Tras la magia creada con el grupo Idealipsticks, la artista EVA RYJLEN comenzaba su andadura en solitario siguiendo esa estela musical y gusto rockero. «Violencia posmoderna» fue un primer legado con el que seguir su propio camino, ese que nos lleva hasta ahora, cuando lanza «Onírica», una obra más libre, profunda y personal. Un trabajo que ofrece un recorrido sonoro variado y emocional, aderezando la personalidad propia de Eva, con la que hemos hablado para descubrir las vivencias de todo un año.
«Onírica», una nueva obra cocinada a fuego lento. ¿Qué se esconde tras ella?
“Onírica” es un viaje a través de muchas emociones y estados de ánimo. He intentado hacer un disco honesto y crudo, sin dejar, por ello, de ser accesible. Las doce canciones que componen “Onírica”, son totalmente diferentes y a la vez, son la misma canción. Como 12 caras de una misma moneda, o de un mismo dodecaedro, si lo prefieres.
Un disco con crowdfunding de por medio, ¿qué te lleva a esa decisión?
Nunca me había planteado esta forma de edición, pero las circunstancias, a veces, obligan. Y era poner el disco en manos del público o no publicarlo. Así que decidimos hacerlo de esta manera.
¿Cómo es grabar y lanzar un disco en pandemia?
En realidad el proceso de grabación no fue tan diferente a otros, puesto que nos encerramos durante quince días en un estudio de grabación y no salimos ni para comprar pan, así que creamos nuestro propio grupo burbuja y básicamente funcionábamos de la misma manera, pero con la peculiaridad de estar encerrados.
En cuanto al lanzamiento, lo tengo bastante reciente, así que todavía no puedo darte una opinión formada. Está claro que a estas alturas en cualquier otro momento, estaríamos ensayando compulsivamente de cara a una inminente gira, lo que, desgraciadamente, no va a suceder, y si sucede será en formatos reducidos, debido a los aforos, lo que supone no llevar a toda la banda y sabe un poco a “coitus interruptus”.
La respuesta de los «mecenas», ¿fue la esperada?
Sí, la verdad es que este disco ha salido literalmente gracias a ellos. Aunque si te digo la verdad estuvimos hasta dos semanas antes de que acabase el crowdfunding con el alma en vilo. Lo de poner la viabilidad de tu trabajo en manos del público, da mucho miedo, aunque la realidad es que tarde o temprano, son quienes deciden si puedes o no seguir haciéndolo.
Sacar un disco ahora es optar a pocos conciertos o, al menos, en un formato muy diferente, ¿cómo esperas salir a escena con gente sentada y «sin rostro»?
Tengo tantísimas ganas de tocar estas canciones en directo que creo que cuando ponga el pie en un escenario me voy a sentir la persona más afortunada del planeta, independientemente del formato y del público. Creo que nunca he valorado tanto mi profesión como ahora, y nunca he sido tan consciente de lo bien que me hace sentir.
La cultura es segura es algo que se ha demostrado tras un año complicado, ¿crees que se ha dado poca relevancia y apoyo a la industria?
Creo que las instituciones deberían tomar medidas urgentes para sacar del coma a un sector que siempre ha demostrado estar a la altura de las circunstancias.
Hasta la fecha todo lo que se ha puesto sobre la mesa son promesas que no se han traducido en acciones concretas. Mientras tanto hay muchísimas familias viviendo en la cuerda floja y dejándose la piel por seguir adelante.
La situación es tan dramática que si no se hace algo ahora, puede que después sea demasiado tarde.
En cuanto a ti, ¿en qué ha cambiado tu vida con respecto a hace un año? ¿algún cambio vital o de inspiración de por medio?
En general tanto los músicos como los actores, estamos acostumbrados a vivir en la cuerda floja, y yo, en concreto, soy una persona que es feliz con muy poco. Pero es inevitable sentirte profundamente afectado por una situación que nos ha descolocado a todos.
Si tengo que destacar algo que la pandemia me ha puesto enfrente es a darme cuenta de que no puedo tener siempre el control y a sentirme agradecida por las personas que hay en mi vida.
¿Has seguido yendo al cine, teatro o conciertos?
Sí, de hecho, ahora es más necesario que nunca para mi salud mental.
Caminar habla del paso del tiempo y ser lo que somos hoy, si te miras en el espejo, ¿estás feliz con lo que ves y en lo que te has convertido?
Con el tiempo he aprendido a ser más autoindulgente y a llevarme bien conmigo misma, y no ha sido nada fácil, así que me siento bastante orgullosa del camino recorrido.
Vivir sin festivales, tanto como artista como espectadora, ¿lo habrías imaginado si te lo dicen hace meses?
No, de hecho me gustaría cerrar los ojos y que nada de esto hubiera sucedido.
Con respecto a tu anterior trabajo, ¿qué encontramos de diferente?
‘Violencia Posmoderna’ es más continuísta con mi proyecto anterior, Idealipsticks. Creo que con ‘Onírica’ he logrado crear un espacio para mí, donde me siento libre para crear mi propio universo.
Creo que son canciones emocionantes, hay un equilibrio y mucha personalidad en cada tema, ¿qué opinas?
Ufff me cuesta muchísimo opinar sobre mí y sobre mis canciones. Creo que el éxito de una canción o de cualquier obra radica en lo que le haga sentir al espectador, o al que escucha en este caso. Si has sentido eso al escucharlas, objetivo conseguido.
¿Qué recuerdos te vienen al pensar en Idealipsticks?
Todos buenos, fue la etapa más loca y divertida de mi vida y la compartí con las personas más maravillosas que existen sobre la faz de la tierra.
Casualmente hace unos días volví a escuchar los discos que hicimos con Idealipsticks y había canciones que volvieron a sorprenderme. De hecho me encantaría volver a dar un concierto con ellos y reversionear algunos temas.
¿Casete, CD, vinilo o streaming?
Vinilo, siempre.
Un libro, un disco y una serie o película en este tiempo que te hayan marcado y un deseo final.
Libro: ‘Atrapa el pez dorado’ de David Lynch
Disco: ‘Random’ de Charly García
Serie: ‘Fleabag’ de Phoebe Waller-Bridge
Peli: ‘The green book’ de Peter Farrely
Un deseo: Más amor y empatía, en general, para todos.
Miguel Rivera