SUEÑOS VITALES
En el cara a cara, la actriz Clara Alvarado te atrapa en la profundidad de sus ojos, esos que curiosamente no esconden ningún artificio, porque ella se muestra de lo más natural, haciendo cómodas las presentaciones y dejando una sensación parecida a cuando ya conoces a alguien previamente. Cuando tomas asiento y comienzas a hablar con ella te das cuenta del motivo, una persona cercana y viva, con muchas ilusiones, esas que desprende a la hora de hablar del trabajo y de su vida.
Es curioso, porque en la vida de los actores y actrices, la incertidumbre es el pan de cada día pero afronta la vida, y más este momento, con muchísimas ganas, bajo el feliz mantra de los sueños por cumplir, algo que nos lleva a la música, porque lejos de dedicarse «solo» a la interpretación, siempre ha estado ligada a la música, amante de muchos estilos. Ahora estrena banda musical BIUTI BAMBÚ proyecto del que nos habla con una sonrisa e ilusión desbordante.
Viene de un pequeño pueblo de Extremadura y dice sentirse «muy cómoda en Madrid» a pesar de que «al principio me costó un poco adaptarme, pero es una suerte poder vivir en ella» algo de lo que asegura «te das cuenta con viajas fuera».
Como es sabido, el trabajo de actriz es «una montaña de sentimientos» porque la inestabilidad de tener trabajo y de pronto no tenerlo es constante. A pesar de ello, se siente feliz en su profesión a la que añade su buen hacer en la música, abriendo nueva etapa, una que vive de forma estable en lo profesional y personal, sin obsesionarse sobre los supuestos pilares fundamentales de la felicidad, sabiendo equilibrar situaciones y momentos.
Su papel de Ariadna en la exitosa serie La Casa de Papel le reportó un gran éxito a veces difícil de gestionar pero, en esa seguridad que nos ofrece en persona, confirma que «hay vida más allá de La Casa de Papel». Vienen proyectos, algunos que aun no puede desvelar y su grupo Biuti Bambú que seguro, le reporta más bienestar si cabe.
Y entre sonrisas, actitud, generosidad y entrega total, pasamos una tarde muy agradable en el Hotel Hyatt Regency Hesperia para retratar de la mejor manera posible la grandeza de una artista que, como persona, es pura magia y naturalidad, algo que siempre es de agradecer. La conocemos un poco más esperando que disfrutéis lo mismo que nosotros trabajando con ella.
Comenzamos con la pregunta inicial de Rostros, ¿quién es Clara Alvarado?
Uff, creo que nunca me han preguntado eso y justo el otro día hablaba del “si tuvieras que describirte ¿cómo lo harías?” Pues diría que soy una chica con muchas ilusiones, con sueños por cumplir y el camino para llegar a ello, o al menos el cómo lo concibo que para mi es paso a paso, con los pies en la tierra y rodeada de buenas personas.
¿En qué momento te encuentras?
En el cambio, tanto en el ámbito personal como el profesional, pero entrando en una etapa estable. Entro en el terreno musical con un grupo y compaginándolo con el trabajo de actriz, es una etapa bonita, y además me gusta la temperatura de estos días, el sol me da mucha energía, estoy muy a gusto en Madrid, porque yo soy de un pueblo muy pequeñito de Extremadura.
¿Qué tal vives aquí?
Bien, la verdad. Es cierto que me costó adaptarme a la ciudad pero creo que Madrid debería ser la envidia de todo el mundo, la estoy queriendo mucho. Es una ciudad que te ofrece de todo en cultural, arte, gastronomía, el clima, es bonita… creo que somos muy afortunados de vivir en la capital y te das cuenta de lo que tienes aquí cuando viajas. Un pincho y una tortilla, una cosa tan cotidiana es algo que luego echas de menos, me gusta eso, lo castizo más que lo cosmopolita, soy más de costumbres.
Decías que te da energía el sol, ¿cómo llevarías vivir en una ciudad con un clima gris como puede ser Londres?
Me afectaría, no lo llevaría bien. Anímicamente somos química pura y el organismo actúa según lo que le das, alimentación, sueño, luz… y esa luz es vitamina y lo sabe. No soy una loca de tomar el sol pero me gustan la luz y los días agradables, que puedas salir a una terraza o al parque a leer un libro. No conozco Londres y quiero ir, pero su clima creo que me afectaría en el estado anímico.
Hablabas de que tienes estabilidad y eso es algo complicado de obtener en tu profesión.
Totalmente cierto, porque se vive en la incertidumbre y no es fácil vivir en ella. Hay gente que dice que sí pero en el fondo no. El ser humano y, especialmente la mujer, tiende a la estabilidad, estamos diseñados por instinto a ser estables, a cuidar tu círculo, la familia… dentro de ese caos, y no es fácil.
Esta profesión es de idas y venidas, ahora tienes curro, mañana no, tienes tres meses de trabajo y luego no sabes si volverás a tener, ahora te ilusionas, al final no… es una montaña de sentimientos.
Si tienes trabajo pero te falta el amor o viceversa, ¿sabes equilibrarlo?
Creo que sí, lo llevo bastante bien, no suelo agobiarme con los pilares fundamentales de trabajo, salud y amor. Creo que hago un buen trabajo para estabilizarlo porque obsesionarse con una no beneficia al resto.
A día de hoy en tu profesión, ¿crees que tener muchos seguidores en redes sociales ayuda a la hora de obtener un papel?
Depende, te diría sí del tirón pero es que hay gente que no valora que tengas más o menos. Hay compañías de teatro clásico que les da igual eso, ahora, haces una serie para un público o canal online o para Instagram y ahí sí. Depende del enfoque, no es todo tener seguidores. Y por supuesto no es correlativo tener muchos con ser buen actor o actriz, aunque a veces sí.
¿Tu vida cambia con tu participación en “La casa de papel”?
Ha sido sin duda algo muy importante en mi carrera, pero como fue un fenómeno tan extraño para nosotros porque lo vivimos como después… justo ese mes de febrero hace tres años que empecé el rodaje de la serie, tú imagínate dónde tengo yo la serie dentro de mí. La repercusión en redes y demás sí lo tengo más cercano pero en cuanto a trabajo de actriz ya está, ya fue.
Sí que fue un antes y un después pero también he querido seguir reinventándome y creando contenido por otro lado, hay vida más allá del fenómeno de La Casa de Papel.
¿Tienes amigos de verdad en este oficio?
Yo creo que los amigos van un poco en base a cuánto te trabajas tú, pero sí se cuentan con la mano. Ahora se usa el término amigo, yo la primera, para los que son “conocidos” realmente. En realidad son personas con las que tienes un buen feeling en momentos concretos, relaciones intensas, que van y vienen y eso afecta. Los vínculos fuertes se pueden crear pero para mí es algo que va más allá, más difícil y necesita tiempo.
Si te paran por la calle, ¿cómo lo llevas?
Bien, tampoco es una cosa loca, tengo que decirlo. Con la Casa de Papel el fenómeno fan ha sido muchísimo mayor fuera de España y en especial en Latinoamérica. El otro día en una tienda me paró una cajera y me preguntó “tu sales en La Casa de Papel, ¿verdad”?, y por ejemplo en Panamá en unas escaleras mecánicas de un centro comercial me pararon sabiendo mi nombre y sorprendidos. Creo que el fenómeno fan de esa serie sobre el reconocimiento lo noto mucho más fuera que aquí.
En torno a tu proyecto musical, ¿qué puedes contarnos?
Pues es un proyecto grupal de cinco miembros, aunque como imagen somos tres personas y llevamos un año trabajando en ello. Anteriormente he tenido idas y venidas más de cantautora quizás, pero sin ver el momento de cómo, ni con quién y ahora lo he visto claro, pero porque personalmente lo he sentido así. Es un grupo nuevo y estrenamos banda que no disco el 25 de febrero en el Café Comercial. Nos llamamos Biuti Bambú. Miguel hizo una descripciób sobre nosotros de los años 20, que sonáis a los 80 imitando a los 60. Tenemos un cocktail de diversas generaciones cantando en castellano, todo muy vintage, con melodías y sonido seco. Estamos muy contentos y salimos de cada ensayo a tope. Lo estamos disfrutando mucho.
¿La música siempre va a estar un pasó detrás de la interpretación?
Pues va un poco según la demanda, nunca sabes por dónde te va a llevar la vida. Yo ahora me dedico a actriz pero también trabajo como músico, porque ahora me voy a un ensayo. No son cosas excluyentes y yo estudié música, clarinete y lírico, la música estaba antes que la interpretación. Soy al final una persona que hace cosas para entretener al resto, y a demanda de lo que quiera el espectador y el oyente. Me gusta mucho y no sabría vivir sin música.
¿Qué proyectos tienes?
Pues lo más cercano Biuti Bambú. Y he grabado un cortometraje “Salvo el crepúsculo” dirigido por Mario Hernández y grabado en Alicante, París y Madrid, creo que merece mucho la pena.
¿Alguna película o serie que te haya gustado últimamente?
Estoy viendo Peaky Blinders y me flipa y aunque te puedas reír, me ha dado por ver South Park y luego grandes clásicos de Disney, soy un poco ñoña, un Hércules, La Sirenita…
¿Qué música escuchas?
De todo, soy bastante melómana y si la música es buena merece ser escuchada. Hay de todo y hay gustos, me gusta mucho lo clásico, el folk, el rock de los setenta, The Doors, Zeppelin, también canción tradicional como Serrat, Ana Belén, por mis padres, tengo un montón de influencias y he escuchado de todo y toda música te enseña algo.
Instagram, ¿cómo lo controlas?
He ido por etapas con Instagram. A día de hoy lo cuido bastante en cuanto a imagen y contenido, no subir vulgaridades ni subir porque sí. Hay algo que no se me puede olvidar, que hay un número de personas que ven todo en cada momento de lo que subo y dónde estoy. Antes me daba más igual y ahora lo respeto como plataforma y lo cuido y mimo.
Para terminar, ¿hay tiempo libre en tu vida?
El otro día me dije “qué me apetece hacer” y es una pregunta que me hacía porque es verdad que tengo poco tiempo libre. Se casan tres amigas, despedidas, viaje fuera… me he comprado los billetes pero quién sabe si luego surge un proyecto y de pronto no puedo ir… hay tiempo libre pero bajo una incertidumbre y daños colaterales. Pero también empiezo a saber decir que no, sin dejar las cosas pero con el “no todo vale”, y eso debe aplicarse a todo el mundo con una lista de prioridades, aunque es evidente que todos necesitamos dinero para comer, pero el tiempo libre es necesario.
Texto y producción: Miguel Rivera
Fotografía: Arturo de Lucas
