REÍRSE CON (DE) LA VIDA
Laura Santolaya es una pamplonica dedicada a la comunicación, la innovación y la publicidad. Puede que para algunos algo desconocida pero si hablamos de su álter ego P8LADAS (Pocholadas) seguro que a muchos de vosotros os suena. Sus ilustraciones y personaje le han servido para convertirse en uno de los fenómenos que nos ofrece internet. Con un blog y varios libros ilustrados y otro por venir, mucho era de lo que queríamos hablar con ella. Nuestra sección dedicada a la cultura 👥Rostros indaga más en su vida y obra, en una charla amistosa que nos brindó la oportunidad de conocerla mucho mejor.
¿Quién es Laura Santolaya?
Pues una treintañera pamplonica que se dedica al humor gráfico y que creó un personaje hace años que es P8ladas, mi álter ego, que soy yo en el mundo digital.
Entiendo entonces que lo que no te atrevías a contar de algún modo como Laura lo empezaste a hacer como P8ladas.
Sí. Cuando me vine a vivir a Madrid empecé a trabajar en una multinacional, todo muy serio, típica empresa con traje y la verdad es que lo llevaba un poco mal. Venía de una ciudad pequeña y me encontré con Madrid y un trabajo súper absorbente y estresante. La verdad es que quería quejarme de muchas cosas que me sucedían en el trabajo pero no me atrevía a publicarlas en internet con mi nombre. Empecé entonces a escribir textos en el blog de las cosas que me sucedían de forma irónica y surgió P8ladas para cagarme en mis jefes (risas) y en lo que me ocurría por aquel entonces. Por esos momentos no estaban tan extendidas las redes y sí los blogs.
Si hubieras entrado en una empresa más «moderna» ¿hubieras publicado como Laura?
No lo sé. Yo estudié publicidad y relaciones públicas y la verdad es que cuando hablaba a mi gente del trabajo que tenía le sorprendía porque no les encajaba con lo que yo era. De no haber entrado en una empresa seria, creo que no hubiera surgido el personaje y quizás no me hubiera dado pie a crear mis historias para crear P8ladas. En una agencia o entorno más creativo quizás también lo hubiera creado, pero desde luego el impulso vino a raíz de comenzar en un entorno con el que yo no me sentía cómoda.
El hecho de usar redes, y aunque hayas creado un personaje, ¿puede llegar a afectar de algún modo en los trabajos?
Al principio no quería decir qué hacía o quién era en redes, aunque la gente de mi alrededor lo supiera. Primero porque era un personaje, no era yo misma, las decía un personaje y ahí era alguien más bestia. Pero claro, cuando dices que haces eso la gente lo asocia contigo y lo que piensas. Al principio me costaba y en un trabajo podían pensar que «perdía el tiempo» o que me dedicaba a otras cosas en vez de trabajar.
Las cosas han cambiado y a día de hoy yo creo que entrar en redes sociales es como el que sale a fumar en el trabajo. Tu no estás las 8 o 9 horas trabajando a full, porque siempre ves a alguien en algún momento en redes, lo que pasa que antes se veía de otro modo.
¿Te consideras influencer?
Es una pregunta que me resulta difícil. ¿Qué es influencer? tengo ideas encontradas. Si es tener un gran número de seguidores en internet, pues entonces sí lo soy, pero para mi un influencer lo es de veras cuando influencia en según qué tomas de decisiones. Si alguien tiene seguidores súper fieles, y la gente que le sigue le cree, pues entonces también lo es, porque está «influenciando» sobre sus seguidores. Has comentado a Dulceida, ella monetiza, porque ha creado una marca y la gente compra alrededor de lo que hace.
El tener más o menos seguidores no creo que lo sea, porque si subes fotos con diversas posturas para mi eso no lo es, y el problema radica cuando la gente joven dice «quiero ser influencer«, que niñas de 12 años quieran ser eso es un problema. Yo nunca me lo planteé, hacía algo que era dibujar y me dedicaba al diseño gráfico y de ahí me han venido los seguidores, sin pensar más allá, quería dedicarme al humor gráfico. Ser influencer ahora es un fin y debería ser un medio para que te conozcan y poder difundir tu trabajo.
A través de las redes, ¿te llegan trabajos?
Por supuesto, he hecho cosas con marcas y he ganado dinero con mis lustraciones, y podría dedicarme a eso, pero no quiero. De los libros no puedes vivir a no ser que vendas muchísimo como los grandes nombres. Es muy complicado pero todo va relacionado. Cuando publicas un libro haces promoción, sales en medios, la gente te conoce y las marcas también y te salen oportunidades gracias a tu trabajo. Te surgen encargos, se trata de gestionar tu marca.
Como red social, la que mejor te funciona es Instagram.
Sí, y me resulta curioso porque empecé porque una seguidora me lo sugirió. Tenía Facebook y Twitter pero no sabía ni qué era Instagram. Un día me dijo «mira esto, creo que puede funcionarte muy bien para lo que haces» y joder, vaya sí me funcionó bien.
¿Cuál es el secreto para que haya triunfado tanto Instagram en estos años?
Yo creo que la imagen, eso que dice «una imagen vale más que mil palabras» es cierto en este caso, lo visual y que sea una red tan sencilla. Hacer una foto y subirla, no tiene complicaciones, y luego le han ido añadiendo cosas atractivas.
¿Somos un poco «porteras»?
Pero totalmente, una barbaridad. Hemos pasado de la «egopublicación» con «acabo de comer, acabo de ir a este restaurante…» a ser voyeurs y ver lo que hacen los demás. Antes muchos publicaban un poco su vida en Facebook y ahora se dedican a ver qué hacen otros en Instagram.
¿Te piensas las cosas antes de publicar, más en este momento?
Sí, te cohíben a veces los comentarios insultantes o las amenazas, la gente se vuelve muy bestia, te desencantas un poco con las redes cuando la gente se enzarza en peleas dialécticas. Hace poco publiqué una imagen con frase de las que ves en mil sitios y un tío me dijo que había copiado a una ilustradora que yo ni la conocía. ¿Qué pasó? pues que la ilustradora colgó en sus redes sociales que yo la había copiado, en un ataque de ira, y la escribí y le dije que no era algo de su propiedad, que lo ves en cientos de sitios en internet. Que me dijera que le había copiado me jodió mucho, porque sus seguidores comenzaron a escribirme en las redes sociales, insultándome, se fue de madre, todo muy desagradable, los periodistas medio comenzaron a decir que había plagiado una imagen… resultado: corté mis redes y capé los comentarios.
Después me escribió ella diciendo que «no le había copiado» y que se le había ido un poco de madre, pero no publicó nada pidiéndome perdón en sus redes y el daño ya estaba hecho. Me jode que por una cosa así todo tu trabajo y credibilidad forjada a base de años, se ponga en duda por una cosa así, cuando he dedicado muchas horas a esto, y que sea tan fácil joderte con cosas sin contrastar… da mucho miedo. Yo pongo algo ahora así sobre alguien, y a esa persona la jodes, que puedes quedarte sin trabajo.
¿Cada cuánto haces viñetas?
Comencé a hacer una cada día, pero ahora me cuesta mucho por falta de tiempo, porque también trabajo en una agencia de comunicación. Tengo un montón de ideas pero me faltan horas y además estoy con el libro nuevo que editaré con Lunwerg en mayo de 2019.
¿Y cuánto tardas en crear una viñeta?
Depende, si es sencilla y se me ocurre un pensamiento con alguna imagen que ya tenga pues igual una hora. Dibujo en un iPad con el pen y luego lo retoco en el Mac.
¿De qué va el nuevo libro?
Buff, aún no tengo título pero sí hay una historia. Va sobre el amor en el mundo digital, ligar, citas, aplicaciones, internet, Instagram… yo nunca pensé que escribiría sobre el amor, fue una cosa que me propuso la editorial y me dije «cómo coño voy a escribir del amor si soy la mayor hater del amor» (risas). Pensaron que se me iba a dar bien y en ello estoy.
¿Te paran por la calle cuando trabajas bajo alter ego?
Sí, y bastantes veces, especialmente en Madrid, en Pamplona menos. Aquí me pasa a menudo en eventos y festivales, me paran como P8ladas, Antiinfluencer…
¿Cómo es trabajar con Lunwerg?, con quien ya editaste tu último libro «Prohibido escuchar canciones ñoñas…»
Pues es una maravilla, es muy fácil trabajar con ellos. Ya conocía el trabajo con otras editoriales y nada que ver. Me han ayudado un montón, con Javier es muy fácil hablar y me convenció desde un principio, así que encantada.
¿Te ha venido bien que se crearan stories en Instagram?
A mi me ha venido súper bien porque me ha permitido crear cosas distintas. Para mi ha sido una de las grandes cosas de esta red, permite crear cosas rápidas, historias súper chorras con cosas que me pasaban o no y publicarlas rápido. Los stories son la caña y la gente lo aprecia un montón, me funcionan mejor que las viñetas.
¿Es un poco triste que la gente más joven no haya podido vivir una época sin móvil?
Pues mira, mi libro va un poco sobre eso. Llega un momento en la vida del personaje en que le roban el móvil y tiene que aprender a vivir con un Nokia 3310 y me centro en cómo le afecta todo ello en su vida, trabajo, ligues, el día a día… creo que a día de hoy nadie saber vivir sin el móvil. No creo que sea algo malo aunque se pierde el contacto más personal, pero el móvil te permite otras formas de interacción.
El problema más que en la tecnología está en el uso que hacemos de ella, pero cuando los padres van con el niño de la mano y mirando con la otra el móvil, pues no se da un buen ejemplo. Por eso no es problema del móvil, es del uso responsable que hagamos.
¿Se ha perdido disfrutar de un concierto de verdad por el móvil?
Uff, es algo que no entiendo, se pierde la esencia. Un recuerdo que podrías tener en la cabeza siempre lo cambias por un recuerdo en el móvil que luego ni ves y lo borras. Yo por ejemplo que soy bajita me joden medio concierto con el móvil en alto (risas).
¿Alguna ilustradora que te guste, por ejemplo, Moderna de pueblo?
Sí, además es muy amiga mía aunque hace tiempo que no la veo, me ha ayudado mucho. Ella es un fenómeno, ha hecho de sus dibujos una de las marcas más potentes. Está muy pendiente además de la actualidad, se dedica a eso y siempre me dice «como marca eres la peor gestionada de la historia» (risas) pero es algo que conlleva tener otro trabajo y, afortunadamente, me gustan ambas cosas.
Dibujar es algo que haces solo y en el trabajo compartes cosas y me divierto mucho en mi curro, conozco mucha gente, hago cosas que me encantan, organizo conciertos, hago temas digitales que también me sirven para mis redes…
¿Hay cierto vértigo quizás de dedicarse solo a la ilustración y que sea un boom de unos pocos años?
Claro, también está ese miedo, no sé si dentro de diez años me va a seguir apeteciendo hacer esto. Hay veces que te encargan algún trabajo e igual no se te hace tan guay, o no me apetece tanto. Ahora con el libro sufro de cojones, porque trabajo de 9 a 18 o 19 horas de la tarde, me voy a hacer algo de deporte y me pongo a dibujar de 8 a 1 de la mañana y también los findes, y hay muchas veces que no te apetece.
¿Nos hemos vuelto locos de los «likes«?
Reconozco que nos hemos vuelto un poco adictos al like. Entiendo que haya gente que pueda sentirse obsesionada por ello, pero la obsesión por los «me gustas» te afecta a la creatividad. Porque al final te planteas si publicas el tipo de viñeta que puede gustar a tus seguidores o publicas la que a mi me apetece o me gusta. Generalmente, las que a mi más me gustan no son las que reciben más likes, y me costó entender eso.
¿Alguna vez has dicho que no a una marca?
Sí, ha habido algunas marcas que quizás creo no están orientadas a mi público, ya me pasó con una de dibujos infantiles cuando mis viñetas hablan mucho de «odiar» (risas).
¿Te sientes privilegiada?
Me siento súper privilegiada, porque yo pasé de levantarme los domingos llorando porque al día siguiente tenía que trabajar, a desear que llegara el lunes porque me lo pasaba pipa en el curro. Pero no solo en el trabajo, que entiendo que es gran parte del día a día, porque me he pasado casi diez años en un trabajo que más bien odiaba, así que ahora me siento afortunada. Pero también es verdad que todo lo que he intentado hacer en mi vida era para pasármelo bien y disfrutar. Tengo la suerte de que en mi caso, mi familia son todos unos cachondos mentales.
Alguna vez, por motivos personales, ¿te ha sido complicado el dibujar?
Sí, en su momento tuve una ruptura sentimental y lloraba mucho por lo que era muy difícil sacar adelante viñetas de humor, me pasaba el día con toda la pena del mundo convirtiéndolo en algo muy complicado.
Para cerrar, ¿cómo vives los meses previos al lanzamiento del libro?
Si cuando publique el libro sigo teniendo amigos, familia, novio… habrá merecido la pena, pero el camino hasta entonces y cómo lo vivo, está siendo muy jodido (risas).
Fotos: Arturo de Lucas