TALENTO DRAMÁTICO
Como si los años no pasaran por ellos HAMLET deciden hacer uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. «Berlín» es la demostración del talento puro, de las ganas y el esfuerzo por seguir creciendo musicalmente, innovando, recuperando la esencia de otros tiempos mezcladas con lo más actual y llenando de fuerza y dramatismo unos magníficos temas. De su directo sobran palabras, solidez y fuerza como del que comienza con veinte años. En estas se encuentra una banda que merece ser el destacado del mes dentro de nuestros #EncuentrosLG. Y la sinceridad de Molly y Luís siempre patente. Un «monstruo» musical intacto.
En los tiempos que corren ¿puede ser “Jodido facha” nuevamente un hit?
Luís: Siempre ha sido un hit single, en los tiempos que corren, los que han corrido y siguen corriendo. Es una canción atemporal por eso mismo, porque todo vuelve y nada cambia que es lo peor. Parece que cambia algo pero muy poco y siempre prevalece el jodido facha, y entonces hay que seguir tocando.
¿Qué tal ha sido el feedback con «Berlín» en sus primeros días?
Molly: Fenomenal. “La ira” nos dio pie a lo que iba a pasar con «Berlín». El disco anterior tuvo un feedback muy grande, pero ahora está llegando a gente no tan afín quizás a nosotros pero entrando por los cuatro costados.
Luís: Incluso gente que había perdido la pista de la banda, es algo que sinceramente, nos está sorprendiendo para bien.
Habéis evolucionado pero también recogido cosas del pasado en vuestro sonido.
Luís: Puede ser. En ese aspecto más que fijarnos en lo que habíamos hecho o no, siempre decimos lo mismo. Nuestro anterior disco era muy agresivo, pero incluso éste es más aún en muchas canciones, pero tiene un contraste que no tenía “La ira”. Para diferenciar y marcar otro camino nos apetecía recuperar esas partes melódicas, esos ambientes y pasajes instrumentales más complejos. Con “Syberia” demostramos que esos recorridos melódicos se nos daban bien y sabíamos hacerlos. Siempre nos ha gustado esa vertiente nuestra.
El seguidor de Hamlet quizás no sabe lo que va a encontrar en cada disco.
Molly: Sí, en parte es así. Creo que se lo hemos puesto así casi siempre y lo han cogido como norma, y eso está de puta madre, crear esas expectativas y que funcione.
Es algo que pasó con “Syberia”.
Luís: Sí, pero con ese disco costó al principio. Ojalá que el feedback que tuvo ese álbum con el tiempo lo hubiera tenido cuando salió. Se cogió con cuidado, y con críticas comerciales, de que si habíamos cambiado, pero luego esos se convirtieron en fans de “Syberia” misteriosamente. Fuimos al riesgo absoluto en cualquier caso y nos ha valido para que los pasajes que hay en “Berlín” estén tan cuidados.
Molly: Fue un disco que llegó cuando tuvo que llegar. Yo siempre digo que “Syberia” nos encontró a nosotros. Lo recordaremos siempre como un momento especial por la situación y se nos apareció ante nosotros, porque si hubiéramos querido hacerlo así no nos hubiera salido ese álbum en la vida.
No suelo preguntar sobre los títulos pero, ¿por qué Berlín?
Luís: El rollo de “Berlín” era buscar un lugar para poner las sensaciones que teníamos con el disco. “La ira” nos vino bien porque era un álbum rabioso, salió de forma sencilla. “Syberia” también, porque era un disco muy frío, triste, y eso nos llevaba a un lugar así. Y “Berlín” nos da el juego que dan las canciones, crudeza y dramatismo.
¿Se vive bien, mal o regular haciendo metal?
Luís: Nosotros nos mantenemos. Hay veces que estás mejor o peor pero hay que trabajar mucho, como dice el tema “Insiste, repite, persiste” hay temporadas, claro está. Eso no ha sido un ratito y tal, la constancia y el trabajo nos ha llevado a esto.
Molly: Creo que elegiríamos esta fórmula una y mil vidas más.
Haciendo este tipo de música, ¿es imposible llenar pabellones a nivel nacional?
Luís: Si tuviéramos la difusión que otra música tiene en muchos medios, la cosa sería diferente. Hay prensa que solo apuesta por la misma música siempre, pero si se apoyara con la misma difusión que otros estilos el metal, llenarían igual porque hay muy buenos grupos.
No tenemos difusión masiva a nivel de medios, y estamos super agradecidos a los que hay, pero hay radios generalistas y televisiones que apuestan siempre por lo mismo en sus informativos. No lo critico, pero falta ese hueco desde que empezamos nosotros, dos pasos o tres más para salir del underground en el que estamos cómodos, pero sobre tu pregunta, para llenar a esos niveles ha de haber algo más, que por ti mismo, es imposible llegar a más.
Molly, con los años, ¿se resiente la voz?
Molly: Afortunadamente he llegado bien hasta donde estoy, espero seguir así. No tiene mucho secreto, a día de hoy me encuentro bien, es más, creo que he crecido vocalmente, mejorado en ciertos aspectos. Perder no he notado, espero decírtelo a los 80 o 90 años, pero a día de hoy pretendo seguir avanzando. Y físicamente muy bien, con nuestros achaques claro (risas). También es verdad que nos cuidamos y si la música es parte vital de mi vida, el deporte ni te cuento. Queremos ofrecer lo mejor a los seguidores.
Hay gente que se basa a veces en las redes sociales para medir el éxito de un grupo.
Luís: El que esté pensando en eso está equivocado, porque las redes sociales y sus seguidores no llenan salas. Cuando las cosas no son reales, donde se compran seguidores y cosas así vienen las hostias. Conozco grupos que o no tienen o se las han creado recientemente y les va de puta madre. Al grupo lo que hay que hacer para bien o mal, es que si tienes interés, le hagas un seguimiento.
El 28 de diciembre estaréis en acústico en el Teatro Cofidís de Madrid, un formato muy diferente para vosotros.
Molly: Sí bueno, el pie fue la presentación el año pasado de Download en la Fnac de Callao, donde hicimos por primera vez algo en acústico. Nos gustó mucho, cómo quedaron las canciones y el público lo ha pedido. Llevamos un set especial que se prestan más a ello porque hay otras que no quedarían bien.
Hay mucho interés y pensamos que un día podíamos hacer esto y ahora es el momento.
¿Cómo afrontáis un concierto con la gente sentada?
Luís: Hay que acostumbrarse, porque hay mucho silencio y es muy diferente a lo eléctrico. Hay que pensar que estás en un acústico, hay que entenderlo y la gente está en completo silencio, pero cuando acaban las canciones es muy impresionante. Requiere mucha más concentración de lo que parece, sudas más porque es todo mucho más desnudo y limpio. Hay que ser muy minimalista, milimétrico y detallista. Es un reto.
¿Es un éxito estar aquí después de doce discos?
Molly: Puff, totalmente. En el fondo Luís y yo lo sabíamos, lo tienes dentro, desde el principio ambos creímos en esto por dentro y son doce discos como pueden ser 22. Luego el camino te va dando paradas o no pero por nosotros lo teníamos claro.
Luís: Hay momentos mejores y peores, y las situaciones que te rodean también influyen. Ha habido épocas malas porque la situación ha sido negativa en general y eso afecta a todo. Nosotros hemos sido constantes sin dejarlo en ningún momento o buscar giros o parones para giras de despedidas o trucos. Nosotros nos hemos mantenido gracias a cosas como “Berlín”, haciendo discos en los que se ve el esfuerzo y todo eso es lo que vale, gustes más o menos pero no hacer cosas por hacer.
Miguel Rivera