26/12/2023
WiZink Center, Madrid
No todos los días un telonero significa tanto para público y artista y es que la nostalgia provocada por una banda mítica como Pereza ha hecho que dos músicos y amigos como Leiva y Rubén Pozo, hayan vivido vidas muy diferentes en el plano musical tras ese adiós hace ya más de una década de la banda de rock.
La vida le sonrío a un Leiva que llena y revienta pabellones por donde va, mientras que Rubén se ha convertido con buenas formas en un músico de salas y «garitos» donde por otro lado, y como bien nos contaba, vive feliz dentro de esa tranquilidad musical.
El exPereza ha vuelto a vivir como todos nosotros unos días que nunca olvidará, reuniéndose con su amigo sobre el escenario tantos años después, primero abriendo para Leiva y después juntándose para poner los pelos de punta con algunos regalos musicales del que fuera el grupo de ambos.
Sacando orgullo y aunque con la gente entrando como siempre ocurre con los teloneros, Rubén defendía un repertorio que cuenta con joyas como «Rucu, rucu», «Guitarra española» o ese «Pirata» con el que «Matar al cartero» perezoso que ya iba dejando gotas nostálgicas para el plato fuerte. Agradecido y de lejos emocionado, Rubén esperaría tras los focos al momento mágico de la noche.
Llegaba el turno entonces de Leiva, segunda noche consecutiva en el WiZink Center y tercera en una semana navideña que deja constancia del nivel de popularidad del músico «goyesco», para la que dos años después e infinidad de conciertos, varios en Madrid a lo largo de este tiempo, sería la despedida de la gira «Cuando te muerdes el labio tour».
Con todo vendido y ganas de celebrar las Navidades, el músico madrileño volvía con ese repertorio de más de dos horas en donde suenan todos sus grandes temas junto a algunas canciones de su última obra, fusionado a la voz con la mágica Esmeralda haciendo de todas las invitadas del disco.
Leiva se ha sabido rodear de familia y amigos para complementar un compendio de muchos músicos, talentosos cada uno en lo suyo, para abordar esas perlas que son «Sincericidio» o «Guerra mundial», dos canciones que como prácticamente el resto, funcionan como un tiro, ya clásicos atemporales que gritan y cantan las más de 16000 gargantas del WiZink.
Vientos, corista, guitarra, bajo, batería, teclado y percusión para abordar con finura canciones que pasan de la energía desbordante del rock crudo de «Lobos» a la magia de «Infinitos», pasando por la desnudez brillante de «Breaking bad», locura musical para el personal» a «Terriblemente cruel», esas canciones que hacen de Leiva un «Monstruo» musical, que lejos de la nostalgia que pueda seguir despertando Pereza, se ha erigido después como mejor músico y compositor de lo que era por entonces con su exbanda.
Su «Premio de consolación» es todo un regalo mientras que «Infinitos», «Godzilla» y «Stranger things» funcionan de maravilla en ese dúo que conforman Leiva y Esmeralda a las voces. Sabe el madrileño manejar los tiempos, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, atempera el ritmo volviéndonos «Histéricos» como nos rompe con «La llamada» un espectáculo en el que el WiZink center se rinde ante él como si todos fuéramos uno.
La noche llegaba a las sorpresas, la aplaudida «Turnedo» con Iván Ferreiro y Amaro provocando mayor nostalgia si cabe, mientras que el «Vis a vis» que se marca Leiva a guitarra y voz es la llamada a dejar los móviles en el bolsillo y permanecer en silencio en ese punto intimista mayúsculo y solitario.
Un martes navideño «Turnedo» suena aún mejor, y ya es decir. El regalo de Reyes anticipado de @Leiva_Oficial e @ivanferreiro #WiZinkCenter pic.twitter.com/H0CPsTiUMT
— Miguel Rivera (@miriyert_) December 26, 2023
Y claro, tras esa emoción, un poco más pero a ritmo de Pereza, llamando a su amigo Rubén para seguro poner los pelos de punta a más de uno y una y ver lágrimas también entre el personal casi rotos cantando «Madrid», «Pienso en aquella tarde», «Como lo tienes tú» y hacernos viajar a esa «Estrella polar» con la que llevarnos a todos a otra época que seguimos recordando.
Con ese estado de alegría inmensa cual regalo de Papá Noel, turno para la recta final, abrumadora por cierto con otra píldora rock «Como si fueras a morir mañana», el brillo de esas «Princesas» con la que volver a enamorar al respetable y contar con todos sobre el escenario en «Lady Madrid» con la que despedirse por todo lo alto por «un tiempieto».
Ni cortos ni perezosos, Leiva, Rubén y compañía en su tercera noche en Madrid, conseguían regalar una recta final de año que seguro nadie de los que estuvieron allí conseguirá olvidar en mucho tiempo, tanto como para mordernos el labio hasta sangrar de la pura emoción. Agradecidos de este vis a vis musical grandilocuente.