MAREA

MAREA

11-05-2012

Auditorio Miguel Ríos, Rivas Vaciamadrid

Fotos: Miguel Rivera

Seguramente MAREA sea una de esas pocas bandas a las que no cabe pedirle nada. Capaces de hacer lo que nadie es capaz en estos momentos, llenar pabellones, los de Berriozar siguen a lo suyo como siempre han hecho, tirando por su lado y sirviendo de ejemplo para muchas otras formaciones.

Están en un momento de forma estupendo y se ve que disfrutan como hacía tiempo con un disco “En mi Hambre Mando Yo” que destila rock and roll por todos lados. Por eso y porque Kutxi se siente feliz transmitiendo desde el escenario hasta el suelo, ese que miles de fans, y digo miles abarrotan recintos y auditorios de gran capacidad.

 

No es muy habitual que la banda navarra visite la misma comunidad en pocos meses pero tal es su forma y momento que menos de cinco meses después de llenar el Palacio de los Deportes de Madrid volvían a recaer en la Comunidad, esta vez en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid, otro lugar de gran capacidad donde poder vibrar a base de más de dos horas de puro rock.

Hasta el tiempo se alió con ellos, 11 de mayo recordado por muchos por ser uno de los días más calurosos que se recuerdan para estas fechas. Pleno calor africano que se alió con todos nosotros al ser una auditorio al aire libre, dando casi pistoletazo de salida a los conciertos de fiestas de verano y posteriores.

Marea salieron a escena media hora más tarde de lo indicado, casi a las 23 horas debido a la numerosa cola de gente que se agolpaba para entrar, y es que fueron muchos los que apuraron kalimotxos y cervezas en la puerta dada la magnífica tarde de pantalón corto y camiseta vivida, todo sumado a fiestas en el municipio.

 

Así salían los de Navarra abordaban el recinto a base de su rock con casta ofreciendo «Bienvenido al Secadero», ese que pedía a gritos refrescar el gaznate con algo de líquido. Raudos y veloces dieron cuenta sin saludos ni descanso con tres temas más del tirón con «La Majada» y «En tu Agujero» adentrándonos en las letras características de un Kutxi que parece no ser nadie sin su sombrero y al que se unió otro «pirata» como Moro de Censurados.

Gritos, brazos y algún chaval rescatado de primeras filas se mezclaban con el espectáculo pulcro y directo que siempre presentan. Un Piñas que parece lleva batería recargable por su continuo hacer en el escenario, Kolibrí dando lo suyo, César perfecto en sus labores impecable y al fondo más escondido en la distancia pero siempre abrumador Alén ofreciendo su clase a la batería.

Poco tiempo para la palabrería aunque cuando lo hace Kutxi sabe ofrecer sarcasmo a base de los libros “esas cosas rectangulares” y su querido Lorca de por medio, mientras los aplausos y sus siempre eternos agradecimientos hacia los que hacen de ellos lo que son, sirven para que “Canaleros” y“Petenera”  brinden verdadero rock en una noche de lo más calurosa, esa en la que el aire brilla por su ausencia y en la que Kutxi le grita al cielo “Que se Joda el Viento”.

El ambiente acompañaba y el sonido también por lo que sus incondicionales ponían el grito en el cielo con temas como “Ojala me quieras libre” y una de las grandes de su último disco “El Día que Lluevan Pianos” de las más coreadas por el respetable.

 

 

La gente seguía agolpándose en el centro aun con posibilidades de acabar “Con la Camisa Rota” para que luego tengamos que usar “Alfileres” donde habían dejado paso a la voz también llamativa e inconfundible de Piñas, para que tras recibir el aplauso unánime Kutxi retomara su sitio en el escenario incapaz de estarse quieto, dejando ver hasta de lejos esa pequeña luz incandescente que supone su querido cigarro siempre presente.

Fue entonces cuando Rivas se transformó, gracias a la banda en la “Ciudad de los Gitanos” un clásico merecedor de lo que es, una de sus grandes canciones que ofrece siempre uno de los momentos más cálidos y recogidos de la noche. El rock no descansa y ellos tampoco por lo que casi dos horas de concierto servían para reencontrarnos con calibre musical como “Sobran Bueyes” donde la energía desborda dando algo de “Barniz” y ayudado entre medias por la voz de Iratxo.

Con el pesado calor y el “Plomo en los Bolsillos” todo pesa más algo que no importa cuando y, como ya ocurriera en Madrid en el mes de diciembre, llaman al señor LUTER a subir al escenario y desgranar  “La Rueca” otro de los temas más queridos de su gente.

Romero preguntaba si podían irse ya a lo que un NO rotundo le siguió “Pedimento” y “Como los Trileros” todo sin bajar un grado en el ambiente para tras el bis y la presentación en forma de “aplausómetro” de la banda adivináramos ahora sí, la parte final de su actuación.

Nos poníamos caninos con “El Perro Verde” con todo el Auditorio Miguel Ríos coreando su estribillo, buscando aire “Como el Viento de Poniente” para montados en el velero buscar esa “Marea” que inunda el horizonte de brazos en alto y grito en el cielo.

 

 

 

Llegábamos así a buen puerto, con la sonrisa en la cara y las 01:30 horas en nuestro reloj que dejaba testimonio de casi dos horas de rock puro y duro sin fisuras.

MAREA volvió a hacerlo, reuniendo a miles de fans en una noche fantástica donde el rock fue el triunfador sin duda y en la que casi dos horas y media sirvieron para reivindicar la fuerza, personalidad y humildad de quien fue y ahora es, un gigante del estilo que volvió a aleccionar en el arte del «abordaje».

Miguel Rivera