MARYLAND – «Los años muertos»
Ernie Producciones
Puntuación: 8,5/10
Desde su nacimiento y primer disco me he ocupado de caa nuevo trabajo del grupo MARYLAND y me siento feliz de poder seguir haciéndolo a día de hoy, cuando lanzan su tercer disco «Los años muertos».
Desde ese primer disco solo he visto una banda inmensa musicalmente hablando, de personalidad y arrojo musical, de influencia alternativa americana pero de indudable calidad propia, que ahora vuelve a quedar patente y de qué manera en su nuevo legado.
Llama la atención que la formación viguesa decida cambiar de idioma dados los buenos resultados anteriores. Los que conozcan su sonido pueden pensar el porqué, y es que su propuesta rockera alternativa en inglés sonaba tremenda y adecuada, pero esperad a escuhar «Los años muertos» para descubrir que el talento es lo esencial y que su conversión al castellanos suena igual o mejor que antes.
mejor porque además de seguir siendo internacional su sonido las canciones llegan más a fondo al cantar en nuestro idioma, y además, porque el contenido que esconden sus temas hablan de los estados de ánimo tras una ruptura de pareja y seguro quedáis encandilados por su temática.
Con todo eso, qué podemos decir de este álbum. Impecable y elegante en producción, y una energía desbordante bajo un aurea melancólica poderosa. Tiros musicales «Los años muertos» y «Hoja de ruta» es puro rock alternativo directo, donde la voz de Rubén imprime energía y belleza intensa a partes iguales, claro ejemplo de ello «Tiempos de azar» siempre basándose en guitarras con mucho cuerpo y estribillos contagiosos.
No paran el ritmo y atacan con la emocionalidad más indie «Declaración de intenciones» que tira de estilo Nada Surf para con el «Viaje a Tasmania» ofrecer una cara más pop rock mainstream. Bajan por fin el acelerador en un corte como «Pozo de almas» que tiene tintes de corte grunge americano denso y «El quinto dedo» es fiel reflejo de esa intensidad y fuerza musical que han querido avivar en este disco.
Cada tema es un suma y sigue, un regalo para el oído, una demostración de estructuras bien elegidas, de canciones con pegada pero mucha melancolía, de un grupo abierto en lo musical, sin miedo a sonar en diversos estilos y en su totalidad, ofrecer una obra magna y su salto definitivo.
Miguel Rivera