Las guitarras y la evolución musical marcan el camino de «Entre amores y errores», segundo disco de unos Karavana que crecen en la escena independiente. Pasamos de la resaca de la noche al brillo del día, ese que dibuja unas canciones llenas de punch, ritmo y experimentación.
Hay muchas influencias del sonido internacional y también un sello propio en la forma de interpretar. No tuvieron miedo a experimentar también en la autoproducción, resultado notable en el salto cualitativo, a la par que confiar en un joven productor como Aron Kobayashi, sonido neoyorkino impregnado en el resultado final del álbum.
Tienen ya una buena gira de salas, vienen de tocar en festivales y afrontan un futuro a corto plazo más que inspirador. Nos juntamos en una mañana en Madrid y, entre café y agua, abordamos este momento lleno de aciertos.
Aunque no suelo preguntar mucho por un título, creo que «Entre amores y errores» se define muy bien porque creo que ambas cosas van ligadas la una de la otra.
Gonzalo: Sí, muchas cosas de las que se consideran amor en realidad son errores, amores hay pocos y errores hay muchos.
Emilio: Si un amor te sale mal es un error garrafal y a su vez un error te puede llevar a un amor, está conectado.
Luis: Si dejas que pase suficiente tiempo todo es un error (risas).
¿Hay más desamor o amor en vuestras vidas?
Gonzalo: Si es desde el aspecto romántico hay más desamores, al menos en mi vida. Más desamores seguro porque sencillamente pareja estable solo he tenido una, y líos varios, así que desamores muchos, he sido un poco cabroncete, porque aunque no considere que lo haya sido, sí me lo han dicho.
Emilio: Por números siempre hay más desamores.
Veo una evolución musical en este segundo disco, donde hay más día que noche en las canciones.
Emilio: Sónicamente hay una evolución notable, creo que hemos avanzado bastante, intentando que suene mucho mejor. Es un disco autoproducido, todo grabado en el local y siendo muy pesados en ese sentido, cuidando cada detalle. Hemos experimentado con guitarras más distorsionadas y en cuanto a letras es verdad que es más las consecuencias de lo que era el primer disco, un recorrido que se deja ver en las canciones, donde hablamos un poco de lo que pasa en el día a día y una buena forma de cerrar el ciclo de fiesta. Ahora empiezan las clases de cerámica (risas).
Luis: Hemos intentado coger sonidos particulares, más extraños que lo típico de banda de guitarras, bajo y batería, siendo muy fieles a lo que queríamos en directo.
¿Contentos con estos tres años de la banda? ¿Os veías donde estáis?
Gonzalo: Sí, si te soy sincero sí me veía donde estamos ahora, y creo también que no estamos aun donde me he imaginado donde quiero estar. Estamos haciendo el camino sabiendo que podría haber ido mucho peor, y nos lo decimos mucho a nosotros, saber valorar lo que tenemos y la suerte como banda.
Se ha notado mucho este año con respecto a cuando salimos con la pandemia que éramos unos niñatos que casi no sabíamos tocar y lo hacíamos en sesiones vermú del pueblo. Ahora saltamos a hacerlo en La Riviera ante muchas más personas. Lo tenemos todo mucho más profesionalizado, tomándonos todo en serio y respetando este trabajo, aunque después del show nos guste tomar una cerveza o darnos una fiesta, pero sabemos que hay que dar siempre un gran show y ser conscientes también que estamos empezando.
Emilio: Estos tres años han sido de muchos cambios también, se fue un miembro, entró Luis, tocamos con un disco con momentos raros y al final creo que hemos ido para adelante y nos ha ido bien.
¿Qué tal vivís en Madrid?
Gonzalo: Es una ciudad dura pero muy acogedora, somos todos de fuera y nunca me he sentido extranjero, siempre súper bienvenido aunque sea complicada.
Emilio: Lo que se nota es que aquí todos van estresados, en Sevilla es todo lo contrario, mucho más relajado. En Madrid todo te da ansiedad y casi corres si la gente corre aunque vayas a casa a comerte un sandwich.
Luis: También te encuentras mucha gente en tu situación, yo soy de Mallorca y aquí hay mucha gente de fuera, haces un poco de piña, así como si vas a Sevilla o Palma. De fuera de Palma no hay tanta gente ni tampoco una comunidad porque allí todos tienen sus círculos y tienes que romper el muro.
Hay un tema llamado «Mismos vicios», ¿seguís teniendo los mismos?
Gonzalo: «Mismos vicios» se refiere mucho a la rutina, te mudas a Madrid, comienzas con un grupo y te juntas con amigos, al final haces lo mismo, te juntas con los mismos y vas a los mismos sitios, es el día de la marmota. A su vez te vas dando cuenta que mucha gente finge y que hay mucho interesado, que amigos hay pocos y bastante gente lo es de boquilla, todo eso es un poco lo que engloban esos vicios y la falsedad de la noche.
He visto que algunos os tachan de banda de «pijos», ¿cómo os lo tomáis?
Gonzalo: Justo el otro día nos lo dijeron de la forma más elegante y pedante posible. Para entender que nos estaba llamando eso puso una crítica de 3 sobre 10 del disco, obviamente no le gustó, y no pasa nada, porque para gustos los colores.
Emilio: Reconocemos que nos dan bastante igual las críticas y entendemos que no a todo el mundo le gustan. A mi me gusta que haya críticas porque eso es que lo han escuchado.
Luis: Rick Rubin decía que si a todo el mundo le gustas no es buena noticia. Es mejor que polarice. En el caso que dice Gonzalo no se centraba en la música, y eso es un poco cutre.
Sobre la canción «El tiempo», ¿creéis que cura?
Gonzalo: Sí, sin duda. En la canción decimos que las cosas que ocurren dejan una huella en ti pero esa marca que queda se va haciendo más pequeña con el paso del tiempo.
Emilio: Creo que lo importante es que con el tiempo aprendes a relativizar mucho más las cosas. Del tiempo y las experiencias vas aprendiendo.
Las redes sociales, ¿de qué os sirven?
Emilio: Para darnos ansiedad (risas).
Luis: No es una vocación, la verdad, pero es algo que hay que hacer.
Gonzalo: Es la manera de llegar ahora, y hay gente a la que se le da muy bien. A mi personalmente es que siempre me ha dado mucha pereza ver la vida de los demás y publicar la mía que no sé muy bien cómo se hace, aunque vaya subiendo cosas no sale de forma muy natural, pero hay que hacerlo.
¿Qué esperáis de la gira’?
Gonzalo: Pues que los conciertos funcionen muy bien, que las salas se llenen y que cuando echemos la vista atrás en un año digamos: «qué bien ha ido el disco»
Luis: Esperamos que la recompensa sea igual que el esfuerzo.