MUSE – “Drones”
Warner Music
Con los primeros adelantos de “Drones” el súper grupo MUSE dejaba claro que seguiría apostando por la experimentalidad pero buscando ese rock de estadio bajo un álbum conceptual, donde su protagonista es un soldado entrenado para convertirse en máquina de matar.
Tras “The 2nd law” en donde la banda quiso experimentar en demasía, “Drones” es una vuelta al origen más suculento de una de las pocas bandas modernas capaces de atrapar y llenar estadios con gente diversa.
Ya en materia, y presentado en digi pack, “Drones” cuenta con inmensas canciones, algunas quizás en exceso en búsqueda de la magnificencia más grande. “Dead inside” es ese corte inicial que recupera la esencia más viva de la formación. Genial, de tinte ochentero y grandeza pegadiza en su estribillo, distorsión y Matt cantando en medios agudos y falsete fabuloso.
Sorprendentes en pegada guitarrera en “Psycho”, riff inicial y fuerza in crescendo, junto a un ritmo militar casi de Manson como en “Uprising”. El post rock rompe estadios tan puro y MUSE es “Mercy” con piano y lo progresivo en un estribillo gigantesco, que recuerda a sus mejores hits. Efecto musical y aire de los 80 en “Reapers” progresivo y recordando antaño a “Absolution”, con grandes guitarras y fuerza.
Esa vuelta al post rock y fuerza instrumental la volvemos a ver en “The handler” para con “Defector” encontrar cambios en todo momento y densidad instrumental, junto a coros en equipo volviendo a los guiños más Queen en su base y voces. En “Revolt” también nos dejan ver esa devoción, más si cabe por los teclados y ritmos, típicos de la leyenda Mercury, para mí una de las mejores y un éxito seguro en directo, se huele.
La banda de Bellamy siempre se ha manejado como pez en el agua en sus ampulosas baladas y “Aftermath” es un claro ejemplo de ello. Coros en la lejanía y la introducción de sintetizadores con la magia elegante de Matt al frente junto a un deje bluesero. Y como colofón dos cortes como “The globalist” casi diez minutos de intensidad y variación mientras que su cierre ampuloso y bizarro lo tenemos en “Drones” con mucho coro y aire operístico.
Esto es “Drones” y es mucho. Es un disco sin duda con el que tomarse un tiempo. Merece escucharlo varias veces y poder sacar un jugo que de inicio quizás deja algo frío pero del que cabe sacar la mejor esencia de una banda que busca el rock más grande experimentando y dotándolo de personalidad. Su grandeza está muy viva en cada uno de sus temas, toca buscarla y entenderla.
Miguel Rivera
