THE KILLERS – «Battle Born»

THE KILLERS – “Battle Born”

Island Records, Universal

Puntuación: 8/10

THE KILLERS es una de esas jóvenes bandas que de pronto aparecen en escena para remodelar el rock y mirando al pasado ofrecer un toque excepcional donde las letras sinceras y humildes de quien las escribe, en este caso el genial cantante Brandon Flowers, sirven de fuerza y arma indiscutible para una revelación.

Esa que imaginó y creó dos grandes primeros trabajos y que perdiendo o no el rumbo, supo salir por otros derroteros en un tercer disco de masas “Day and Age” más bailable y abierto al público. Todo ello da como resultado una mezcla killeriana que aupa a una banda de Las Vegas como una de las pocas formaciones actuales de estadio.

Segurametne junto a Muse es lo mejor que le ha pasado al rock en los últimos años, y no es cosa de la casualidad porque con un cuarto disco “Battle Born” nos damos cuenta que, mezclando lo de antaño y lo más reciente la banda vuelve a salir no solo airosa si no triunfal con un disco que gana con cada escucha.

Intimista, electrónico en partes, meloso y ochentero, todo eso y más encontramos en un álbum de grandes canciones de diversad  estudiada. Parece que la electrónica nuevamente irrumpirá bajo el sonido sintetizado de “Flesh and Bone” muy bello y ampuloso, que seguro sirve de gran apertura en directo. Su grandeza y signo evidente roza la perfección en “Runaways” mientras que restan ritmo buscando sonidos ochenteros y emocionalidad melódica de alto calibre “The Way It Was” uno de los mejores tiempos de todos sus discos, para sumergirnos en un bonito sueño en la balada “Here with Me” siempre grandes en su forma.

“A Matter of Time” volviendo un poco a la épica olvidada, de lo mejor del álbum, para buscar nuevamente los tiempos lentos más de aires grandilocuentes bien controlados “Deadlines and Commitments”.  “The Rising Tide” rememora los teclados ochenta y reduce el ritmo con una preciosa “Heart of a Girl”.

THE KILLERS vuelve a sorprender con otra grandísima obra, que se va degustando con el tiempo, de grandes canciones y muchos recovecos musicales que disfrutar poco a poco, como quien consume un delicioso plato, en este caso musical con seña de identidad propia.

Miguel Rivera