RUBÉN POZO – «Habrá que vivir»
Sony Music
Con el tiempo RUBÉN POZO ha demostrado que su carrera se basa en esa personalidad rockera a la que le importan pocas cosas, que va a lo suyo y que quiere tirar hacia adelante tal y como es. Resultado personal y satisfactorio para el oyente, que vio en un primer disco un buen salto tras su carrera con Pereza. Casi en paralelo a la de Leiva, este último ya en pabellones, Rubén ha continuado demostrando su vena rock con letras que le salen, experiencias y vivencias.
Su segundo disco patentaba su sello pero es ahora con «Habrá que vivir» se muestra más natural, canalla y necesario que nunca. Se consolida con un disco muy natural, adictivo y rockero, que le afianza dentro de la escena con su mejor álbum hasta la fecha.
Es un trabajo sumamente completo, que demuestra buen gusto, bajo su «chulería» habitual, esa voz tan característica y con variedad musical. Lo rockero de «Caperucita feroz» con esencia setentera sumando enteros a medida que avanza en un primer single que nos deja adivinar.
Con el tema título «Habrá que vivir» patenta su rock personal con la esencia que destilaba en Pereza mientras que «Guitarra española» es un medio tiempo espectacular, donde Rubén de maneja en letras callejeras con un tino y desparpajo propio. Y todo con guiños y arreglos de guitarra española, chapó.
Con «Te invoco» se lanza a la piscina del rock malicioso y vuelve a calmar los tiempos en «Llámame brisa» de índole folk. Y con «Saliendo de la estupefacción» se marca otro hit in crescendo y sumamente pegadizo en un explosivo estribillo que vamos a gozarlo en directo. El rock de «T Rex» clásico y nuevamente con la esencia Pereza mientras que «Algo que decirle al mundo» se muestra como lucha musical en un corte intenso de indudable calidad.
Cuenta con Ariel Rot a la guirarra en «De vena tonta» un buen medio tiempo y algunas otras sorpresas de un disco con 13 canciones muy pero que muy completo. Un álbum de arriesgada portada (con su abuela al frente) e incluso su primer single, pero que destaca por las melodías, algunas de sus mejores canciones (saliendo de la estupefacción, guitarra española, algo que decirle…) y una personalidad que, al fin y al cabo, le hacen único.
Miguel Rivera