hay poca exigencia por parte de los clientes, mucha ignorancia y falta de exigencia por eso mismo. Eso hace igual a todo el mundo. El problema es mirar todo a nivel económico, muchas veces no cuesta más dinero, es saber apreciar el trabajo.
Hay falta de pasión de quien pide los trabajos porque solo ven números, quien te hace el encargo lleva números y no entiende de imagen y no es alguien directo de la marca, que podría ver de cuidar esa imagen, el otro piensa que lo que tiene que cuidar son los números y todo eso hace que no haya exigencia, no saben lo que es bueno y malo y al final ven lo que es más barato.
Se ha ampliado el plazo de la exposición 360 en el CEART de Fuenlabrada. ¿Has estado como público entre la gente?
Sí, me gusta ver la sensación del público. La instalación se adapta según el espacio y como lo he construido de tal manera no tengo la sensación que sí que vive el público al llegar de nuevas. No teniendo esa parte de sorpresa lo que sí me sorprende es el ambiente que se da en el espacio, cuando vas el fin de semana están apagadas las luces de las oficinas y coge mejor el concepto visual, creándose un murmullo entre la gente, y me da una sensación que me recuerda a las iglesias. Las fotos son impresas en tela, en unas cajas con iluminación de LED y quizás el sonido que se crea es por ello. Lo que más me llevo por redes en cuanto a feedback es que hay gente que repite, eso incluso pensando que igual Fuenlabrada estaba lejos, pero se da esa circunstancia, repiten y viniendo de muy lejos, te crea una sensación extraña pero bonita.
La idea de la foto de Huawei en el centro que vemos en la exposición en diversos fragmentos, ¿cómo se origina?
Eso surgió después a la hora de plantear el espacio y que Huawei tuviera una presencia aparte, porque había subvencionado parte de la exposición. No queríamos poner pegatinas por todos lados, buscamos un componente como se había dado en la publicidad. Se había utilizado la foto artística enseñando el terminal y queríamos que esa puesta en escena fuera igual y cuidada, donde se viera algo diferente. Esta foto se hizo una vez terminado el proyecto.
¿Cómo se plantea este año?
Estamos con una serie de televisión, esperando a que nos den el pistoletazo de salida para poder trabajar, y retomando proyectos personales que se quedaron a medias con este proyecto, como uno de fotos nocturnas.
Como fotógrafo, ¿alguna ciudad que sea especial de fotografiar a modo personal?
Te diría que no, casi las que me faltan por conocer y las que conozco muy poquito. Cuanto más conoces una ciudad más pierde la magia. La recién conocida es la que te inspira más para la foto, según la vas descubriendo. Cuando ya llevas una semana la cosa se calma y lo ves todo más normal.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas