11/07/2024
Villaverde, Madrid
Como si de un copia y pega se tratara, la jornada del jueves iba a discurrir con el mismo sofocante calor que el día de apertura de Mad Cool Más de 35 grados que seguro, hacían recular a más de uno en espera de que las temperaturas fueran bajando al menos un poco, y eso a pesar de tener buenos nombres de comienzo en un día en el que el rock de Pearl Jam era el verdadero plato fuerte.
Interés por saber en qué estado vocal se encontraba Eddie Vedder tras cancelar varios conciertos en el centro de Europa días atrás, y reencontrarse con su público esta misma semana en Barcelona.
La banda norteamericana ya vivió su gran momento en su última visita al festival en 2018 y ahora, con nuevo disco bajo el brazo, había muchas ganas de volver a escuchar algunos de los temas que han marcado el sonido de los 90 dentro del rock alternativo internacional.
Eddie Vedder, vestido con camiseta de fútbol americano y gorra, al más puro estilo «yankee» salía a liderar una jornada en la que más de 57000 personas se habían dado cita. La leyenda norteamericana del rock sacó a pasear su músculo, a veces afectado por el viento en cuanto a sonido, en una jornada sumamente ventosa, tanto que en el escenario Orange se vieron retrasados los conciertos cuando Russian Red , que tuvo que quitar algunas pantallas para salir a escena, junto al escenario dos en el que una de las pantallas se bajó por seguridad.
Con todo esto, y tras cancelar sus anteriores conciertos hasta Barcelona, los americanos salieron a darlo todo, desde la fiereza inicial de «Lukin» y «Corduroy» pasando por sus magníficas «Given to fluy» y la bonita «Wreckage», uno de los temas más destacados de su nuevo disco «Dark Matter».
Eddie Vedder y compañía demostraban con cada canción que no continúan de paso, han sacado un buen trabajo pero es que 30 años después siguen siendo un ciclón sonoro alternativo que tuvo que hacer frente al incansable viento en cuanto a sonido con una actitud y canciones envidiables como «Daughter», la inagotable «Black» o «Better Man», dando forma al concepto rock que engloba a una mítica banda de la música alternativa de los 90.
Ya en 2018 demostraron porqué siendo una de las bandas del género más queridas en España abarrotando Mad Cool y volvían a repetir en una noche en la que Vedder, hablando en español con ayuda de un papel en mano, se acordó de su amigo Javier Bardem y también del héroe musical que es Miguel Ríos.
Tras la suspensión de varios conciertos días atrás por enfermedad, de lo que ha calificado Vedder como una experiencia cercana a la muerte, la banda ha regresado de ese descenso a los infernos de su vocalista como con fuerzas renovadas: «Even Flow», «Alive» y «Yellow Ledbetter» así lo atestiguaron en un gran final entre un público enfervorecido que dejaba la segunda jornada en lo alto.
Y en lo alto también brillarían unos Keane que venían celebrando los veinte años del disco que les hizo saltar a la fama, su emocional «Hopes and fears» removiendo nostalgia, esa que nos puso los pelos de punta a piano y voz de su risueño frontman, Tom Chaplin. Magia a la luz de la llamada «golden hour» en fotografía con «Everybody’s changing», «Is it any wonder?» o «Somewhere Only We Know», legado eterno de una banda simpática sobre el escenario y bonita en sus melodías, con miles de personas abrazando y canturreando «This is the last tine» en un legado que, aunque concretamente generacional de una época, ha dado el salto a generaciones más jóvenes del TikTok que han sabido alargar sus legado hasta los tiempos de hoy.
A lo largo del recorrido del día, Michael Kiwanuka se erigió como otro de los talentos aunque no sea el mejor nombre festivalero, y a quien pude ver hace tan solo unas semanas en Mallorca Live. El británico es sinónimo de sensualidad, esa música que podríamos denominar «para hacer el amor», con un soul bello que se aleja de cualquier tendencia para revisar sonidos setenteros con una voz encomiable.
Kiwanuka es otro talento viral en TiKTok y canciones como «Cold Little Heart» así lo atestiguan habiendo dado el salto gracias a la serie «Big little lies» de HBO. Pero es mucho más que eso, «You Ain’t The Problem», la repetitiva e infalible «Black Man in a White World» o la sensualidad que despierta sus emocionales «Solid Ground», de sonido negro evocador junto a la preciosa «Love & Hate», que no hacen más que encumbrar una figura de la que, una vez conoces, quedas prendado.
Y por supuesto, no podíamos dejar de lado unos Mando Diao que son otra calve referencial de una época. Los suecos han tenido sus subidas y bajadas pero están en buen momento, amén de un legado incuestionable sobre las tablas. Son garage rock contundente, lleno de actitud y pose, bien comandados por su líder Björn Dixgård, quien desde las pantallas bien podría hacerse pasar un poco por Brad Pitt.
Suenan modelados y emotivos en cortes como «Long Long Way», pasando por temas rock como «Primal Call», pero son en temas bailables con garra como «All The Things» donde funcionan mejor junto a «Get it on» y, por supuesto, ese himno que fue «Dance With Somebody» con todos los alrededores saltando, ese hit que bien podría asemejarse al éxito que obtuvieron de Kings of Leon con su «Sex On Fire», despertando nuestros instintos bailables.
Una segunda jornada de 57000 personas y un calor asfixiante en donde siempre abrazamos la noche como agua de mayo. Aun quedan dos jornadas más por delante, suerte y al toro.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Iván Urra
