STEREOPHONICS
24/01/2019
Palacio de Vistalegre, Madrid
Para muchos conocidos y para otros tantos, quizás no lo suficiente. STEREOPHONICS han hecho gala desde sus comienzos de una base melódica y buen gusto en un rock sencillo, pulido y de etiqueta por momentos, con hits del estilo del rock enérgico de «Dakota» o belleza más soft como «Maybe tomorrow».
Por el camino han ido ganando, perdiendo o adaptando oídos a su sonido. Viéndoles parecen unos maduros jóvenes, pero estos galeses llevan ya más de 25 años en la música. Tras dos años sin dejarse ver por estos lares, cuando actuaron en La Riviera o, un años antes, en una de las ediciones del MAD COOL de la Caja Mágica, la banda comandada por el guaperas Kelly Jones regresaba en dos fechas, Madrid y Barcelona para mostrar a sus seguidores «Kind». Obra calmada, de experimentación y desnudez musical pero donde lo que buscábamos era su parte más vintage, véase los temas comentados o «Bust this town», Don’t let the devil take o «All in one night», por citar de su extenso catálogo.
Un siempre enigmático Palacio de Vistalegre, en el que daban el salto en cuanto número de público, acogía su actuación en la capital, y digo enigmático porque nunca sabes qué sonido encontrarás, si la versión buena o la mala en cuanto a sonido.
Primeramente, la frescura juvenil de corte indie versión inglesa de Nadia Sheikh una de esas figuras que, viéndola en el escenario y escuchando singles como «Get away», amén de un EP que llega en febrero, sienta bases de joven figura que, seguro, pronto conoceremos.
Pero el plato que esperaban todos, ya con una buena entrada, era la de los de Gales. Salían a escena entre gritos y un ambiente frío aún, acompañando al lluvioso día que nos acogía fuera, algo que, curiosamente, se trasladó a un pabellón casi helado en el que no pude quitarme el abrigo durante toda su actuación. Comienzo de mucha energía rockera «Catacomb» pero que, casualmente, no cuadraba con el público, completamente estático ante el musculo sonoro no del todo pulido.
De la potencia surgía su vena más «Superman» y llenaban de guitarras un recinto que degustaba uno de sus cortes más bellos: «I wanna get lost with you». Aplaudida emocionalidad que depuran en su estribillo pegadizo, una de las mejores canciones de su legado más reciente y la algarabía producida por el clásico «Maybe tomorrow», para el que nos sumábamos al cántico con Kelly a solas primero, junto a los coros del respetable para después acompañarse de banda.
Gracias «por estar ahí» y saludos para sacar su versión más folk y lenta «Fly like an angel» no sin antes un nuevo tema como «Bust this town», que se convirtió en una de las mejores aunque viniera tras jugar en otra liga su «Maybe tomorrow».
Con ese ejercicio musical que maneja en su bonita voz Kelly, nos movíamos al formato de guitarras y melodías contagiosas «Mr and mrs Smith» a lo arreglado de «Sunny» siguiendo por su disco «Keep the village alive». Tema que es puro brillo musical a piano y guitarra, ofreciendo una parte final apoteósica llena de clase. Llegaba el momento de Kelly, guitarra y voz y un único foco para alumbrar su voz en una deliciosa «Boy in a bike» llena de sentimiento y una trompeta para arreglarla aún más.
«Don’t let the devil take» era ese gusto inclasificable, música de película para disfrazamos de aires californianos en una preciosa y coral «Have a nice day» con un «Ole» final.
Bis para acogerles nuevamente con palmas y griterío porque no hay nada fan sencillo: «Cest la vie», que sonaba grandiosa ante la felicidad del respetable, cuando nos acercábamos a las dos horas de actuación. Y para ello y como mandan los cánones, despedían con la energía intensa de «Dakota» ese hiper hit por el que siguen sin pasar los años, como ellos, unos eternos jóvenes aunque en su repertorio podamos ver y degustar música que ya va por diversas generaciones.
Noche en stereo.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Javier García