18/10/2022
WiZink Center, Madrid
El motivo era más que digno para volver a la carretera y es que The Black Crowes tenían y debían celebrar una fecha tan importante como el 30 aniversario del disco que les vio nacer. «Shake Your Money Maker» se convirtió en un álbum incuestionable para la carrera de una de las bandas más carismáticas y queridas del rock clásico.
Los hermanos Chris y Rich Robinson decidían que una fecha clave debía tener una gira en condiciones, y es por ello que se han embarcado en un tour de celebración de carrera y de un disco tan especial.
El WiZink Center acogía anoche por fin su actuación en Madrid, para una noche muy esperada en la que sabíamos que el blues, el rock y soul iban a ser elemento principal de su propuesta, y para la que hubo que esperar dos largos años y retrasos por la pandemia.
Muchas canas una media de edad veterana para un WiZink Center que contaba con dos de sus gradas abiertas más el ring para vivir la noche de rock añejo y blues que necesitábamos. No estuvo falta de algún problema técnico en forma de «chisporroteo» en el sonido durante la maravillosa y sentida «Sister luck» o en la rockera «Could i’ve been so blind» que pronto arreglaron, y donde afrontamos algunos altibajos pero igualmente calibrado.
Noche inolvidable para los que hace 30 años ya disfrutaron de ese debut que lucha magistralmente contra el paso del tiempo, y que parecía íbamos a vivir demasiado deprisa con su forma de empalmar canciones, echando de menos algún tipo juego con el público que hiciera menos plana la velada.
La banda tiró de gasolina instrumental, con coros femeninos, teclados y energía que fue atemperada por la emocionalidad indestriptible de «She talks to angels» mezclada con el blues de época «Stare it cold» y el ritmo acelerado de «Thick N’ Thin» con el que sacaron a bailar a muchos.
No necesitaban de más porque ya era suficiente, sin artificios, austeros en producción pero cuya naturalidad y humildad musical disfrutamos gracias a un pasaje clásico como «Seeing things» y «Hard tu handle» cerrando un primer bloque de canciones de altura, donde la montaña rusa emocional iba y venía.
The Black Crowes mostraban su pureza clásica con temas que suenan a «un sueño de un día lluvioso» en palabras de Chris antes de abrazar «Thorn in my pride» que volvía a dejar patente su inmenso talento, con un acompañamiento de altura gracias a sus compañeros de directo: Adam MacDougall, Sven Pipien, Luther Dickinson y Steve Gorman.
En esa comunión musical entre banda y público, ese que tan pronto grababa con sus móviles una balada como se marcaba unos movimientos de piernas al ritmo «Remedy» en una recta final en la que con «Papa was a Rollin’ Stone» Chris dio lecciones de harmónica para trasladarnos a un «bar» en el que, como vienen haciendo en la gira, terminar con un cover, en este caso de «Rocks off» like a Rolling Stones para mostrar que ellos también tienen su particular pacto con el diablo.
Cerca de dos horas musicales que comenzaron con Chris con un paraguas en alto y que finalizó con baile, sus agradecimientos y disfrute total para esa noche que muchos necesitaban tras una larga espera.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas
30 años no son nada 🎂 @theblackcrowes @RockTotalweb @WiZinkCenter pic.twitter.com/eZiyEnCkq3
— Miguel Rivera (@miriyert_) October 18, 2022
