MAD COOL 2019
Valdebebas, Ifema, Madrid
10-13/07/2019
Un año más, un MAD COOL más. La cuarta edición del festival más grande de España, segunda en su polémica ubicación de Valdebebas, Ifema, presenta un cartel este año menor para muchos debido a lo gigantesco de ediciones anteriores para un evento, que a falta de consolidar su marca, basa todo en su potencial artístico. 
Sin grandes giras en 2019 los eventos musicales se están viendo abocados a carteles atractivos pero quizás de menor renombre que lo que veníamos viendo en los últimos años, lo que da a pensar que 2020 puede ser potencialmente importante para los promotores y eventos veraniegos.
Dicho esto, y como es conocido en ocasiones «cuanto más creces, menos responsable eres» quizás en el caso del festival podríamos hacer hincapié en ello. En vez de ir a más, y no atendemos al cartel, cuyas razones se deben a factores externos, sí que es cierto que vamos un paso atrás. Tras el monumental atasco del primer día en 2018, puede que la organización haya pensado que mejor «echar balones fuera» y quitar el parking del pasado año, para todos (excepto VIP, que es una estirpe aparte).
Con las conexiones del polémico lugar y sin Metro 24 horas en esta ocasión, el planteamiento, cuanto menos no ha gustado a muchos.
Dicho esto, nos centramos en lo que nos ocupa, y tras una pequeña fiesta de inauguración en 2018 en La Riviera, MAD COOL ha querido sacar músculo desde el principio lo que quiere decir, esta nueva aventura musical sumaba un día más a su programación con todo el ruido posible. El miércoles como Welcome Party desde el propio recinto para dar la bienvenida de forma potencial a dos artistas de calibre muy diferente.
Por un lado el potencial visual de un reclamo casi obligado ROSALÍA, quien con su éxito internacional era casi un secreto a gritos deseado que estuviera dentro de Mad Cool, y la apertura del mismo era un buen momento para ubicarla. Por otro el rock modernizado de BRING ME THE HORIZON que con su electro rock metal actual y disco bajo el brazo «amo» es una de las bandas del momento en la vertiente dura y moderna.
De entre medias muchos nombres atractivos como el rock alternativo de The Amazons, quienes con disco nuevo y como unos valientes abrirían las puertas del evento ante un sol de justicia, que y dado que se trataba del miércoles, fue imposible llegar a tiempo.
Uno de los platos más atractivos lo teníamos en la electrónica pop de Metronomy, cuatro días después de triunfar en la Puerta de Alcalá con motivo del Orgullo Gay. El rock sólido de los británicos Don Broco metía nuevas guitarras en Valdebebas mientras que la fusión de The Cat Empire animaba el cotarro en un caluroso día que ya empezaba a tener muchos más oyentes en el recinto.
De por medio el indie sueco y sofisticado de Lykke Li. Nueva obra «So sad so sexy» canción que a medio concierto calienta cuerpo y mente. Qué mejor que con el gusto musical que desprende en canciones como «Neón» y la deliciosa «Two nights» tan efectista como sensual. Todo con tiempo para estrenar nueva canción «por primera vez en directo» Pero por supuesto el final de fiesta con el brillo sexy de «Sex money feelings die» Y la incombustible «I follow river» recordando todos esos veranos de piscineo y playa.
Pero sin duda lo gordo venía de noche. Una ROSALÍA que podría decir ahora mismo eso de «Hasta el infinito y más allá» . La joven artista levanta pasiones allá donde va, con un ritmo mediático endiablado, siendo portada y noticia cada día, ritmo que ella maneja con energía desatada sobre el escenario en canciones como su clásico ya «Pienso en tu mirá», «De madrugá» o «Di mi nombre» con todo el respetable entregado a un espectáculo visual coral e imponente, todo hay que decirlo.
Su fuerza y presencia escénica levantan pasiones, no es para menos ante la explosividad de quien te apabulla con su voz en «Con altura» y por supuesto «Malamente» con todo el recinto sumado a su causa, esa que es baile y presencia de una artista que quiere comerse el mundo. Ganas y talento no le faltan, como ya está demostrando, y haciendo guiños llamativos como «Te estoy amando locamente» de Las Grecas para petarlo en un festival.
El turno para los ingleses BRING ME THE HORIZON antaño gurús del metalcore y ahora transformados en metal electrónico modernizado que a muchos no gusta pero que con discos como «Mantra» consolidan con notable en su nueva rama musical, pese a quien pese. Altavoces como escenografía y muy electrónicos de inicio dejando ver sus tiros. Todos ataviados de blanco espacial menos Oli.
Potencia con imposición de calor venido del fuego escenecio y visual para arrojar violencia sonora en «The house of wolves» crudísima y con mucho juego escénico visual.
Sobre el escenario un poco de todo, esos nuevos sonidos implacables en vivo a base de electrónica como «Mantra» de solidez indudable, que suena más imponente si cabe o su maquinero «Nihilist blues» con el emo pop electro de «Medicine» de mayor épica visual y sonora. Un repertorio basado en su último trabajo, como dejaban constancia con «Wonderful life» uno de los temas más brillantes que aun sin Dani Filth colaborando (sí en pantalla gigante) dejaba patente lo dicho, con lanzallamas incluidos.
Imponentes en el metalcore de «Sempiternal» En unos sonidos poco habituales (y gratificantes) en Mad Cool. Los sonidos comerciales de «Mother tongue» entre aplausos en un cambio de sonido/género brutal. Y en la electrónica de «Nihilist blues» se sube enfrente del escenario en lo alto de la torre de sonido para hacer bailar con lo que podríamos definir electropop de «I follow you».
Cerrando «Drown» y «Throne» recuperando sensaciones para los viejos oídos. Con esto despedíamos una tranquila jornada inaugural.
Jueves 11 Julio
El segundo día de Mad Cool era una especie de recordatorio del calor que vivíamos hace unos pocos días en Download. Sin llegar a dichos extremos el día nos hacía sudar en unos términos mucho más crudos que en la fiesta de inauguración.
De entrada, sorpresa en el espacio que Mahou casi de entrada. Coches de coche y regalo imprevisto en directo de Muchachito para hacernos bailar según ibas entrando el público.
Con eso del jueves y las distancia a recorrer cogíamos iniciado el concierto de una jovencisima y talentosa TASH SULTANA. La artista australiana es todo un prodigio. Ella sólita se lo guisa y se lo come, ya reuniendo acólitos buscando la escasa sombra reinante para disfrutar de canciones de envergadura como «Gemini» o «free mind».
La multi instrumentista sorprende con su capacidad y talento, un alma libre y única sobre el escenario que copa la atención sin más invento que sus instrumentos.
Sin alardes visuales, simplemente ella y su voz con todo lo que toca convirtiéndolo en bocas abiertas ante una capacidad innata de quien está tocada por una varita mágica.
Con eso Lauren Hill pero desviandonos un rato para ver en la carpa un poco del concierto de KOKOSHCA donde el calor de fuera hacia un pequeño efecto invernadero. «Prefiero Golpes» y «Directo a tu corazón» todo ante un calor del que decían «no hay en Pamplona» bajo un cercano final con el vintage bailongo de «La fuerza».
Amalgama musical para un público menor pero curioso ante los navarros. No era para menos, el que ya había entrado se desplazaba al soul y alma de una Lauren Hill que saldría tras una sesión de su Dj mientras ya escuchábamos a un Iggy Pop relegado a uno de los escenarios de entrada. «I don’t wanna be your dog» con fuerza y aplausos bajando al público sin camiseta y demostrando vejez con poderío.
Presencia escénica única para una vieja leyenda incombustible en cortes de la envergadura de «Gimme danger» y «The Passenger». Vibrante directo que nunca engaña y suena a musculo y veteranía para dejar atónitos a esos jóvenes que quizás nunca le habían visto mientras en el fondo se mezclaba con el postureo habitual del Mad Cool.
Y con esa energía a la particularidad de un BON IVER que bien podríamos decir que «se encontró» de cabeza sin pensar llegar a serlo. La falta de grandes giras podría definir el nombre de un buen artista pero no un reclamo esencial para un Mad Cool teniendo en cuenta las ediciones anteriores.
Aún así curiosidad y cierta expectación, menor en todo caso, para una buena prencia visual y mucho toque electrónico.
Súper cargado el sonido para entrar en «10deathbreast» en un sonido envolvente y auto tuneado. «Skinny love» ese gran tema que convence y levanta a todo ese público adormecido.
Y en lo más alto de su experencia sonora sonora la elegancia vibrante y emocional del saxo de una canción que enamora: «Holocene».
Un concierto intenso aunque cuestionable como cabeza donde gran parte del público decidió ver su directo sentado.
Y en ese viaje emocionante pero de cierto letargo para un cabeza de cartel de jueves pusimos rumbo a la lanzadera de Plaza de Castilla para decir «hasta mañana».
Viernes 12 julio
Tercera jornada para un evento que, en su segundo y tercer día, tiró de elegancia (Bon Iver, The National) pero con falta de cafeína. La gente tirada en el césped y la tranquilidad de dos días consecutivos en la hora estrella (22h) dejaba a muchos con la boca abierta o el cansancio haciéndose fuerte ante unos conciertos de muy poco punch en días continuados.
Un calor de bochorno total para medio comenzar una jornada que abría el rock de la guerrera SHARON VAN ATTEN. Poco público en la parte inicial de una tercera jornada marcada por el CALOR. Enfrascada de negro y con mucho publico reposando Sharon convencía a base de voz y energía particular con cortes como «Jupiter 4» y «One day» ante unos aplausos algo aletargado quizás motivados por el calor ambiental general.
Músculo en «Rearrange» o «Can you see me now» En una de esas actuaciones a la que quizás muchos se acercan por curiosidad y acaban marcando en la casilla de favoritos de Mad Cool.
De por medias pasando por el espacio de Mahou con coches de choque el efecto cañí, ese que para sorpresa de mucho se «encendería» a lo grande con un revival de Los Chichos en vivo. Esos minutos de baile que para muchos pillaba de entrada con «Son ilusiones» o «El Vaquilla» en uno de los momentos más particulares de todo el evento.
La duda de si habría tormenta con un aire tan caluroso como inquietante se levantaba mientras las pantallas laterales en el concierto de MILES KANE comenzaban a balancearse ante un cielo encapotado que quedaría en nada. En el caso de Miles la eléctrica a base de «Inhaler» y «Too little to hate»ayudarían a caldear más un ambiente asfixiante.
Calidad sonora y punch para pasar al punk de MILK TEETH con esa esencia noventera tan guerrera que hacían sonar a base de contundentes cortes como «Lillian» o «Flowers» en un escenario, la carpa de Consequence of sounds de efecto invernadero en el día más caluroso de la edición hasta el momento.
Poco público pero entregado ante la actitud del trío británico que tuvo el lugar de «cobijarse» para sudar más.
Sin darnos cuenta llegábamos al concierto más esperado. THE NATIONAL es indudable brillo sonoro, de calidad y talento indiscutible pero sí cuestionable en ese equilibrio poco convencional para dos días seguidos de sonidos lentos en la hora estrella. Con mucha gente sentada, como en el caso del día anterior con Iver, la formación norteamericana enganchaba a base de buen gusto musical en temas como»Graceless» con su vocalista subido en el foso para cantar con su gente.
Brillo en «Your had your woul with you» y «The pull of you» con un Matt Berninger en plan «me dejo querer» buscando en muchas ocasiones a su público y agarrándose a ellos para demostrar que, independientemente de su estilo soft, es capaz de armarse como una rock star en directo.
Llegaba la expectación máxima con unos SMASHING PUMPKINS recuperados con un buen nuevo disco bajo el brazo pero de los que esperábamos sus clásicos tras recuperar el 75 por ciento de la formación original.
Una especie de arlequines gigantes al fondo daban juego visual a una escenificación liderada por un Corgan con especie de sotana negra para convencer desde el principio con temas de la envergadura de «Zero» o «Solana». Aplausos y gente apelotonada mucha de ella derrotando a base de guitarras tras lo aletargado de The National.
Es cierto que son una pequeña leyenda del rock alternativo de hace tres décadas, y que ahora parecen casi tener incluso más éxito, pero en vivo quizás les falta la chicha necesaria para ser más grandes aún.
Mucha fuerza y buena acogida en un tema como «Solara» el single del último disco que como avanzaba les devuelve la sinceridad y buen hacer musical conocido. Pasábamos a la tranquilidad en todos los términos de «Knights of Malta» pero donde de veras se les esperaba era en cortes de pura nostalgia como «1979» o «Tonight tonight» con el respetable, como suele ser norma, móvil en alto para grabar el momento.
Y con ello, los que ahora mismo deberían ser cabeza de cartel en una lucha de gigantes con bandas de fuera en las que, en festival, quedas relegado. VETUSTA MORLA demostraban músculo y su buen hacer conocido ante un público joven y no tanto que saben empatizar con su público. Recordando su concierto de hace unos años en el festival cuando se ubicaba en la Caja Mágica, la banda madrileña sonaba sólida y entregada, más con canciones que son marca y estilo: «Copenhague», «Te lo digo a ti» o «Golpe maestro», ya cancionero nacional de un grupo que fue deseado y salió, como siempre, victorioso en el envite internacional.
Un día más, y un día menos. Nos retirábamos con los ecos de Wolfmother y su pegada hard rockera para afrontar quizás, la jornada más atractiva de todas, la del final.
Sábado 13 julio
Una tarde de menos calor y aligerada por el viento, sí hay que reincidir, que eso lo hace todo más llevadero.
Eso y la música de The Cat Power con mucho público empezando la tarde de manera tranquila y sosegada pero con con buen gusto que la banda imprime a sus conciertos.
De ahí al ritmo fantástico de GOSSIP donde ya se acercaba bastante gente para mover el esqueleto a las 20 horas al grito de «Señores y señores somos The Cure» ante las risas y aplausos.
Impresionante el carisma y humor de su líder Beth Ditto, derroche vocal y visual de esta gran cantante que te marca a base de canciones como «Listen up» o «Standing in the way of control» gastando todo tipo de bromas, quitándose la peluca o volviéndose loca como si litros de cafeína recorrieran su cuerpo. Y todo con capacidad innata para descubrirse en una versión de «Careless whisper» de George Michael. Uno de los conciertos más optimistas y bailables de todo el evento.
Continuábamos con la energía diferente, la de turno de los saltos de PROPHETS OF RAGE que como dos años atrás levantaban a la gente del suelo con un concierto por fin a a altura de las circunstancias. Ellos no engañan, son una banda de versiones de los propios miembros de formaciones tan míticas como Public Enemy, RATM y Cypress Hill. El resultado, una colección de temas míticos de todas ellas con cortes energéticos como «Prophets of rage» o «Testify» en sus guiños Public y Rage Against the machine.
Fuerza y rap metal en la contundencia de quien crea el rollazo musical que maneja ya de por si solo con Tom Morello tomándoselo en serio. Con nostalgia musical y efemérides de clásicos como «Guerrilla radio» o «Bullet in my head». Aplausos y entrega popular ante lo que se escuchaba. Generaciones reunidas en torno a la contundencia de «Bullets in parade» para hacer «Make España Rage Again».
Y para cerrar entre el público mar de vasos volando y carreras hacia las primeras filas bajo el golpeteo musical de «Killing in the name» para cerrar la noche de los vengativos Prophets.
Tras ese derroche enérgico la oscuridad en una noche muy agradable de viento y dónde el cielo de pronto se encapotaba con alguna gota de por medio augurado posible tormenta. Quedaría en eso, nada.
Todos apretados en la oscuridad y la expectación con «Plainsong» para comenzar la esperada vuelta de THE CURE. Es uno de esos conciertos que sabes tienes que controlar para distribuir las emociones en tiempos. Más de dos horas en las que se entremezclan cortes como «High» o «Last dance» con temas más míticos como «Just one kiss» o «Lovesong».
La banda se maneja como una máquina perfecta donde Robert sigue sorprendiendo por su voz y tono, incorruptible, como si el tiempo no hubiera pasado por él. Es de agradecer para con ello disfrutar como antaño de la nostalgia de «Just like heaven» o «In between days».
Lejos quedaban las imágenes de los dos días anteriores con la gente tumbada o sentada, sólo algunos y teniendo en cuenta cuatro. Días a la espalda para dosificar las fuerzas, esas que volvíamos a recuperar para vivir la maravillosa hemeroteca de temas que siguen brillando como antaño «Lullaby» o «Friday I’m in love» en una rampa final en la que todo el mundo despierta y vive el momento cual fiesta inicial de festival.
Momento álgido para un festival que se colocaba cerca de la línea de meta y con el decidieron cerrar muchos a golpe de guitarra de los emergentes Greta Van Fleet que un servidor dejaba atrás para buscar la salida, esa que en estos días no ha visto aglomeraciones de momentos pasados.
Punto y final para la cuarta edición, la más tranquila de todas, por no decir la única, que se ha apoyado en un cartel menor en cuanto a bandas con respecto a los años anteriores, con dos cabezas excesivamente descafeinados para el primer time de jueves y viernes y donde la mitad de público congregado con ello, han hecho que las idas y venidas nada tengan que ver con el habitual engorro organizativo de ediciones pasadas.
Queda claro que, a pesar de lo incómodo de un recinto como el de Valdebebas, MAD COOL se puede apoyar en cifras menos gigantescas para ofrecer mayor comodidad en un festival ciertamente elitista, donde los influencers y marcas componen un circo cuestionable donde la marca (Mad Cool) aun tiene que consolidarse, pero cuyo camino vendría a ser este, menos es más.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas
