LEIVA – «Madrid Nuclear»
Sony Music
Leiva conoce bien el WiZink Center pero, casualidades de la vida, quiso que sin saberlo, que la grabación y actuación el 30 de diciembre de 2019 en Madrid marcara, de algún modo, el último gran concierto para muchos de los que asistimos. Lejanos a cualquier idea que pudiera suponer una pandemia, dos meses después, la música y el mundo se pararon a consecuencia del «bicho».
El madrileño paró una gira, la de su última obra «Nuclear», que iba a mantenerle muy ocupado en un año en el que encabezaba numerosos festivales. Por todo ello, su disco en directo grabado en el antiguo Palacio de los Deportes, «Madrid Nuclear», tiene un doble valor sin quererlo. El primero, por encontrarnos un álbum en vivo de los de verdad, de los que escuchándolo en casa casi sudamos y vibramos como si allí nos encontráramos de nuevo. El segundo, la nostalgia y recuerdo para los que allí estuvimos y, para muchos, último concierto al que asistimos hasta el momento, casi un año después.
Hay que destacar la esencia viva que escuchamos en el disco, uno de esos trabajos que no suenan a estudio, sus canciones nos trasladan a aquel momento, que recuerdo más si cabe metiéndome de nuevo en esa butaca de frente, mientras los coros del público nos brindan exquisitos recuerdos como «Superpoderes», la intensidad en la «quedada» vocal con el pabellón uniéndose al de Alameda de Osuna en su hit «Breaking bad», pelos de punta. Es esa magia en la que se fusionan los que se encuentran en el escenario con los que estamos abajo en la emoción de «En el espacio», con la garra de un tema «Como si fueras a morir mañana» toda una declaración de tirar hacia adelante y apostar por ello. Y de por medio, la belleza y sentimiento en un «Vis a vis» donde él, guitarra en mano y en solitario, nos regalaba uno de los momentos más bellos de la noche.
Momentos de grandilocuencia y comunión «La llamada» junto a la presentación de un nuevo tema «Mi pequeño Chernobil» del que después presentaría videoclip con su excompañero y amigo, Rubén Pozo. Y por supuesto, ese legado final inmenso de «Sincericidio» y «Lady Madrid» con su WiZink Center rendido a sus pies y unas palabras, que sin saberlo, vendrían a ser premonitorias «hasta siempre amigos, nunca se nos olvidará esta noche». Desde luego que no, por todo lo que supuso entonces y, lo que supone ahora.
