PVRIS – “All we know of heaven, all we need of hell”
Rise Records
En unos tiempos en los que la imaginación musical no da para mucho, donde son numerosas las bandas que suenan a otras formaciones o se limitan a seguir la estela de grandes nombres, se agradece que jóvenes grupos como PVRIS busquen su propia personalidad.
Quizás no inventaran nada nuevo dos años atrás cuando lanzaban su exquisito debut “White noise” pero la formación supo dar con la tecla a base de hits donde el rock, synthpop y electrónica tomaban el pulso en cada canción. Y ello con la personalidad y fuerza de su vocalista Lyndsey Gunnulfsen.
Estamos por tanto ante una de las bandas llamadas a conseguir un gran éxito por ello, la prueba de un segundo disco era un listón difícil, pero con “All we know of heaven, all we need of hell” consiguen seguir esa exitosa estela reafirmando su personalidad, sin mucho riesgo pero sin necesitarlo.
Comienzo oscuro en “Heaven”, demostrando ese pulso rock duro tan fantástico con estribillos melancólicos y pegadizos. Con “Half” ese tono de áurea oscura se mantiene, con tintes electropop y Lynn apabullando con su intensidad a la voz. La épica y coros envolventes llega de la mano de su single “Anyone else” seguro una pieza que entusiasmará a sus seguidores. Sigue la estela del ritmo de su primer CD, toque íntimamente disco, in crescendo y explotando en electrorock comercial de mucho gancho.
El elemento más pop de la banda sale a resaltar en “What’s wrong” y digo lo de pop en su mejor sentido, porque se mueven compositivamente hablando en un ritmo fabuloso, intenso, romántico y con un gancho excepcional.
Sorprende la capacidad de la banda de no bajar el listón y ofrecer temazo tras temazo. “Walk alone” tiene un aire lento y tino gótico, con drum & bass y esencia casi de grandes divas del electro pop, sumando enteros en la belleza de “Same soul” impecable en estrofas lentas, de amor desgarrado y explosividad en un estribillo donde Lynn nos atrapa.
Quedarán algunas sorpresas más que invitamos a descubrir. PVRIS vuelve a dar en la tecla, sin arriesgar demasiado pero afianzando esa personalidad entre rock, metal, pop y baile que en conjunto, manejan como una máquina perfecta liderada por una cantante excepcional y una producción de órdago.
Miguel Rivera
