IZAL – «Autoterapia»
Hook Ediciones Musicales
Pocos grupos pueden alardear para bien o para mal de crear tantas expectativas en torno a un disco. Solo con pensarlo puedes ponerte nervioso. Cuando eres capaz de llenar un Wizink Center y dejar el pabellón alto por todo tipo de escenarios, cuando eres el reclamo en 2018 en directo como cabeza de muchos festivales indies, la cosa se pone seria.
Esos días previos al lanzamiento de un disco como «Autoterapia» deben ser de sentimientos encontrados, de felicidad sin duda de saber a dónde has llegado con tan solo unos pocos años de vida, pero también de nervios ante la expectación y, por supuesto, la crítica a la vuelta de la esquina de quienes te pueden conocer más o menos.
Lo que está claro es que, tanto odiados por unos y amados por muchos otros, IZAL ha conseguido ser una gran banda en muy poco tiempo. Su algo criticado «Copacabana» dibujó las líneas de una banda afianzada ya totalmente en su sonido con esta particular «Autoterapia» sonora y enriquecedora. Porque de eso va esto, un trabajo muy del tipo de Mikel y compañía, con esos guiños de cantautor, de giros musicales dentro de los propios temas, véase la magnífica y ampulosa «Bill murray».
Tenemos pura personalidad «Autoterapia» con capacidad de arreglos y colaboraciones bien escogidas en forma de elegancia con Ara Malikian, a temas que lo van a romper en directo y que son hits virales desde el comienzo: «El pozo». Está su magia y capacidad melódica contagiosa junto a estribillos ampulosos y vibrantes en vivo «Ruido blanco» con un Mikel vibrante e intenso, que bien maneja la calidez de un corte del lujazo de «Pausa» el lento del disco, con una especie de base repetitiva, guitarra y voz, contagiando nuestros oídos de dulzura y fuerza encogida.
Temas muy de IZAL como «Santa paz» de aires folk, que dibujan esos trazos tan personales de su cantante y cortes dulces e in crescendo donde se atreven con falsetes «Temas amables» que será pura amabilidad en directo para acompañarle a las voces.
IZAL marca un paso más en su carrera meteórica, llenando de intensidad y arreglos un disco muy completo, hay que decirlo, donde justos de riesgo sí que ofrecen señales de mucha personalidad. Mantienen su estilo pero manejando un repertorio lo suficientemente atractivo y variado para crear un contenido de gran exquisitez. No engañan a nadie, a quién no les gustarán seguirán sin hacerlo pero a quienes ya les seguían podrán ver ese paso al frente de una banda digna de un buen estudio. La magia de la música.
Miguel Rivera
