¿Recordáis cuál fue vuestro último gran concierto? Por “gran” me refiero a masivo, ya que a buenos conciertos asistimos (asistíamos) a muchos a lo largo de un año. Personalmente, diría que fue ya hace dos años, porque en realidad sería, sin saberlo, aquel 30 de diciembre de 2019 mi última asistencia a un gran evento musical. El directo de Leiva en el WiZink Center de Madrid resultó ser una especie de noche de despedida de los grandes conciertos.
Tras esas navidades bonitas y normales, la luz apabullante del directo se fue apagando y, en lo que respecta a mi presencia en actuaciones masivas, se convirtió en la última. Ha pasado algo más de un año, y 10 meses desde el inicio de la pandemia que acalló la música a lo grande. Con el tiempo y el paso de los meses, los músicos se han reinventado, primero desde los lives que la tecnología y redes ofrecían como posibilidad. Después llegaron las actuaciones de aforos reducidos sentados en ciclos musicales al aire libre en verano y, en los últimos tiempos, los teatros, ya sea apoyados en ciclos de ‘marcas’ o por cuenta propia.
El caso es que todo se sigue dando bajo el distanciamiento social y los pequeños aforos a los que ha obligado la situación sanitaria actual. Ahora, cuando comenzamos el año igual o peor que antes, aunque con vacunas (almacenadas diría) de por medio y mayor esperanza, la incertidumbre en torno a la pregunta inicial sigue latente.
2021 se presta como el posible regreso de las grandes giras nacionales e internacionales, el reencuentro de multitudes en conciertos y festivales aunque, vista la situación, ¿quién puede pensar más allá del día a día?. Desde luego los músicos y promotores, que deben ver a largo plazo la posibilidad de volver a montar grandes eventos y tours de tamaños considerables, con los que poder hacer viable la apuesta tan arriesgada y costosa que es montar un festival o una gran gira.
Llegados a este punto, comienzos de enero de 2021, la pregunta es clara ¿volveremos este año a vernos las caras en eventos musicales masivos? No son pocos los que giran alrededor de dicha pregunta, por un lado los oyentes, los espectadores, ansiosos por volver a una vida anterior y poder desconectar de una realidad dura que se alarga ya mucho en el tiempo. Por otro, músicos, oficinas de management, técnicos, la crew y todo lo que hay detrás de estos eventos, que no es poco.
La COVID-19 imposibilita el hecho de poder pensar en ello, más aun teniendo en cuenta que la masificación en conciertos conlleva todo lo que en pandemia hay que evitar (aglomeraciones, gritos, cercanía) Es por tanto razonable pensar que aun queda un largo trecho para volver a disfrutar de una vivencia como tal, aunque sea en espacios abiertos de grandes dimensiones.
Es este un año en el que esperamos discos de grandes bandas que también necesitan de ese directo masivo para triunfar. Artistas como The Cure, Foo Fighters, Evanescence, Billie Eilish, Greta Van Fleet… son solo algunos de los que tendrán nuevo álbum en estos meses.
No son pocos los músicos que, en declaraciones, han anticipado que bastante será si vuelven en 2022 como venían haciendo sus conciertos en tiempos pre-covid. Es difícil concebir ver a 50000 personas en un Mad Cool o cerca de 90000 en un Glastombury, por decir solo algunos de los grandes festivales. Hay algunos movimientos que pueden arrojar cierta luz sobre estas dudas, y es que son diversos artistas los que en los últimos meses movieron sus giras de comienzos de 2021 a finales de año, cuando músicos como Nick Cave han suspendido su gira por nuestro país, o algunos grandes eventos fijados en fechas tan extrañas para un festival como octubre.
Cierto es que la subsistencia de algunos festivales se hace harto complicada con dos años de ausencia en su curriculum, por lo que podríamos comenzar a ver movimientos en los que los aforos se redujeran o se reinterpretaran para poder llegar a plantear su celebración.
Un apunte, dada la situación de Los Ángeles, los Grammy Awards han visto retrasada su celebración de este mes hasta el mes de marzo, algo lógico pero arriesgado, dado que lo peor de esta situación es que damos pasos adelante y atrás, movidos por olas que parecen casi incontrolables y que, hasta que gran parte de la población no este vacunada, seguirá moviéndonos entre mascarillas y distancia social, este último punto, mal compañero para los eventos masivos que no fueran sentados.
Las plataformas de streaming seguirán celebrando la llegada de esos grandes discos que esperamos con ganas, monstruos musicales con legiones de millones de seguidores y cabezas de cartel de festivales que, seguro, seguirán aguardando con la esperanza puesta en el paso atrás de la pandemia vacunas mediante, todo bajo un público potencial que, sobradamente sabemos, será casi el último en vacunarse.
Os dejamos con la duda, esperando que podamos hablar de todo ello en pocos meses para saber si volveremos a lo grande o con muchas precauciones, cambiando, una vez más, el concepto de la música en directo de masas.