NUDOZURDO

Una de las grandes noticias del pasado año fue el regreso en firme de Nudozurdo, una de las bandas más personales de la escena independiente nacional. La formación se ha vuelto a consolidar en lo suyo y parece haber captado antiguos y nuevos oyentes, que seguro aumentan con motivo del nuevo EP «Clarividencia».

Leo Mateos hace de altavoz a nuestras preguntas para ver cómo se encuentra la banda en este momento, lo vivido en los últimos meses y la forma de afrontar lo mucho que viene.

«No te puedes rendir» es un buen consejo. ¿Os lo han dicho alguna vez o habéis sido vosotros quien lo habéis tenido que decir a alguien para tirar hacia adelante?

Ambas cosas. En cualquier caso, no es una canción de autoayuda. Creo que tiene más que ver con la incapacidad de los humanos de entender que todas las emociones son pasajeras, sobre todo las negativas que a veces parecen tan omnipresentes y pueden llegar a ocupar tanto espacio. Vivimos de las emociones y pueden parecer que son para siempre.

¿Qué tal funcionó vuestra vuelta con «Clarividencia»?

Muy buena. Había ganas de Nudozurdo y de nudozurdear.

Rescatáis un tema de esas sesiones.

Todas las canciones  son nuevas excepto «Brutalismán» que no entró en el disco porque me costaba terminar la voz. Lo resolvimos invitando a Alondra Bentley pero el resto de canciones están compuestas y grabadas después de «Clarividencia».

El sello nos pidió canciones para rematar el año y  nosotros siempre andamos con muchos bocetos e ideas. De todas formas, todavía necesito un poco de tiempo para poner este EP en algún lugar en mi cabeza. Creo que la idea es hacer 4 o 5 canciones más y que se convierta en un disco. Pero desde un punto de vista anímico me resulta más vivo y vibrante que «Clarividencia». Quizá sea producto de todo lo que nos ha pasado este año…

¿Qué lleva a una banda a parar y volver?

A parar casi todo. Las bandas estamos en un equilibrio constante. Muchas veces lo grupos se disuelven físicamente pero los vínculos con la música y los personales siguen ahí. Son como las relaciones humanas, pasan por diferentes fases. Además es muy normal tener un empacho del mundo musical propio hasta que lo acabas por echar de menos.

¿Es una banda como una relación de pareja, en la que tienes baches, discusiones y momentos muy felices con grandes recuerdos?

Exactamente. Pero tienes que añadir la casa, los niños, la hipoteca, etc.. que este caso serían tu sello, tu agencia de management, la vida personal de los integrantes, etc… son muchos factores en esta multi relación.

¿Qué resumen haces de vuestro 2024 y qué podemos esperar por vuestra parte en 2025?

Ha sido un año de muchos conciertos y de mucha intensidad. No ha podido salir mejor. No sabría por donde empezar. Sello nuevo, banda renovada, disco mezclado por Paul Corkett y un directo muy rodado. Creo que ahora mismo tenemos el mejor directo de nuestra carrera.          

De cara al futuro, estoy empezando a trabajar en canciones nuevas para Nudozurdo y para mi proyecto en solitario que no quiero dejar apartado. Hay planes para hacer cosas diferentes con la banda pero estamos todavía en la fase inicial.

¿Eres de los que se proponen cosas tras la Nochevieja?

No. Objetivos con el sello, sí. pero no hace falta que sea Fin de año.

Si en algún momento te tocara ‘El Gordo’, ¿qué harías?

Te diría que comprarme una casa en el campo y montar un estudio pero al mismo me viene esa frase de Santa Teresa de Jesús de que se vierten más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas. No sé, un poco de dinero bien, mucho, vaya usted a saber…

En «Cura de humildad» escuchamos «decorados falsos que te ayudarán a ser feliz». Si miramos a la sociedad actual y a las redes sociales, ¿crees que se «miente» mucho en lo que reflejamos muchas veces?

En las redes sociales y en la vida real. Somos mentirosos profesionales. El capitalismo lo ha entendido muy bien y explota nuestra capacidad de mostrar nuestra mejor faceta que no es sino otra manera de mentir, o de camuflarse. Puedes verlo como un manicomio de mentirosos o una fiesta de disfraces. Lo único que le pido a un mentiroso es que no sea muy pesado cuando venga a rondarme. No hay peor mentiroso que el que no se da cuenta de sus mentiras, puede ser insufrible.

nudozurdo

¿Has notado algo diferente al volver?

La relación dentro de la banda es muy parecida. La diferencia es que ahora tenemos más experiencia y hay más diferencia de edad dentro del grupo.

¿Qué tal es volver a subirse a un escenario cuando pasa tanto tiempo?

Cada uno estuvo en activo con sus proyectos personales así que no cambió mucho en ese aspecto pero sí que es verdad que los conciertos de Nudozurdo son diferentes y suceden más cosas.              

Al principio , por ejemplo, tuve la preocupación de saber si la gente iba a seguir ahí, pero la gira ha sido muy generosa y hemos comprobado que había un público nuevo joven que se acercaba a nosotros o de que se interesaba gente que nos había conocido durante nuestra ausencia. Y  sí, la vieja guardia seguía ahí. La verdad es que hemos llenado salas en un momento muy complicado.

¿Se mantienen las mismas ganas que cuando uno comienza o se transforma de algún modo en otra sensación?

Hay ganas pero también se es más exigente con el trabajo que se hace. No vale de cualquier manera. Hay mucho trabajo y sacrificio para sacar los discos adelante y quieres que todo tenga una dirección coherente.

Los años, ¿qué aportan como persona y músico?

Dolor de espalda y capacidad para cambiar de regate en la ultima estrofa. Y ponerte más en la piel de tu público, acercarte más a ellos. Los golpes duros duelen más pero sabes cómo evitarlos o amortiguarlos y, al mismo tiempo, disfrutas más con las cosas buenas y aprendes a ser menos autoexigente, aunque a veces te sorprendes demasiado vigilante. No sé, contrastes…

¿Qué tal ves la escena musical nacional actual?

No me gusta criticar por criticar pero la tabla alta no me apasiona. Veo mucha profesionalidad y menos personalidad. Echo de menos patologías y algo de locura. Es raro porque España es un país de personajes pero, curiosamente, después tendemos a avergonzarnos de nuestras rarezas a la hora de crear. Por suerte, hay otros grupos más pequeños que sí me interesan.

¿Se ha convertido la música un poco en un fast food con motivo del algoritmo?

Absolutamente. Cuando la gente dice «consumir» ya te lo dice todo. Nos hemos vuelto adictos, es una plaga. A cualquier cosa.

¿Qué es lo que más y menos te gusta de la industria musical?

Lo mejor es que se ha profesionalizado más y aparecen sellos con gente joven más preparada.. Lo malo es la codicia de las multinacionales que ha dejado en la estacada a muchos grupos con calidad que deberían estar en primera fila y han desaparecido por el camino.

España tiene una industria musical pequeña y con los sellos alternativos no es suficiente. Las bandas siguen nadando en un sopa de precariedad laboral, sin ningún tipo de sindicatos o ayudas que mejoren las condiciones para tocar y los festivales se han convertido en actores principales sin ningún contrapeso. Es irónico que todo el mundo haga dinero con las canciones y el trabajo musical de las bandas (unos más que otros, claro) ya sean festivales, sellos, prensa, salas, plataformas de streaming, editoriales, etc.. todos menos las bandas. Los músicos no queremos verlo pero es un tipo de saqueo salvaje.

¿Un sueño?
De más de 8 horas por favor…

Miguel Rivera