MUCHO – «¿Hay alguien en casa?»
Kartoffel Kollektiv
Si tuviera que hablar de la música en términos espaciales, tendría a tres astronautas frikis, en el mejor de los sentidos, como grandes referencias del Universo musical, cada uno pilotando su propia nave: Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly), Manuel Cabezalí (Havalina) y Martí Perarnau IV, quien me ocupa en este momento gracias a MUCHO.
El proyecto, ahora en cuerpo y alma de Martí (con Víctor ocupado en Rufus) vuelve casi tres años después de su mágico «Pidiendo en las puertas del Infierno» donde sentaba las bases de alguna manera para lo que encontramos en «¿Hay alguien en casa?» convertido ahora en proyecto más que personal.
Es este un trabajo pura inspiración, de quien se ha tomado su tiempo y ha dejado volar la imaginación más electrónica, forjando álbum de indudable calidad, personalidad y magia musical. Un proyecto único, donde nos acomodamos para una montaña rusa de sensaciones y emociones.
Lo hace marcándose un viaje espacial, como hacía referencia al comienzo, metiéndonos en una nave electrónica bien estudiada bajo su característico mundo lírico y su gran voz, que todo hay que decirlo, acompañando y acomodando nuestros oídos. Se convierte Martí en un verdadero mago de lo electrónico en forma de DJ particular.
Diez temas absorbentes, de psicodelia implícita y momentos muy álgidos, de partes instrumentales y bailables intensas. Es una amalgama de sonidos y retratos, que nos hace encontrarnos con retos hipnóticos como «Nunca pegarías a un héroe con gafas» con la instrumentación cercana de lo que es Rufus. De lo que supone un inicio que arranca poco a poco en «1985» con toque Casio y muchos elementos sintetizados magistralmente facturados.
Puro baile casi discotequero a su ritmo en «El enemigo ahora vive en todos nosotros», que es pura inspiración. Lo recurrente y ciertamente sensual y casi biográfico de «Ahí te quedas, Perarnau» single anticipado que ya inspiraba lo que después encontramos en su conjunto.
El bello ritmo de un corte donde nos perdemos en el espacio a teclado como «Soy un Aeropuerto». El frikismo de un título que dice «¿Hay alguien en casa, McFly? un mundo onírico en sus dos primeros minutos instrumentales que dan paso a un ritmo más bailable, contagiando nuestro cuerpo convertido en una sesión de indudable calidad diferente a todo.
Y en esa inspiración mi cabeza se pierde en lo emocionante de una noche a la que nos invita en «Las ventanas se encienden». Es sensualidad, es el Perarnau más romántico en su base, en sus sintes y en la voz, un lujo musical. Hay momentos de locura electrónica como «Putochinomaricón» en formato más rave, y su cierre bailable más lounge como «Teléfono, Mi Casa».
Y para aderezarlo todo 45 minutos más transformados en un «Continous Mix» del disco, regalazo. Martí Perarnau en este caso MUCHO, ha querido tomarse su tiempo, volar con su nave en una sesión de electrónica particular y sacar a relucir su inspiración más profunda en un disco de altos vuelos, espaciales, claro. Sobresaliente nuevo mundo plagado de estrellas el que nos descubre.