NORMAN, EL HOMBRE QUE LO CONSEGUÍA TODO
A Contracorriente Films
Qué mejor marco para una historia de poder y altas esferas que la ciudad de Nueva York. La ciudad de los rascacielos sirve de coprotagonista para NORMAN, EL HOMBRE QUE LO CONSEGUÍA TODO, una acertada tragicomedia de las altas esferas políticas y del poder económico liderada por la maestría actoral de Richard Gere.
El director Joseph Cedar nos mete en una especie de fábula a medio camino entre lo real y ficticio protagonizada por Norman Oppenheimer, un veterano consultor de medio pelo que basa su carrera en las conexiones y supuestos contactos entre las grandes élites dentro de la gran ciudad. Poco éxito que cambiará cuando de manera más o menos casual entabla amistad con Micha Eschel (Lior Ashkenazi), un funcionario israelí que tres años más tarde se convierte en primer ministro de ese país.
Tras esto, el nombre de Norman será elevado entre la poderosa comunidad judía de Nueva York y, tras este casual momento se esconderá otro que, y como todo en su vida, será el inicio del fin.
La presión psicológica, la hipocresía, la doble moral y el poder y su manipulación sirven de nexos que hacen florecer esas zonas grises del poder junto a las de un tipo que puede ser manipulador y triste por momentos pero que tiene o esconde dotes brillantes, como en su parte final.