LA PULQUERÍA
02/03/2012
Caracol, Madrid
Queda claro en los últimos tiempos que la música también se ve afectada por la crisis económica, e incluso grandes bandas del rock ven cómo en parte han caído sus seguidores y cuesta cada día más llevar a la gente a los conciertos. Salvo pequeñas excepciones se presta difícil lidiar con un público que ya sea por motivos económicos, por esperar a festivales o por preferir hacer otras cosas, no dan el apoyo necesario a muchas grandes formaciones.
por ello y porque con gran competencia musical en la capital cada fin de semana, cabe alegrarse doblemente porque un grupo luchador como LA PULQUERÍA consiguiera colgar en su actuación en la sala Caracol de Madrid el sold out ante la tristeza de quienes fueron a taquilla esperando encontrar tickets.
Por ello y porque los de Valencia siempre han sabido ofrecer grandes conciertos con poca o mucha gente, bueno era saber que nos encontraríamos ante una sala a rebosar. No tan bueno claro está fue el calor insoportable y algo criticable de una sala abarrotada y expectante por pasarlo bien.
Si bien fueron anunciados para las 22:30 horas, la banda no saldría hasta media hora después, terminada la actuación del cantautor y con el público aún entrando bien de nuevas o de apurar el último cigarro fuera. Es así c0mo y bajo un buen número de flashes y focos LA PULQUERÍA entraba marcándose los acordes del «Thunder» de AC/DC símbolo de que la cosa pintaba sumamente bien.
Con entrega y dedicación el «chow Pulquero» comenzaba su representación con esa fuerza conocida, la que en temas como El Gran Chingón o Cabeza Hueka calan hasta los huesos del más parado, porque ahí no había un alma que se contuviera las ganas, Caracol al completo saltaba y realizaba pogos moviendo de un lado a otro al público. Golpes y empujones animados por el gran Gerardo a las voces mientras su séquito mexicano rompía moldes con «La Migra».
«Este no es tu Business» ponía ese toque rockero festivo, mientras que con «Soda» hacían de las suyas invitando a bailar a dos personas del público, chico y chica moviéndose al ritmo del baile ruso. La versión de «Calaveras y Diablitos» de los Fabulosos Cadillacs es ya plato obligado, con el público coreando cada letra para volverles aún más locos con «Morirse de Pena» y «El Día de los Muertos» punto clave de sus conciertos, el cual esa noche estaba saliendo redondo.
Energía y «buenas palabras» para Urdangarín y tanto chorizo, en ese tono festivo que nos iba despidiendo no sin antes sonar su majestuosa «En Cada Rincón» infalible y perfecta, con ese estribillo pegadizo como la miel mientras que «Gitano» se presta como tema rompehuesos y baile bestial, ya conocida por todos, y poner su cierre con «No Hay Amor» impecable final bajo el «otra, otra» de sus fanáticos «mexicans».
Fiesta pulquera por todo lo alto que volvió a corresponder esta vez bajo ese soñado sold out y un buen bolo que sumar a su dilatada carrera escénica, en la que faltaron algunos temas, nunca llueve a gusto de todos y su festín de tequila, olvidado en esta ocasión por la propia banda. Notable alto en otra deliciosa fiesta mariachi.
Miguel Rivera