NUEVA VIDA
No todos son capaces de parar una aventura de cierta solidez tras más de diez años como ha hecho Luis Albert Segura con L.A. La banda que le dio la fama hacía un break en el camino por parte de su creador a finales del pasado año. Sin saber muy bien qué haría ni cuándo, unos meses después nos encontrábamos con su nuevo proyecto, esa carrera en solitario bajo su nombre LUIS ALBERT SEGURA y un primer disco «Amenaza tormenta». Un sentir musical más emocional y la primera aventura en castellano para este músico mallorquín que se muestra más sincero, liberado y vivo que nunca. En nuestro encuentro en las oficinas de Hook Management nos encontramos a un Luis que se ha quitado presiones de encima, especialmente de su pasado para, con tres hijos a la espalda, comenzar una historia musical con la que quiere disfrutar sin más ambición que vivirla de verdad.
El cambio de LA a esta nueva aventura es muy llamativo, con un toque mucho más emocional, ¿tenías definido ese sonido?
No, para nada. Mi idea principal era parar con L.A. desde hacía tiempo, pero no sabía qué iba a hacer. No tenía nada claro pero sí que no sé estar quieto, y el motor de toda esa movida es que se me antojó montarme un estudio en casa y eso dio rienda suelta para acabar siendo lo que es. En tres meses tenía un álbum grabado pero sin haber tenido claro nada en un principio, empecé a jugar como un niño con juguetes nuevos y salió un disco en castellano por pura inercia de dejarme llevar totalmente. El concepto, como la canción “Dejarse llevar”, es eso. Ha fluido todo como dice el disco y ver qué pasa, no tengo ni idea dónde va a acabar esto, ni cómo sonar ni si iba a ser algo, y aquí estamos.
Todo esto sucede a mediados del año pasado y quedaba otra parte de poner punto y final con la gira de L.A. sin cortar de golpe a una cosa a la que le quedaba tiempo. En estos meses empecé a grabar, probar, comprarme cosas y surgió mi nueva aventura.
Sale todo de forma natural dices, pero el hecho de comenzar en castellano ¿por qué ha sido?
Yo me noté raro, pero muchísimo menos raro de lo que podría haber sido. Empecé a probar algo en lo que no me sentía cómodo, pero no estaba haciendo un disco en castellano de L.A. quería probar cosas nuevas dándome igual todo, y con esa libertad me quité la presión y el miedo de cantar en castellano. “El cielo se rompe” fue de las primeras, probé con amigos, con mi mujer y gente cercana y gustó, no era nada impostado. Igual no tengo el mejor vocabulario ahora mismo para ello porque llevo más de dos décadas cantando y escuchando en inglés. Puede ser raro, sería raro que no fuese raro, porque no soy el Sabina de 2019 pero queda pintón y me lo creo, y si me lo creo es el primer paso para que la gente se lo crea y guste.
¿Crees que conseguirás nuevos oyentes?
Es extraño. Con los años me he dado cuenta que he de dejar de esperar a que pasen cosas, porque eso me ha llevado a situaciones de agobio y frustraciones que te llevan a una nada. Llevo diez años seguro escuchando eso de “por qué no cantas en castellano que va a venir más gente a tus shows y vas a vender más”. Me lo dijeron desde muchas discográficas y alrededores durante estos años, aunque nadie me ha presionado, pero me lo ha dicho mucha gente. Siempre me venía peña con eso, y he visto gente de carreras con músicos muy grandes a los que admiro como Paul McCartney de pasar de algo muy grande a tocar al principio para 200 personas, y no me comparo, pero sí me doy cuenta que lo importante es pasárselo bien como banda, aunque obviamente tengo una familia y hay que darla de comer. Necesitas generar beneficios porque quiero vivir de esto y no currar en algo que no me guste. Pero cuando te liberas toda esa carga de “necesito hacer esto para vender” que es una libertad necesaria, sin presión de ningún tipo, te acaba dando igual si consigues más o menos followers que con L.A. y esa es la forma para que las cosas rueden y funcionen.
Parece como si L.A. no hubiera llegado tan lejos por su calidad como podían esperar algunos.
No sé, hubo momentos en los que llenábamos una Riviera, que planteamos hacer un Palacio con muchas expectativas y presión, pero en cierto modo me supuso una losa. Cuando todo va encaminado a petarlo, un alma débil como la mía, con esa presión a dos años vista de llenar ya sea un Ring en el WiZink o un puto Palacio con 16000, no puedo funcionar, lo hago con el “ahora”, disfrutando y pasándomelo bien. Yo nunca he sido un hype, “Stop the clocks” tampoco lo fue, porque se hizo famoso cuatro putos años después del disco. No es tan sencillo, no es un A, B o C, entre ello hay muchos caminos y opciones.
Yo siempre he hecho lo que he querido, nunca nadie me ha obligado a hacer la música de una forma, aunque sí que he sentido que igual he patinado con un álbum o no lo ha sentido la gente como lo he hecho yo. Mi disco favorito es “Slnt flm” que es el trabajo más anticomercial de mi carrera pero el mejor que he hecho en mi opinión. Nunca pincharon a L.A. en la radio, no pasa nada, creo que hay un mundo fuera de las redes sociales y la comercialidad muy potente y con mucha gente que escucha música, y yo voy a eso, sea más o menos público.
Algunos de los temas del primer disco de L.A. sonaron en la película de Tres Metros Sobre el Cielo, ¿eso ayudó?
Hombre, fue sin duda un apoyo. Saber mantenerte es una cuestión delicada, pero sin duda sirvió sonar ahí, es mi canción más conocida y me he encontrado situaciones en sitios del mundo muy dispares en las que conocían la canción. El cine y YouTube son dos fórmulas potentes, porque si pones “Stop the clocks” hay millones de reproducciones, gente con lyrics videos… es una realidad que era el tema que todo el mundo conocía y te abre puertas, porque en el fondo todo es que te escuche la gente, y antes de las rrss te hacías notar por el boca a boca. A día de hoy sigo teniendo rebufo de eso, y pude renegar alguna vez dejándola de tocar pero joder, es parte de mi historia.
Te aliaste con Tidal para estrenar el vídeo de “La tierra giró».
Sí, cada vez más gente está afiliada a las plataformas de streaming, con sus radios muy bien pensadas donde yo descubro mucha gente y eso que antes renegaba de ese tipo de plataformas, pero te das cuenta de que es lo que es. Quieres vinilos, pues escucha vinilos en casa, quieres comprarte cd’s, pues cómpratelos.
Tienes tres hijos, estar en Mallorca, salir, entrar, ¿la vida del músico se compagina bien con la vida familiar?
Sí, se lleva bien. A ver, desde que nació Elliot, mi último hijo hace poco más de un año he rebajado mis salidas, paso el 92% del tiempo en casa. Las salidas tipo México 3 o 4 meses ya no las hago, porque cuando volvía me encontraba otra persona de la que dejé, porque esto pasa muy rápido. Mientras no me quede sin voz siempre haré música. Ahora estoy en un momento de mi vida que puedo permitirme tomármelo de otra forma, pienso en el estudio, en hacer nuevas cosas, un grupo de versiones que tengo en Mallorca y la farándula rebajarla, porque todo pasa muy rápido y el ver cómo crecen tus hijos luego no te lo devuelve nadie.
Es jodido ir a un trabajo que no te gusta, que es algo que le pasa a muchos músicos. ¿A qué te hubieras dedicado de no ser por la música?
Pues no tengo ni idea, la música me sacó de doblar ropa en el H&M en los probadores, es algo literal, con casi 30 años. Hasta el momento de fichar por Universal nunca fui un tipo ambicioso, grababa en casa, hacía bolos en Palma, tenía conciertos un martes en un pub, me daban de cenar, luego tocaba en un restaurante. Tenía una casa de herencia familiar, un momento cómodo en el que no tuve que sudar, aunque llevo currando desde los 16 años, en una fábrica de helados, en un bar, he montado tiendas, las he hundido… de pronto llega la llamada de una discográfica, funcionas y llevo diez años viviendo de esto.
¿Qué habría hecho de otro modo?
Pues algo que me dejara mi tiempo para la música. Luego sí me volví más ambicioso hasta mi catarsis de parar L.A. y empezar en algo completamente nuevo. No sé a los 50 años qué me pasará.
¿Qué lleva a que cambie el chip en la cabeza?
No lo sé, creo que la inercia de 10 años sin parar, de trabajar en un disco y dos años de gira y así una y otra vez, giras americanas, Europa, salir cada dos por tres, ambición por petar en Alemania, Francia… es una especie de virus ambicioso por hacer más cosas que te lleva a terminar perdiendo la perspectiva de lo que quieres. Sin renegar de la fama creo que sí debe renunciarse al éxito inmediato.
Tu mujer trabaja, ¿lleva mal que salgas de gira por el tema los niños?
Pues mira, nosotros tuvimos al último bebé y se tomó una excedencia de un año pero ella trabaja en algo que le gusta y le llena emocionalmente y llega un momento en que o extiendes la excedencia o vuelves, y pensamos que yo estoy bien como padre de familia 24 horas. Por eso ella volvió a trabajar, con un horario cómodo. Somos una familia moderna, y así funcionamos, porque a ella su trabajo le llena y lo necesita.
¿Qué se hace en Palma de Mallorca?
Pues cada vez más cosas, Palma es una mini Barcelona ahora mismo. Hay mucha gente, turismo, ya no hay incomunicación con España, ahora pides algo en Amazon y de un día para otro lo tienes, y es un curioso ejemplo pero define mucho todo. Es una ciudad muy cosmopolita, con un festival de puta madre como el Mallorca Live, es una isla donde a 15 minutos del meollo tienes la costa, la sierra de Tramontana, calas desiertas… hay de todo. Hace unos años el New York Times dijo que era el mejor lugar para vivir. Y luego tienes Menorca e Ibiza al lado.
¿Cambiarías algo de tu carrera?
Pues me siento orgulloso, pero algo que me viene a la cabeza es que creo que tendría que haber disfrutado más de muchas cosas que no hice por el ansia del que hablábamos. He estado en un tour bus en Berlín preocupado por si se vendían entradas, si vendría gente… lo veo en este momento y pienso, «si hubiera sido consciente como ahora de vivir el momento…» habría disfrutado más de poder amanecer yo que sé, en Dinamarca o Milán, y vivir eso y no estar preocupado por grabar, vender, tocar… un ansia constante que te lleva a una insatisfacción. Nos han pasado cosas geniales y en ocasiones no las he disfrutado, no he vivido el momento.
Eres de los que piensas “¿y si hubiera hecho esto hace tres años?”.
En cierto modo es tan insatisfactorio pensar ahora a toro pasado qué podría haber hecho, y en el momento de estar ahí no haber hecho lo que tendría que haber estado haciendo. ¿Por qué no cogí esa mañana y me fui a un parque a disfrutar y escribir en vez de estar metido en el bus mirando las redes sociales, a ver si tenía otro follower? Eso es lo que no quiero que vuelva a pasar, quiero disfrutar del ahora como hago hablando contigo, de leer un libro en el avión. He sacado como once discos en mi vida, no voy sobrado pero “tío, hay que disfrutar porque esto pasa en un momento y se va a la puta enseguida, así que voy a gozar de todo lo que haga”.