SÔBER

BRILLANTEZ EN TIEMPOS OSCUROS

La banda madrileña SÔBER regresa como si nada fuera con ellos. Han aprovechado los tiempos impuestos por la pandemia para trabajar duro en lo que ahora es su nuevo legado «Elegía». Los hermanos Carlos y Jorge Escobedo, Antonio Bernardini y Manu Reyes, muestran unión, músculo y la pasión del primer día, a pesar de llevar más de dos décadas largas puliendo su imagen y sonido. Vuelven con un disco que, como siempre, vuelve a ser ejemplo de producción, de superación y trabajo duro. Envolventes, intensos, más oscuros, acordes con los tiempos vividos y añadiendo elementos en su afán de seguir innovando y sonando actuales. La banda se deja la piel, se la ve ilusionada y con muchísimas ganas de volver a los escenarios. Me junto con ellos minutos antes de realizar un concierto privado en forma de prueba.

El disco sale ahora pero lleva grabado un tiempo, habéis retenido algo más de lo esperado el disco?

Carlos: En realidad no lo hemos retrasado tanto, nuestra idea sí que es verdad que era sacarlo en Navidades del 2020, pero es cierto que tal y como íbamos y especialmente si miras los formatos del disco, necesitaban su tiempo.

Nos ha venido ese tiempo de maravilla para trabajar el arte del álbum físico, todo lo que respecta al cuidado del vinilo que lleva mucho trabajo. Las ilustraciones no son cosa de un día para otro, por lo que hemos tenido todo el tiempo necesario para cuidar el arte de “Elegía”, lo que le aporta un valor añadido. Aunque lo escuches en streaming, hay muchos fans que ya que gastan el dinero quieren un formato especial. El vinilo libro tiene un cuidado muy particular, es una obra de arte que además ha ilustrado mi hija, todo a acuarela, letras realizadas a pluma… al final ha quedado un trabajo muy orgánico tanto en lo musical como a nivel gráfico. No ha sido negativo retrasar el lanzamiento, y que le llegue a todo el mundo en el momento del lanzamiento, los tiempos nos han venido como caídos del cielo, han sido pasos sólidos.

Jorge: Son pasos y tiempos que muchas veces a lo largo de tu carrera no tienes, vas con prisas, y ahora nos lo hemos tomado de esa forma pausada para cuidarlo todo mucho.

Al avanzar más lentos, ¿se pierden un poco en el tiempo las canciones para el propio grupo?

Carlos: En realidad no nos ha pasado, porque al estar tan metidos en el trabajo del formato físico, no hemos estado después tan dentro de las canciones, no las hemos estado masticando como si no hubiera un mañana, así que no tenemos esa sensación. Ahora, con la promoción y tocando las canciones en el local de ensayo, nos hemos vuelto a enamorar del disco aún más, y todo eso te motiva muchísimo para una campaña de promo, conciertos y ensayos.
Pero es cierto lo que dices, conozco otros compañeros que lo han retrasado, y han metido temas nuevos, dándole una vuelta al disco para que no se les quedara antiguo, y eso es una putada, la verdad.

Estamos en un mejor momento, ¿tenéis intención de girar?

Jorge: Más que girar vamos a tocar, porque ahora es a lo que se vuelve. Evidentemente tenemos las ganas y la intención, hay conciertos por delante. A nivel nacional la cosa está más relajada, tenemos unos seis conciertos en verano por diversas ciudades.

Ver a la gente sentada de cara a los conciertos, ¿cómo se vive como grupo?

Carlos: Bueno, lo vivimos en julio del año pasado en Coslada y he de decir que la sensación para un grupo como nosotros que pone el piloto y sale a darle todo, creo que nos lo pasamos de puta madre. Estamos acostumbrados a acústicos pero no queríamos para nada volver al escenario para realizar una gira acústica, eso estaba claro, porque es redundar y aunque la gente esté sentada lo que quiere es vivir la energía, que no pueden demostrarla pero yo creo que la sienten, y por eso estamos obligados a hacerlo.

Jorge: Nos hemos olvidado una cosa, yo con veinte años iba a ver a Maiden, Metallica, Judas… y me tocaba sentado y realmente era un lujo porque si lo ves ahora, cuando eres muy joven te metes en el meollo pero con ciertas edades, también se disfruta ver algo sentado, con tu cerveza, pues ni tan mal.

Carlos: En cuanto nos dejen ponernos de pie, como cuando ibas al Palacio en butaca pero te levantabas, creo que todo volverá a su sitio.

Con tantos años a la espalda como grupo, cuando se entra al estudio, ¿se busca optar por “reinventarse” de alguna forma y ofrecer nuevos elementos?

Carlos: Sabes que ocurre, que esas cosas las analizáis más los periodistas porque cuando voy con temas al estudio, todos nos ponemos a ver si este tema mola o no, realmente no buscamos una etiqueta, es que nos toque la patata, si el riff y la melodía nos gustan, qué formas de trabajarla tenemos, ese tipo de cosas. Creo que en ese sentido nos dejamos llevar por lo que nos apetecía, otra cosa es el sonido, intentando dar una pequeña vuelta de tuerca, buscando que los discos suenen más actuales especialmente, respetando la esencia y carácter del grupo pero buscando sonidos más del ahora.

Hay canciones como “Elegía” y “El día de la liberación” que tienen ese punto grandilocuente, y de voces, y otras más intimistas o cañeras como “Verona”, pero eso siempre ha sido Sôber, canciones variadas.

Jorge: Me recuerda más a «Superbia» que «Letargo» o «Vulcano», pero siempre buscamos ese punto de equilibrio y un conjunto que sea un todo.

La pregunta es necesaria, ¿cómo surge la colaboración de la Bien Querida para el bonus track?

Carlos: Dentro de intentar siempre una colaboración muy afín queríamos alguien que no viniera del rock. Con Ruth Lorenzo ya hicimos una colaboración en directo y funcionó genial. Para el disco queríamos esa sensibilidad que tiene Ana, que de alguna manera, con ese estilo y momento sensual de voz era una especie de reto, ver el qué tal quedaba la voz con otra voz como la que puedo tener yo. Se lo planteamos porque la conocíamos, y me dijo claramente «vamos al estudio y vemos qué pasa», su funciona y hay química vamos adelante, que no, pues no pasa nada, y al final salió muy bien.

¿Pensasteis alguna vez que estaríais dos años sin festivales, tanto como grupo como espectador?

Jorge: Uff, es muy raro todo lo que ha sucedido, nadie pensaría en esta situación. En realidad es raro todo porque no has ido a ver a tu familia, o al cine y al teatro durante un tiempo, el no comer en un restaurante, de tocar, de trabajar. Personalmente prefiero no recordarlo, hoy antes de la entrevista ya hemos subido al escenario y no tenía la sensación de que hubiera parado tanto tiempo, más como un descanso.

Carlos: A nosotros no nos ha influido tanto en cuanto a tiempos porque teníamos pensado parar para grabar un tiempo, no hemos sido un grupo que haya tenido que modificar tanto nuestro planning, pero hay otras bandas que sí les ha afectado directamente cuando habían sacado disco y de pronto se vieron completamente parados.

¿Habéis aprovechado el tiempo dadas las circunstancias?

Antonio: La relación familiar sí ha sido mucho más grande, al estar mucho tiempo en casa, tanto para bien como para mal, teniendo en cuenta que había mucha incertidumbre con todo lo que pasaba y la cabeza iba a toda leche. Todos hemos aprovechado nuestro tiempo, también para grabar el disco, a excepción de los 15 días en los que nadie se pudo mover.

Carlos: Nosotros trabajamos mucho, con los permisos de autónomos para hacer las cosas correctamente, guardando distancias, grabando de forma independiente, desde el estudio, uno en la punta del otro, todo de una forma muy estricta, lo único que no tenías ni un sitio para comer y fueron meses duros pero quieras que no, con el salvoconducto no hemos parado menos cuando los días que no estaba permitido para trabajos no esenciales.

A nivel musical de arreglos y el clima, creo que ha ayudado a impregnar el disco con un toque más oscuro de esos Sôber, como pudo ser “Síntesis” y no tanto brillo como pudo ser “Vulcano”.

Y hablando de esto, ¿se puede vivir sin generar dinero de conciertos y actividades como músicos?

Jorge: Yo te digo que difícilmente, me he comido todos los ahorros porque además me he metido en negocios, y una pandemia no ayuda porque nos ha afectado directamente como grupo. Todo depende del estatus y forma de vida que lleves.

Antonio: Yo invertía en guitarras, y he ido vendiendo muchas, para quedarme con menos.

Carlos: Nosotros hemos grabado un montón de discos que están por salir, y quieras que no es una válvula de escape, que empezarán a salir ahora y por lo menos tenemos ese punto.

Para terminar, un deseo.

Jorge: El mío, que no se vuelva a repetir esto.

Antonio: Que se acabe ya y que no vuelva.

Carlos: Yo personalmente es que hayamos aprendido y nos llevemos algo bueno de todo esto, porque tampoco está en nuestra mano que suceda o no, pero si ocurre que sepamos algo mejor cómo llevarlo. Igual ha venido bien porque a todos nos ha afectado, también a los ricos que tienen mucha vida social por el dinero y les quitas eso y no tienen nada, más allá de los bienes.

Y todo esto, ¿ha ayudado para que tu hija se involucrara en el diseño de “Elegía”?

Carlos: No estaba planteado, más allá de haber hecho algún diseño de artistas, pero trabaja muy bien en acuarela, la puse un poco a prueba con la portada y a partir de ahí empezamos a trabajar. He de reconocer que todo ha ayudado a hacer una relación mayor entre padre e hija y un lazo que trabajando, ha sido espectacular, y que yo como padre me siento feliz.

Miguel Rivera