NOSTALGIA AGRADECIDA
El regreso de UZZHUAÏA se ha gestado desde la mayor naturalidad, a raíz de una cena navideña que, poco a poco, fue dando lugar al pensamiento de volver a subirse a los escenarios. No saben por cuánto tiempo, si será para las seis fechas anunciadas o si harán algo más después. Lo que tienen claro es que vuelven para disfrutar y pasárselo bien, con la misma idea de sus inicios. De todo ello y de la realidad de una banda en España dentro del rock es de lo que hablamos con ellos.
¿Qué respuesta habéis recibido tras anunciar esta gira de reunión?
Pau: Justamente lo comentábamos antes que siempre tienes un poco esa duda de si se acordarán de ti, si querrán esforzarse y gastar dinero para verte y la verdad es que la respuesta ha sido alucinante. Siempre esperas que pase algo así pero nunca lo sabes, pero cuando pasa es genial.
Álvaro: Los comentarios de la gente en redes fueron muy buenos, con ganas de saber qué iba a suceder, porque fuimos realizando un goteo de noticias. Cuando se publicó y especialmente con la venta anticipada, que funcionaba muy bien, nos hemos dado cuenta que había muchas ganas por vernos. Tenemos esperanzas en esta gira.
¿Hay que separarse para funcionar?
Pau: Lo triste es eso, la nostalgia vende al final. La gente tiene necesidad de asistir más a eventos, a cosas importantes, que lo es para nosotros aunque no tanto a nivel mediático. Es atractivo para quien nos seguía o nos conoció después, pero es cierto que sucede. Cuando una banda se reúne parece que hay mucha gente que quiere verte. Nosotros no quisimos aprovechar eso porque hemos puesto las entradas a un buen precio de 12 y 15 euros y mira, el público quiere verte ahora, así que contentos.
¿Había nerviosismo a la hora de anunciar esto y de si funcionaría o no?
Álvaro: El día que lo decidimos no habíamos quedado para ello. Era una comida de las muchas que hacemos juntos en Navidades, y comentándolo nos hicimos foto y la subimos a Facebook. Esa foto funcionó mucho y dio que hablar, y ya nos empezamos a tomar en serio el hacer algo e ir adelante.
Lo queríamos hacer por nosotros, reencontrarnos con el público y vivir de nuevo algo juntos sobre el escenario.
Isra: La duda venía de estar más tiempo parados y especialmente como formación. No sabíamos si los medios siquiera sentirían interés hacia nosotros con todos los grupos que han salido en estos cinco años, pero la respuesta está siendo realmente buena. Quizás nos están devolviendo un poco toda esa energía y esfuerzo que pusimos, una especie de ofrenda hacia Uzzhuaïa.
Pau: Recogemos frutos de una época y los esfuerzos que hicimos en la escena underground que es muy dura por todo lo que hay que poner y lo poco que recoges. Se valora un trabajo antiguo y que se hace más grande con el anuncio de tu vuelta. Creo que ocupamos un espacio concreto de las partes altas del underground y al final te conviertes, dentro de unos términos, en una banda de culto.
¿Qué lleva a una banda a decir «hasta aquí».
Álvaro: Realmente no dijimos adiós, fue un hasta luego. Era agotamiento, todos pensamos que había que parar, descansar y tomar otras perspectivas como grupo.
¿Crece la tensión cuando un grupo no vive de esto?
Pau: No, lo que realmente crece es el cansancio, al menos para nosotros. Todos somos conscientes de la realidad del grupo y expectativas que generas sin pretender nada, queríamos hacer todo de la manera más profesional posible pero sí crece el agotamiento. No era cargar una furgo el viernes y volver el domingo a descansar.
La honestidad de la que hablábamos en nuestro caso era así, tanto entre nosotros como para los que nos seguían. Si en algún momento la sensación era de que teníamos que levantar el acelerador para coger aire nos tomaríamos el tiempo que fuera necesario. Lo contrario hubiera sido amargo, el hacer las cosas con menos fuerza o intensidad a lo que estábamos acostumbrados.
Isra: Nosotros gestionábamos todo como una empresa, volvías y tenías mil historias añadidas, cuando volvías destrozado a lo mejor desde La Coruña y eso lo prolongas durante muchos años haciendo disco gira sin parar.
La crisis ha pasado factura para muchas bandas. ¿a qué se debe que tantas formaciones se separaran?
Pau: Que es complicado. En España tener una banda y querer hacerlo en serio no es imposible, pero sí muy difícil, personal y profesionalmente y eso hay que saber gestionarlo. Nosotros lo teníamos claro sin ayudas económicas, y aún así y con todo, hicimos muchas cosas que pensamos no sería posible. Hay bandas que tienen ese gen suicida como nosotros cinco, y hay otros grupos que no y al final decides parar.
Isra: Esta industria de algún modo se destruyó, pasó a ser algo residual de cuyos restos del fuego quedaron los grupos mastodónticos pero no hay una gran industria de bandas 2.0 sin esa falacea que internet quiso vendernos de que toda banda triunfaría sin saber muy bien de qué iba esto, una especie de sueño americano.
Ahora tu música llega a más gente pero comenzar es más complicado.
Álvaro: Sí, porque internet es muy guay cuando tienes una base que te sigue, pero ampliar ese público y hacer nombre e interés es complicado. Por muchos discos que subas cada poco tiempo si no te siguen poco importa.
Pau: Eso es lo duro. Pones «alquiler de furgonetas» en Google, te gastas la pasta, más hoteles y gasolina y «a ver quién viene a verte», ahí es donde muchos encuentran la barrera, porque internet es real en muchas cosas pero irreal en otras. Habrá gente que tenga problemas al darse cuenta con el espejismo que puede resultar. El riesgo y el juego está en hacerte 500 kilómetros con lo que salga, aunque vayan 15. Después de eso tienes que volver a casa y decir «no importa, la siguiente serán 30» y esa realidad es lo duro, saber afrontarlo y no decir «es que yo imaginaba…» Es importante saber afrontar eso.
¿Hay menos interés por la música por parte de la gente?
Álvaro: Sí, es consecuencia también de internet y las redes sociales.
Pau: La música es otra cosa más para gran parte del público, simplemente. Ha pasado a ser una opción más de mucha gente. Años atrás no era eso, significaba algo que como adolescente abrazabas como podía ser la lectura, por ejemplo. Te agarrabas a eso como pequeño rebelde, era un hilo conductor para expresar realidades, y sigue siéndolo pero hablando en general, a mucha gente lo que le interesa es tener muchos me gustas y salir bien después de las 200 fotos que me he hecho, y la música es una excusa para ir a un evento, siempre y cuando sea importante, a gran nivel como los Rolling, por decir que he estado ahí.
Siempre he pensado que estaría bien que en una plataforma de venta de entradas para optar a ella, tuvieras que responder a un cuestionario de diez preguntas por ejemplo, para los Rolling Stones, y tan pronto las contestes podrás comprar la entrada, dejando espacio al que de verdad le interesa el grupo, sería interesante a nivel de estudio.
Que la gente ahora vaya un concierto y lo vea haciendo grabaciones con el móvil, ¿qué os parece?
Pau: La realidad es que mucha gente no sabe ver un concierto ahora.
Álvaro: Lo peor es que molestas al que no graba, y no puedes hacer eso, hacer que tengas que esquivar móviles para ver un concierto, y lo malo es que al final acabas viendo el concierto por el móvil de otro.
Haciendo hard rock, ¿se pueden llegar a llenar pabellones en España?
Pau: Todo depende de si hay alguien que apueste por ti, que haya mucha pasta… te pueden vender lo que quieran realmente, como el reggaeton mundialmente famoso en un momento éticamente cuestionable por todo el movimiento de la mujer. Quizás ahora haya más concienciación de todo el tema del machismo lo que te lleva a pensar cómo un número 1 en listas es un tío que puede tener algunas letras machistas. Eso quiere decir que si metes inversión y haces algo viral lo puedes convertir en un fenómeno, esa es mi opinión.
Para cerrar, ¿hacia dónde va UZZHUAÏA?
Álvaro: En principio esto es una toma de contacto, queremos vivir el presente, porque quizás el problema antaño era ponernos grandes metas.
Pau: No tenemos nada en la cabeza, queremos disfrutar del momento sin más planes. De momento es esta pequeña gira y no significa ni que sí ni que no, no pensábamos hacer esto hasta que surgió y vimos que podía ser un buen momento. Ante el futuro, si se dan unas condiciones y nos apetece adelante, y también puede que no. Ahora nos apetece y mucho. Al final la realidad de un grupo se compone de realidades personales de cada miembro del grupo, con su vida, aspiraciones, metas… esta gira ha sido posible porque planteamos hacer seis fechas muy claras pudiendo organizarnos todos. A partir de ahí volveremos a nuestras realidades y si de pronto vuelven a confluir perfecto, pero sin comprometernos.
Miguel Rivera