LA MÚSICA COMO LECCIÓN DE VIDA
La banda asturiana DESAKATO regresa en su mejor momento, con un disco de categoría como «La miel de las flores muertas» donde van un paso más allá en su sonido y abriendo nuevos frentes. Lo hacen en un momento particular, desde una cuarentena que, como a muchas otras bandas, les ha supuesto un giro de guión en sus planes. Por eso mismo, aprovechamos para hablar con Pablo en una videollamada en la que nos pusimos al día de cómo está viviendo el grupo el confinamiento, detalles de su nuevo trabajo y los planes a medio plazo.
Pablo, ¿cómo estás llevando estos días de confinamiento?
Creo que voy pasando por diversas fases, aunque en general lo estoy llevando bastante bien porque estoy aprovechando para aprender cosas con el ordenador. Me puse un poco de meta hacer cosas nuevas de sonido con las que no acostumbro a trabajar, investigar también, nada que ver con Desakato en composición, saliendo un poco de la zona de confort y la verdad es que estoy muy entretenido. Tengo a mi perro, lo intento sacar lo justo y necesario para que me de un poco el aire también.
Os ha pillado el disco en cuarentena, ¿os ha roto un poco los esquemas?
Sí, una promo diferente, en una época muy mala para todo esto. Lo que más rabia nos da es tener el disco en la calle y no poder presentarlo porque teníamos muchas ganas. Estábamos con ensayos muy minuciosos y es una pena, porque después de tanto curro se te para todo. Teníamos un show pensado para salir ya y con un directo muy potente, pero bueno, somos positivos y tarde o temprano saldremos y la gente igual hasta tiene más ganas que antes de todo lo sucedido.
Retrasásteis los envíos del disco del preorder por empatía con los servicios de paquetería, ¿os ha llegado feedback del público por la decisión?
Totalmente, todo el mundo lo entendió y no hemos recibido ni una sola devolución a pesar de que saben que les llegará más tarde perdiendo esa exclusividad, pero sin ningún problema. Para nosotros era lo más sensato hacia la gente de paquetería, que sigue trabajando para cosas esenciales y consideramos que el disco físico ahora mismo no lo era, porque el álbum íbamos a colgarlo igual.
¿Os planteasteis el retraso del álbum?
Sin duda, lo estuvimos pensando porque vimos que la situación era muy difícil y estábamos un poco flasheados. Al final decidimos tirar para adelante porque había mucha gente deseando escucharlo, después de los adelantos decidimos seguir.
Quizás ahora con todos en casa, ¿prestamos más atención a un disco completo?
Creo que sí, es la tónica general. Mucha gente está escuchando el disco en profundidad y nos dicen sus impresiones de todas las canciones. Por ver la parte positiva, es una época que la gente tiene más tiempo y puede escuchar con más calma el disco.
¿»La miel de las flores muertas» es un salto por parte de Desakato?
Sinceramente no lo sé, no es algo premeditado. Hemos hecho un disco que nos apetecía y en el que nuestras influencias actuales nos pueden haber llevado hasta ahí. Sí que es cierto que parece que está teniendo bastante aceptación fuera del circuito que acostumbramos a mover, pero no ha sido nada pensado. De todos modos hacemos punk rock pero llevamos ya discos sin hacer exclusivamente eso, porque tenemos muchas otras influencias y no somos sectarios en eso. Intentamos hacer buenas canciones sin pensar en el estilo, puede ser pop o metal extremo y si la canción es buena para el disco que va.
Imagino que la situación, con el disco en mano, os ha trastocado los planes del año.
Totalmente, estamos bastante preocupados también por la gente que trabaja con nosotros y su futuro, porque son unos cuantos y realmente no tenemos ninguna idea de cuándo vamos a poder volver a tocar y cuándo van a volver a trabajar. Estamos en contacto todos, viendo las cosas, y ahora lo que toca es ser responsables y pacientes, esperando a que todo pase y cuando llegue el momento de buscarnos la vida y salir a la carretera, lo haremos con más fuerza si cabe.
¿Crees que habrá más miedo a la hora de ir a ver un directo?
Todo parece indicar que la vuelta a la normalidad será paulatina y en uno o dos meses no va a serlo. Tampoco sería ético dejar entrar a 10000 personas de golpe, así que creo que nos va a tocar esperar.
Siendo músico y acostumbrado a estar más fuera que dentro, ¿se hacen más pequeñas las paredes encima de uno?
Bueno, yo soy una persona bastante tranquila, así que no necesito desfogarme mucho. Por ejemplo, mi novia es mucho más activa que yo, y veo que sufre más que yo encerrado. Mi rutina es levantarme por la mañana, hacer un poco de deporte porque tampoco lo necesito, desayuno con calma, bajo al perro, me pongo en el ordenador a currar, luego toco un poco la guitarra, leo… hablo mucho con mis amigos y esto último, es de lo más positivo, porque estoy en contacto mucho más que antes, porque estaba en un bucle estudio-casa, y ahora hago videollamadas todos los días, me tomo una cerveza y en ese sentido está de puta madre.
Habéis currado con Manuel Cabezalí, ¿cómo surge trabajar con él, quizás por Havalina?
Nosotros somos amantes de Havalina desde el principio, tanto en canciones como música, dualidad de sonidos extremos y oníricos, con muchos paisajes y de pronto entra la cera. Creo que Manuel maneja muy bien todo eso, y nosotros de alguna forma, aunque diferente, también tenemos esas dos vertientes, y pensamos que podía funcionar de productor. Además, buscamos a alguien que también admires, y Manuel cumplía ese requisito. Además, sus últimas producciones como la de Rufus T. Firefly nos flipan, y si escuchas un disco con esa calidad y a un nivel tan alto te lleva a pensar en él. Todo ha sido muy fácil, con referentes comunes musicales mientras trabajábamos, llevándonos a lugares que siempre nos molaban. Estamos muy agradecidos y contentos por el disco que hemos logrado juntos.
¿Notáis la evolución en vuestro sonido y producción en todos estos años?
Claramente. Nosotros nos planteamos al principio esto de la música como un aprendizaje continuo, por eso seguimos aquí. Hubo momentos muy difíciles, donde trabajábamos muchísimo, por encima de las posibilidades del mismo, siempre nos lo tomamos muy en serio, aprendiendo concierto a concierto, disco a disco, investigando y todo esa filosofía nos ha llevado a cambios continuos, no radicales pero sí en este caso junto a Manuel donde es más patente, un salto doble.
¿Se vive de manera diferente conciertos como la doble noche en La Riviera de Madrid?
Sí, es un poco extraño. Te vas quitando ese cosquilleo porque entras en un bucle de conciertos pero en este caso era diferente. Me pasó también en Oviedo, el día de las fiestas grandes de San Mateo, que tocábamos en la plaza de la catedral, sabiendo que estaba toda la familia, los colegas, gente que te ha seguido siempre con ilusión. Esos días los vivimos muy intenso, pero se pasa en los primeros cuatro minutos de concierto.
Cuando podamos salir, ¿cómo te lo tomarás?
Pues aunque te dije que soy una persona tranquila, el día que pueda salir con los colegas creo que no dejaremos al tío del bar cerrar en todo el día, haciendo oídos sordos al horario.