HIM
15/06/2017
Sala La Riviera, Madrid
Fotos: Javier Bragado
Un áurea de nostalgia y tristeza, más allá de la que puedan despertar las canciones y el sentir de HIM es lo que se respiraba ayer La Riviera de Madrid. Muchos años habían pasado para una de las bandas más queridas por el público nacional del rock. La formación liderada por Ville Valo ha marcado la adolescencia de muchos, entre los que me encuentro.
Aquél verano en el que conocíamos el “Join me in death” y con ello “Razorblade romance” supuso la explosión del #LoveMetal mágica definición de una banda con mucho talento y personalidad propia. La formación se apoyaba en la voz y carisma oscuro de Ville, líder nato de un grupo que arrasaba entre los quinceañeros, aquellos que no habían cumplido la edad de conciertos en los cuales era común ver a padres o madres acompañando a sus hijas para gritarle «cositas» en lo alto.
La histeria fue algo que iría creciendo con el tiempo, en una carrera bastante regular que ha estado marcada por los hits, conocedores de letras oscuras y de amor junto a melodías adictivas, estribillos fabulosos y esa voz tan característica de un frontman aupadodesde el comienzo, símbolo pesadillesco de amores juveniles.
Dicho esto, y tras el anuncio de su vuelta a los escenarios españoles sumaban una triste noticia, la gira de despedida. Muchos años sin verles y esta sería la, supuestamente, última vez que les íbamos a vere como banda.
La noticia aunque sorpresiva llevó a un sold out rápido en La Riviera madrileña, local en el que a lo largo de los años les hemos podido ver unas cuantas veces.
No se hicieron de rogar, a las 21:15 aproximadamente, con un escenario sencillo y los gritos de antaño intactos Ville y compañía se llevaban el calor del público de principio a fin. Más mayores que en sus inicios adolescentes y la misma pose y ganas. Valo no tiene mucho que hacer, es más, sabemos de su cierta frialdad pero a la par que conexión con los suyos. Inicio con sonido irregular en cuanto al volumen vocal que se iría subsanando, siendo la perjudicada “Buried alive by love”.
Poco tardaba en entrar la gente, en una abarrotada Riviera dentro de los nuevos cánones de aforo que dejan moverse con libertad en la sala. Marabunta de móviles, flashes y gritos para acoger temas del calibre de “Your sweet 666”, “Resurrection” o “The sacrament”.
Las palabras, pocas en este caso, son suficientes cuando queremos escuchar ese legado de hits de los que pocos grupos son capaces. Finos en la intensa “The sacrement” y la fascinante “Wings of a butterfly” con cada canción a coro con el público. “The kiss of dawn” o “Tears on tape” intentando captar y grabar el momento, esos que nos llevan hacia el pasado.
Llamaba la atención el cambio generacional, habiendo crecido todos con ellos, cuarentones, treintañeros y algunos con menos edad, pero donde los que antes eran hijos de padres, ahora son adultos jóvenes disfrutando de ese oscuro romanticismo. Temazos como el cover “Wicked game” que tanto marcó su historia, o los guitarrazos de “Poison girl” o “Heartkiller” nos chupaban la sangre.
Ya no solo de chicas vive la banda finlandesa, novios, parejas y mucho macarra tatuado en el mejor sentido se blandía ante la dulzura oscura de don Valo. Qué decir cuando las notas de teclado nos sumen en ese sueño denominado “Join me in death”, mágica siempre, verdadero remember y hit para la historia musical del rock gótico. Y una parte final de aúpa donde “Right here in my arms” y “The funeral of hearts” suena a danza premonitoria de lo que significaba la actuación.
Aplausos y gritos con un «muchas gracias» y bis para soltarnos 3 mágicas canciones: “Pretending”, “Soul on fire” muy poderosa, y la romántica y lenta “When love and death embrace”. Y aunque ese podría ser el final, HIM ha sido más que una banda romántica y oscura en sus letras y artífice, son y serán rock personalidad única, por ello, despedir con energía y guitarrazos al son de “Rebel Yell” de Billy Idol con los brazos en alto. Toda la banda conjuntada en cada momento, poses de guitar heroe con fuerza y honor cuales gladiadores de la música.
El oscurantismo romántico siempre estará en nuestros corazones y anoche, HIM volvió a demostrar carisma y personalidad. Una banda diferente, que ha marcado con sus TEMAZOS a diversas generaciones en 25 años de historia nórdica inigualable. Bandas con más años no han podido marcar tanto como ellos, y anoche, sea porque fuere la última o no, la formación dejaba un poso que tendremos en nuestros recuerdos y que podremos contar. His infernal majestic» ahora sí, nos dejaba el «corazón partío».
Miguel Rivera