PROMESA CUMPLIDA
«Eternas promesas» es el decidido paso al frente de MALA REPUTACIÓN quien ha sabido evolucionar con mucha personalidad y fuerza. El resultado es un ambicioso y lúcido disco de rock, con su toque de siempre pero ofreciendo un rango vocal y diversidad más hondos de lo habitual, todo bajo gran producción. Parte de la banda, Kiko y Daviz, pasaron por Madrid a promocionarlo, momento que aprovechamos para compartir desayuno y confidencias.
Tenéis esa sensación que se ha hablado en redes y público de cambio musical en lo vocal y de sonido.
Daviz: Sí, claro lo tenemos, porque era algo premeditado y que queríamos hacer. Nos lo pedía el cuerpo así como las canciones, necesitaban sonar de esa manera. Lo que quizás no vemos tanto cambio es en lo vocal, no somos Plácido Domingo pero sabemos cantar en diversos registros, no lo habíamos hecho y nos apetecía mucho, además de acompañar muy bien a estos temas. Luego la producción ayuda, porque ha quedado muy bien y las voces muy claras. Quizás la gente no está tan acostumbrada pero era algo necesario y que nos mola.
En cuanto al single “Que la tierra” ¿teníais claro que esa frescura debía ser la carta de presentación?
Kiko: Sí, en un principio era la canción que a todo el mundo le entró. Cuando grabamos van pasando amigos por el estudio, gente cercana y vas viendo la reacción, coges opiniones y “Que la tierra” pegaba mucho. Aquí canta Juan y no es la voz principal, por eso quizás suena tan distinto, pero ahí está esa polivalencia del grupo, trabajamos los cuatro y cada uno hace muchas cosas, ¿por qué no sacar un single así?
A la hora de girar, ¿habéis notado alguna mejoría con respecto a los últimos años en posibilidades de concierto?
D: Quejas podemos tener como todos pero realmente tenemos suerte, siguen contando contigo muchos festivales a la hora de llamarte y es de agradecer, eso creo que sigue igual. En lo que respecta a las salas no ha mejorado, sigue igual, y si quieres tocar tienes que pagar bastante pasta para alquilar la sala. Si quieres lo pagas y tocas y al revés o te vas a un bar más pequeño, en ese aspecto poco más que decir.
Con poco tiempo en la calle, ¿qué impresiones y reacción habéis visto en torno a “Eternas promesas”?
K: Con el supuesto cambio sonoro que hablábamos pensábamos que nos íbamos a llevar palos porque cuando a la gente no le gusta algo tarda muy poco en decirlo, al contrario que cuando gusta. De momento nadie nos ha dicho “que mierda” y a nivel general la impresión está siendo muy positiva. Yo personalmente doy la misma importancia al que dice algo malo que bueno si es constructivo. En lo que respecta al público, por ejemplo en Jimmy Jazz de Madrid la acogida fue muy buena, y vosotros los medios también estáis valorándolo muy positivamente agradeciendo mucho el cambio.
En lo que respecta a festivales, que el cartel sea el mismo una y otra vez, ¿a qué creéis que se debe?
D: Creo que el problema lo focalizamos en los festivales y no es cosa de eso, si no del propio público. Todos queremos un cambio pero luego las salas de conciertos están vacías, los festivales llenos pero salas no. Si de veras te gusta la música ve a ver las giras de los grupos, porque el promotor llevará a bandas que tienen cabida, que saben meter gente. Si quieres un cambio cambia tu, y así empezarán las cosas a tomar un giro. Yo voy a ver bandas muy poco conocidas, y es una forma de que vayan creciendo.
En lo que respecta a Asturias, ¿qué tal está el movimiento musical?
K: Está de lujo, desde death metal pasando por metal, rock, alternativo o hardcore… hay de todo, y de una calidad increíble, gente muy buena. Hoy en día estos grupos que son de pueblos pequeños superan muchos a bandas internacionales, que meten igual a 50 personas pero que luego viene un grupo yanqui y te revienta una sala, aunque peores. Es algo extraño y triste. Fuera tienen más tirón que dentro, y da pena, hay que saber valorar lo que tenemos aquí, sin tener que mirar tanto fuera, pero en general, la escena de lujo, aunque no hay sitios decentes para tocar.
El año pasado se incrementó la venta de discos por primera vez en años, ¿qué supone?
K: Creo que hay un cambio de actitud de la gente, que se está interesando más por la música y por lo que tú, investigan que es muy importante, no se conforman con escuchar la misma canción de toda la vida. Son chavales necesarios no solo en el rock si no en todos los estilos. Creo que la cosa tiene esperanza y hay cambio.
¿Habéis notado algo en vuestras “carnes”?
D: No sabemos que volumen de ventas tenemos aunque nunca ha sido importante (risas). En la gira siempre se ve mucho el interés. Ahora casi no hay tiendas de discos y en los conciertos sí que es verdad que la cosa funciona más. Estamos más acostumbrados a eso y es bueno, porque además así la gente se anima a ambas cosas. Hace años se iba al directo pero poco más, ahora con buen merchand funcionas.
Mirando vuestra carrera, ¿cuál sería el mejor momento?
K: El mejor momento sin duda, ahora. El hecho de estar aquí sentado contigo, haber venido de mi puebliño a charlar, y tener algo debajo del brazo que presentar que encima está gustando, que te dicen que es fresco y que suena muy bien, es algo muy grato. Que se pare la gente a escuchar tu disco merece y mucho la pena. Esto vale para motivarte aún más.
¿Hay poca unión entre los músicos?
D: Buen rollo sí que hay, no es una familia pero todos nos conocemos y si no le saludas y todo genial. Aquí quizás en Madrid todo se magnifica más. Yo desde Cangas veo que los actores reivindican pero trabajan muchos aquí y viven en la ciudad. Nosotros estamos más esparcidos, a nivel musical cada uno se ve poco, te ves mucho en festivales pero yo no hablo por ejemplo con Gritando en silencio, no me escribo aunque luego pueda verles y hablar en un festival. Es complicado estar así de alejados los unos de los otros.
¿Contentos con el resultado?
D: Mucho, esa chispilla que encontramos te da la vida y te viene bien. Seguimos haciendo esto porque nos mola y si encima tienes más incentivo mejor aún.
K: Cerramos el círculo más amplio de nuestra vida.
Miguel Rivera