En la canción «Acepto el reto» hay un momento en el que Nunatak dice «no te voy a defraudar» y eso es lo que la banda cartagenense vuelve a conseguir con «Nunatak y la isla invisible», una nueva obra en la que marcan a fuego su estilo, cuidado, cálido y personal, haciendo fácil lo difícil.
No tienen miedo, siguen realizando su propio recorrido y muestran su calidad para ahondar en lo que les ha llevado hasta aquí, por piedras en el camino que encontremos porque hasta «en los momentos más oscuros puedo ver la luz», que dirían. Hablamos con su vocalista, Adrián Gutiérrez.
¿Cuál es esa «Isla invisible» que acompaña a Nunatak en su nuevo disco?
Es un lugar en el que nos gusta refugiarnos del ruido y donde habita todo lo que nos une y nos hace ser la familia que somos. En ‘la isla invisible’ encontramos lo que es verdaderamente puro, auténtico, importante, y que muchas veces es difícil de encontrar entre tanto ruido.
¿Qué encontramos de diferente con respecto a “Las flores salvajes”?
Un sonido muy distinto, con más aristas, más profundo, más imperfecto y auténtico. También encontramos letras más trabajadas y sinceras, creo humildemente que es el trabajo en el que más hemos cuidado este aspecto y hemos conseguido las mejores letras hasta la fecha en nuestra carrera.
Vuestra anterior obra llegó antes de la pandemia, ¿crees que se perdió por el camino debido a la coyuntura?
Sí, por supuesto, al igual que muchos grupos la pandemia nos partió por la mitad y no pudimos girar. Pero supimos utilizar ese tiempo para componer e investigar sobre nuestro sonido, algo para lo que casi nunca hay tiempo, así que no todo fue malo.
Creo que mantenéis una esencia propia, reconocible y diferente con respecto a otros grupos del género, ¿es importante buscar un sello y sonido propio?
Creo que es vital encontrar tu hueco y tener personalidad, por supuesto. Pero además diría que es de las cosas más complicadas de conseguir, buscar originalidad, personalidad y autenticidad sin perderte en el camino.
Un trabajo con edición física en vinilo. Que el formato haya recuperado la vigencia y coleccionismo en tiempos digitales, ¿conlleva que todo vuelve?
Creo que las modas son cíclicas sí, pero en este caso la venta de físico es casi testimonial comparándola con la era pre-Spotify, que haya subido no significa que siga siendo una cantidad ridículamente baja lo que se vende en físico. Las reglas han cambiado y el reparto de ingresos en Spotify sigue siendo una puta injusticia, pero bueno, son los tiempos que nos han tocado vivir y la precariedad de la gran mayoría de músicos complica el poder pelear unidos por la parte que nos toca del pastel. Tristemente veo complicado una mejora de la situación a corto plazo.
En tiempos de consumo rápido y de singles semanales por doquier, ¿sigue siendo una religión meterse a un estudio a grabar una obra completa?
Religión en absoluto, nosotros lo hacemos porque esa ha sido nuestra decisión artística, nuestra forma de expresarnos. Al fin y al cabo y más aún en este disco, nosotros intentamos siempre crear canciones que nos gustaría escuchar y que nos hagan sentir orgullosos, y en la creación artística no hay ningún otro eje sobre el que tomemos decisiones.
Creo que hay cierto déficit de atención, en este caso de escucha hacia la música por la tromba de contenidos diarios a los que asistimos, ¿qué piensas?
Sinceramente creo que no nos afecta mucho, nosotros somos muy melómanos y escuchamos muchísima cantidad y variedad, si salen nuevos lanzamientos interesantes tarde o temprano los vamos a escuchar y si nos gustan pues lo más seguro es que acabemos profundizando y escuchando el álbum entero, pero forma parte de la cultura que comentaba antes, es una manera de disfrutar el arte, cada uno tiene la suya y me parece totalmente normal que nuevas tecnologías y nuevas generaciones cambien el status quo, me guste más o menos, es una realidad.
Como en una relación, por la que se pasa por momentos difíciles e incluso de decisiones, ¿se han dado en vuestro recorrido momentos delicados en los que habéis pensado qué hacer con Nunatak?
Claro que sí, 10 años de ruletas rusas emocionales dan para mucho, pero por suerte hemos sabido forjar una familia entre nosotros, que sin duda alguna es lo mejor que saco en lo personal de formar parte de Nunatak. Esa familia siempre está ahí y te ayuda a superar los días en los que te toca perder.
Además de las dos fechas de Murcia y Madrid, ¿cómo se presenta el 2023 en cuanto a directo y festivales?
Pues ya tenemos varias fechas confirmadas, estamos en Ponferrada en el Planeta Sonoro, en el Oh! See de Málaga, en Valencia en la Sala República, en el Hermosa Fest de Cabo de Palos y más por confirmar.
«Acepto el reto» tiene un estupedo punch, ¿qué esconde?
Es el relato de un día normal de concierto para Nunatak pero contado con la mayor crudeza posible, desde la entrañas. Es como si la cantáramos desde el diván de un psicólogo.
La coyuntura económica y la inflación, ¿han incrementado los costes también para el músico?
El verano pasado todas las bandas habían cerrado cachés con mucha antelación y con la crisis de Ucrania, los costes de la gasolina eran flipantes y llenar la furgo daba miedo… pero claro, esos costes nos los comimos con patatas los músicos. Pero vamos, igual que muchísimos otros trabajos, es una putada para todos.
Se pagan 500 euros por giras internacionales y se agotan entradas a un año o dos vista en una coyuntura económica complicada, pero luego muchas bandas tienen que luchar por llenar una sala a 20 euros, con las redes y el postureo, ¿hemos convertido la música en algo así como un circo?
Postureo y redes aparte, que por supuesto es un circo, creo que lo que estás comentando es simplemente la manera de funcionar del sistema capitalista en el que vivimos, los grandes pueden poner casi el precio que quieran que si la gente lo paga… y eso les hará ganar más y más dinero generando más y más desigualdad. La única manera de luchar contra eso es tener una cultura de asistencia a salas y a música en vivo, sana y activa, donde la gente tenga como costumbre ir a directos mensualmente, por desgracia en España no tenemos nada ni remotamente parecido, así que no sorprende lo más mínimo que haya estas desigualdades.
Hay mucha gente que piensa que los músicos ya por salir en medios o tener cierto nombre en la escena independiente viven de puta madre. Al final, hablando claro, sucede como en el cine, donde el 80% de los actores malviven o se dedican prácticamente a otros trabajos.
La industria musical en España es tremendamente precaria y desigual. Digamos que hay tres escalones, los de abajo del todo, quienes acaban de empezar y el grupo quita poco tiempo, y da poco o nada de dinero. El segundo escalón en el que el ya cuentas con contratos discográficos, el grupo requiere mucho trabajo y esfuerzo pero no terminas de dar el salto y no puedes vivir exclusivamente de la música. El tercer escalón es el de los privilegiados que viven de la música. La realidad es que es una pirámide. En general, salvo contadas excepciones, hacerse un nombre aunque sea pequeño en este mundo, supone comer mierda por un tubo, pero la putada es que estamos enamorados y muchas veces somos capaces de hacer mucho más de lo que podemos o debemos por amor.
Mirando vuestra carrera y con sinceridad, ¿esperabais estar donde estáis, más o menos?
Uno siempre espera más, y por mucho que me las de humilde o de poco competitivo, la sociedad nos empuja a competir y a ser egoístas, es complicado llegar a tener la inteligencia emocional y la madurez suficiente para asumir la derrota y doblegar la frustración que generan las expectativas no cumplidas. Nosotros hemos tenido momentos para todo, ahora mismo estamos centrados en el nuevo disco y viviendo el día a día con ansias de reventar el escenario en las presentaciones de Murcia y Madrid. Nos vemos en las salas, amigos.