VIAJE AL PASADO
Haciendo referencia al barrio malagueño, Sixto, Jorge y Carlos, los miembros de La Trinidad, nos hacen viajar al pasado musical en su primer largo «Los edificios que se derrumban». Llama la atención escuchar reminiscencias del rock y punk de los 80 bajo estribillos contagiosos para un grupo veinteañero, unos chavales que acaban de terminar la carrera pero tienen un gran bagaje musical y referencias en su sonido. Un álbum que puede dar mucho que hablar, y eso mismo es lo que hicimos con ellos. En pleno confinamiento de puente, y con salvoconducto en mano, los tres subieron a Madrid en el día de su lanzamiento (viernes 30 octubre, Sonido Muchacho) para hablarnos de esa sensación, de su primer legado, del momento para la música y de su música, claro.
Para empezar, ¿habéis terminado ya la carrera?
Carlos: Sí, nos hemos puesto de acuerdo para terminarla al mismo tiempo.
Sixto: Hemos terminado los tres, yo particularmente en septiembre y a Jorge le queda presentar el TFG.
¿Cómo ha sido finalizarla en año de pandemia?
Carlos: A mi en realidad no me ha afectado porque tenía solo una asignatura suelta que me dio pereza en su momento y me quedaba por terminar el TFG, pero me alegro, porque por la experiencia de otros compañeros ha sido la leche de mala.
Sixto: El año ha sido desastroso y dentro de lo malo me ha venido bien para meter el empujón final al TFG. Venía de cinco años de la carrera, del grupo, de no parar, así que el confinamiento, dentro de lo que ha supuesto, no me ha venido mal «espiritualmente», donde lo que tenía pendiente era centrarme únicamente en dos asignaturas, ha sido todo una putada pero ya está. Este año iba a entrar en el máster, pero como acabé la carrera en septiembre ya no había plazas para ninguno, así que si me confinan de nuevo, no tendré obligación de por medio y trataré de buscar algún curro.
Lanzáis vuestro primer disco en tiempos de pandemia.
Carlos: Pues sí, es una putada porque lo ideal es sacar un disco y girarlo que es como de verdad se presenta y se defiende ante el público, para dar a conocer el grupo como se merece encima del escenario. Tuvimos la oportunidad de no sacarlo de momento, pero ya en mayo lo retrasamos, y hemos tenido la suerte de contar con el apoyo del sello (Sonido Muchacho) y queríamos lanzarlo ya sin más retrasos.
¿Se diluirán las ganas del oyente cuando se pueda retomar el directo?
Sixto: Yo creo que retrasarlo nos vino bien porque la composición llevó un año, fue mucho trabajo de continuo y yo personalmente me quería distanciar algo del disco, porque de tanto estar encima tenía la sensación que las canciones empezaban a perder algo de significado. Con el descanso, un par de conciertos de verano y verlo con algo más de distancia, creo que nos ha venido muy bien para lanzarlo ahora con todas las ganas. Creo que hemos escuchado el disco tranquilos y con más distancia.
Me llama la atención que siendo veinteañeros, vuestra música respire ese power pop y reminiscencias del punk y rock de los ochenta.
Carlos: Lo lógico hubiera sido hacer algo más de lo que se lleva en el siglo XXI pero aun así llevamos «toda la vida» poniendo mucho la vista atrás, con las frikadas de tus padres, y aunque escuchando música actual, hemos tirado de la retrospectiva de otras décadas. Ha sido algo natural, porque aunque estemos al día escuchamos mucha música del pasado.
Sixto: En ese sentido somos melómanos, nos gusta investigar géneros, desde el jazz de los 50 a una movida que se pueda dar ahora en la escena de Estados Unidos. Hemos leído libros musicales de otras épocas y escuchado música antigua que nos ha llevado a ello.
¿Cómo está la escena en Málaga?
Jorge: El principal problema de la escena allí es la infraestructura. En el centro de la ciudad no hay ni una sala accesible para un grupo pequeño o mediano, lo que hace muy complicado dar forma a una banda y tocar, que es el primer paso. Luego no hay una cultura musical entre la gente joven de asistir a conciertos. Es verdad que se va sumando pero no es un número significativo, llevamos varios años yendo a conciertos y viendo las mismas caras, que es de gente mucho más mayor que nosotros.
Sixto: Desde los 18 años éramos los más jóvenes en conciertos y ahora con 23 seguimos siendo los más jóvenes en las salas, no hay un relevo.
Las plataformas audiovisuales han crecido este año, puede que la gente tarde en recuperar el «nervio» de volver a moverse, de salir de casa y asistir a conciertos.
Carlos: Es muy difícil pretender saber qué ocurrirá más con una crisis así, pero también te digo que cuando el confinamiento se hablaba mucho de «saldremos mejores» que era un mensaje muy positivo que con el tiempo me ha hecho ver que no era así. Al final, nos hemos ido acostumbrando a consumir de todo desde casa, con el móvil pedimos comida, vemos películas y series, algo más pasivo. Son modelos de consumo y negocio bastante positivos en muchos aspectos pero que pueden llevar a acomodar a la gente y que diga «es que estoy más cómodo en mi casa haciendo esto aunque pueda salir». Nos acostumbramos a las cosas e, igual en el futuro cercano, el tema se mueve por ahí pero sí hay que tener en cuenta que la música en directo, en comparación con una serie o modelo audiovisual, es insustituible. Puedes ver un concierto en streaming o YouTube y puede ser genial pero nunca será igual, así que quizás se revalorice incluso más la música en vivo.
El título del disco «Los edificios que se derrumban» bien podrían significar un poco lo que hemos vivido en primavera.
Sixto: La verdad es que no lo había pensado de esa manera, pero es cierto que hay algo catastrofista como «España invertebrada» que podría llevar a pensar así, pero el título y todo estaba ya creado en febrero, así que cualquier interpretación que vaya por ahí es libre, pero oye, me parece fantástico que el álbum pueda llevar a interpretaciones. Quién podría esperarse que se recuperaría el tema «Resistiré» como himno del confinamiento.
¿Hicisteis algún concierto en la nueva normalidad? ¿cómo fue la experiencia?
Sixto: Sí, en la plaza de toros de Málaga y en Almería. La sensación al salir es que de alguna manera te «desinflas» un poco por la situación, porque estás a medio gas, tanto tu como el público, que no puede moverse. Igual de haber dado más conciertos podríamos haber testeado mejor pero está claro que si sale una gira así, la cerramos porque te puede gustar más o menos el formato, pero es también parte de nuestro trabajo y habrá gente que quiera escucharlo en directo y no puedes fallarles. Habrá bandas que puedan permitirse el privilegio de poder decir que no en estas circunstancias y lo comprendo, pero en nuestro caso y con un primer disco habría que hacerlo.
Carlos: Haber tocado dos veces en directo en un escenario en 2020 es todo un privilegio. Las ganas eran inmensas pero también te digo, de la misma manera que teníamos muchas ganas, cuando sales la sensación es rara, con distancias, sentados, mascarillas… el impacto de ver así el público es frío, pero mejor eso que nada.
¿Qué le pedís a 2021?
Sixto: En lo musical pido poder tocar, aunque la pandemia va para largo, que se permita tocar porque en estos meses se ha demostrado que la cultura es completamente segura, que es un espacio en el que se cuida todo para evitar contagios. Vivimos en España, por suerte se pueden hacer muchas cosas en las calles.