MARINA SALAS

A ONCE PISOS SOBRE EL SUELO

Con el teatro actualmente por bandera, no hay nada teatral cuando te juntas con una actriz de la talla de Marina Salas que, espontánea y sumamente agradable, muestra sus cartas desde el primer minuto.

Juntarnos con ella en ‘Rostros‘ ha sido un pequeño regalo, y es que se encuentra en un buen momento profesional, a pesar de las circunstancias, con recientes obras estrenadas, con película pendiente de llegar y más planes de futuro.

Una conexión y sencillez que contagian y acomodan un reportaje en el que intentar descubrir un poco más su momento, su personalidad y sus aficiones. Desde ese misma sencillez y naturalidad descubrimos que, en un año complicado, ella se siente más en paz consigo misma que nunca, y eso ayuda. Indagamos en la forma de trabajo actual, diferente por la situación pero a la que debes hacer frente para meterte en los personajes.

Como quien escribe estas líneas, reconoce que ahora es más casera, amén de los tiempos, no se considera una persona famosa y, como vemos en la cercanía, tiene los pies en el suelo. Escribir de lo suyo sería una faceta a explorar de tener que reinventarse y, además, nos hace toda una serie de recomendaciones para leer y ver, dado que como asegura, ve mucho cine.

De todo eso hablamos con el cielo de Madrid de fondo, haciendo buenos «once pisos sobre el suelo» para hablar en calma, café en mano y comodidad cercana. Con todos vosotros, Marina Salas.

Comencemos hablando de cómo te encuentras en lo laboral y personal.
A ver, ha sido un año de mierda, pero la verdad que me siento como un poco en paz, personal y vital, me siento menos en lucha conmigo misma, más tranquila y serena, más ligera podría decirse. Creo que de alguna manera he dejado de fingir, me siento más honesta e íntima conmigo misma. En un año tan duro he sentido mucho agradecimiento por estar viva, también he conectado con eso, puedo agradecer a la gente que tengo a mi alrededor, agradecer todo eso, el simple hecho de estar.

Has estado haciendo teatro, ¿cómo es venir de una forma de trabajar y encontrarte con otra manera de hacerlo por la pandemia?
Pues es complicado, lo es en audiovisual pero especialmente en teatro que es algo más físico si cabe, más del directo. Yo que he estado trabajando en teatro público, en el Matadero por ejemplo, tenías que estar con mascarilla desde que entrabas, y es difícil porque siento que los cuerpos también están de alguna manera asustados, y siento que el tipo de relación también ha cambiado mucho, para mí que el teatro es presencia pura, de estar, el cuerpo físico, es difícil de verlo en ese sentido.

¿Sientes respeto a la hora de trabajar por todo lo que conlleva la situación?
Sí, pero al final lo tienes integrado, acabas actuando y te olvidas un poco, te lo recuerdan de todos modos pero también tienes que desconectar un poco de no poder tocarte, debes acercarte a la hora de actuar para poder funcionar y cuando sucede eso es que lo estamos haciendo bien, saber que estamos creando, es algo necesario.

¿Cómo es ser una persona conocida?
Yo no me siendo una persona famosa, puedo salir a la calle perfectamente, al final todo son épocas, subes y bajas. Creo que ahora con todas las plataformas de streaming está todo muy globalizado y es otra historia. Creo que ahora no hay tanta diferencia entre un actor o actriz que sale en la tele y una estrella, ahora todo está muy mezclado, trabajo audiovisual, plataformas, redes, el día a día, estamos muy expuestos y se normaliza más las figura, nos hemos acostumbrado. Y luego ten en cuenta que yo hago mucho teatro y te pone en la tierra. Cualquier cosa que te conecte con el oficio y te haga entenderlo te ancla en el suelo, que es todo lo opuesto a la otra cara de este sector, eso te mantiene con los pies firmes.

Para mi no hay dos vidas, una personal o profesional, a muchos amigos los he conocido trabajando, también siento que hay dos formas de ver la vida, llevo años intentando entender el mundo y verlo desde ahí. El vivir separado o todo en uno, y luego otra cosa que hay que entender que es súper importante y te mantiene con los pies en la tierra, es el poner límites, y saber hasta donde quiere uno exponerse, y eso es importante cuidarlo a futuro.

¿Has cambiado mucho a través de este año en cuanto a hábitos?
Me he vuelto mucho más casera, pero también venía un poco de ese proceso, pero sí que he cambiado, me relaciono mejor en círculos más íntimos. El otro día en un pequeño cumpleaños de una amiga, en una terraza, me encontré a un reducido grupo de gente y fue un poco shock volver a relacionarte. Ahora te sientes más a gusto, recogido y seguro en la pequeña distancia, creo que eso nos ha cambiado a todos.

¿Si tuvieras que reinventarte profesionalmente?
Pues me pondría a escribir, lo estoy haciendo ahora, pero no ficción, de lo mío y creo que explotaría esa faceta. He leído mucho en estos tiempos, creo que tiene algo cercano y parecido a meditar, porque debes poner tus sentidos en eso.

La cultura, ¿es uno de los sectores más castigados?
Cualquier acto colectivo ahora es complicado de llevar adelante, y la cultura por suerte implica colectividad a no ser que te veas una película o leas un libro solo, que también, pero lo bueno es eso que forma parte del equipo y la cultura une cabezas y sensibilidades, y eso es lo bonito de todo esto. En realidad toda la sociedad y sectores se han visto afectados de una manera u otra. En Madrid hemos tenido mucha suerte de tener cosas abiertas para seguir.

De los últimos libros o películas que hayas visto, ¿qué recomendarías?
Pues ahora mismo estoy leyendo Franny y Zooey de Salinger, me quedan veinte páginas y me está gustando mucho, una novela sobre dos hermanos, me encanta como escribe él. Me he leído el de Eleanor Coppola, «Notas sobre una vida», un repaso a lo largo de veinte años en el que recopila un poco su vida. De ficción leí “Los naufragios del corazón” que me encantó, y también “Un amor” de Sara Mesa que se ha puesto de moda.

De películas veo muchas, he visto Nomadland y me ha gustado mucho «Promising Young Woman», un alegato feminista total, te la recomiendo, «Another round», de Thomas Vinterberg, y también “Justicia para todos” de Al Pacino que tenía muchas de él pendientes.

Para cerrar, ¿qué viene por delante?
Pues estrené Hache en Netflix, tengo por estrenar The Cover de Secun de la Rosa. Además, también estrené en Alicante ‘La casa de Bernarda Alba’ y haremos gira, pero con la Covid-19 se ha cambiado un poco la agenda y vendremos el año que viene al Teatro Español. Ahora se hace mucho lo de girar fuera y luego hacerlo aquí.

Entrevista: Miguel Rivera

Fotos: Arturo de Lucas

Maquillaje: Roberto Siguero