MACHINE HEAD – «Unto The Locust»
Roadrunner Records
Puntuación: 6,5/10
A estas alturas parece más que evidente que Machine Head no va a volver a repetir un ‘Burn My Eyes’. Tampoco sus fans se lo piden ya que salvo contados tropiezos, la carrera de los de Oakland ha sido intachable. Sin embargo, sí que es cierto que en los últimos discos, en ‘Throught The Ashes Of Empires’ y especialmente en ‘The Blackening’, la banda ha ido metiendo más y más desarrollos en los temas, complicándolos en exceso y eso ha hecho que pierda su música algo de mordiente, de impacto, y que los fans hayan quedado divididos entre los que adoran a esos Machine Head que se tiran a tu yugular y esos otros más meticulosos que se sacan de dentro mil riffs y solos imposibles para meterlos en estructuras complejas. ‘Unto The Locust’ es, sin embargo, una combinación fallida de intentar juntar ambos.
Se abre “I am Hell (Sonata in C#)”, primer corte del álbum, con un coro que repite “Sangre Sani” hasta que se meten las gruesas guitarras de Robb Flynn y Phil Demmel marcándose un primer riff pesado como si fuese un presagio de que el apocalypsis está a punto de llegar. Éste desemboca en otro riff rápido, que cabalga entre el Thrash Metal y el Hardcore con un Flynn mosqueado y colérico. Tiene cierto toque a “Blood For Blood”, a aquellos ritmos rápidos, hasta llegar al estribillo en donde Robb, sin perder fuerza, se decanta por meter algo más melódico. Sí que tiene algo de sonata en la primera parte del solo y en algunos dibujos que van haciendo con la guitarra por detrás aunque el tema va mutando constantemente; lo mismo se meten con un break tipo “Bulldozer” que se sacan una acústica de la manga en plan “Paint It Black” de los Rolling Stones. El tema cae con un fade out largo de guitarras afiladas que enlaza perfectamente con “Be Still And Know” abierto con un suave picking the guitarras un tanto épico que rápidamente se transforma en un riff más pesado con un Robb Flynn que comienza desgarrando su garganta hasta llegar a un puente y un estribillo muy épicos. Éste lo continúan con un cambio de ritmo brutal para meterse en un solo muy thrashero, muy del Bay Area de los 80, que va ganando intensidad conforme avanza hasta que se enlaza con una estrofa de nuevo cortante.
De la velocidad con la que termina “Be Still And Know” pasamos al ritmo inicial pausado de “Locust”, te que ya adelantaron en su día y que nos entusiasmó.
En él nos reencontramos de alguna manera con los Machine Head de ‘Supercharger’, sobre todo en el estribillo. De nuevo nos topamos con un tema complejo, de siete minutos y medio, con dos guitarristas tremendamente coordinados y con una base rítmica tremenda. Soberbio, de nuevo, Dave McClain durante todo el álbum quien junto a Adam Duce (bajo) van elaborando el colchón perfecto para que Flynn y Demmel vayan deleitándonos con solos vertiginosos muy thraseros.
Tirando de acústica en plan Romanza empieza “This Is The End” en una especie de homenaje al “And Justice For All” de Metallica. No es sin embargo a los de San Francisco a los que nos recuerdan cuando arranca el tema sino a Dimmu Borgir. Luego se relajan un pelo y adoptan un sonido más Killswitch Engage perdiendo así, innecesariamente, la personalidad que siempre han tenido Machine Head.
Con una guitarra semiacústica y con su voz desnuda empieza Robb Flynn “Darkness Within”. El tema va subiendo a la vez que va subiendo la carga dramática en la voz hasta que llegan a un estribillo plagado de sentimiento. Pese a estar elaborado como un medio tiempo tiene una intensidad aplastante y pasa por ser uno de los mejores cortes del álbum.
Algo más furioso suena “Pearls Before The Swine”, otro tema thrasher próximo a lo que fue ‘The Blackening’. Pese a ser intachable a nivel musical el tema suena un poco sin alma y la sensación inicial de estar asistiendo a la escucha de un álbum con cierta pérdida de personalidad se hace más que evidente en este tema.
Se cierra el álbum con un coro infantil iniciando “Who We Are” (en plan 30 Seconds To Mars), un tema que pese a contar con todo para sonar muy agresivo termina convirtiéndose en algo más cercano al Power Metal que a otra cosa. Tiene algo raro que hace que no te quedes conforme con él.
El disco lo ha producido el propio Robb Flynn quien ha hecho una labor excelente, todo hay que decirlo. Aún así, no hubiese estado mal haber contado con una visión exterior para ir orientándoles en los temas porque lo peor que podía pasarle a la banda es perder personalidad y en este ‘Unto The Locust’ les falta la que sí tenían en discos anteriores.
Roberto Villandiego