ALICANTE STYLE
29/06/2013
Elda, Alicante
Tarde o temprano las cosas llegan y aunque se ha hecho esperar por circunstancias de fechas finalmente nos embarcamos en nuestro viaje más «perro» junto a DINERO ese trío de rock alocado y fresco, que como ya intuíamos, nos darían cosas que contar en un tour report especial y por supuesto, con estilo, aunque sea a lo «Alicante style».
DINERO es rock bailable, fresco y movido a más no poder y su crecimiento lento pero constante hacía que plantear report con ellos se convirtiera en un acto obligado, primero porque en directo son una explosión orgásmica para el que lo ve. Segundo, porque es una de esas bandas con las que uno juega sobre seguro a la hora de hacer este tipo de reportajes, diversión y buena música. Y tercero, porque son unos cracks.
Es así como el sábado 29 de junio decidimos subirnos con la formación hacia Elda, donde el grupo tocaba dentro de un festival pop rock EMDIV, junto a bandas del calibre de Second o Cyan, entre otros.
Como siempre en estos casos, fuí cita en el local de ensayo de la banda en Madrid, en horas tempranas por la hora fijada para su soundcheck, con lo que había que estar en Elda a la hora de comer. Ekain y Sean junto a su técnico Nacho se encontraban ya cargando a las 8:45 horas, abrazos y ganas para arrancar poco después con la quinta puesta en uno de los viajes más rápidos y en hora que he podido hacer con una banda, y ya son unos cuantos reports.
Paradita técnica para el pincho del mediodía y seguir rumbo a Elda, donde esperaba su bajista Rubi y uno de sus managers, Damián Lopez. A diferencia de otras veces, un viaje cómodo, donde compartimos sus experiencias en las últimas actuaciones, Noise Off en Madrid días antes y su gran triunfo en el Concurso de talentos del Sziget Festival donde actuarán el 5 de agosto en Budapest en una fecha sin duda a sumar entre los acontecimientos más importantes del grupo.
Casi sin darnos cuenta, en especial para Sean que como si de una momia se tratara, duerme en la furgoneta en plan sarcófago en su parte baja, nos encontrábamos entrando de la mano de Damián en la Plaza de toros para hacer un rápido chequeo y comprobar lo que nos adelantaron por teléfono, que la prueba de sonido se retrasaba al menos dos o tres horas tras llegar tarde los técnicos del festival, lo que conllevó un retraso generalizado de alto calibre que dio lo suyo.
Aprovechamos por tanto para desplazarnos a casa de los padres de Rubi donde y como unos pequeños marqueses disfrutamos de un delicioso magro con tomate y tortilla de patata que «nos tenía» preparado. Delicia casera acompañada de un pequeño relax en sofá viendo como Fernando Alonso no conseguía más que hacer un décimo puesto en la Q3 del GP de Fórmula 1, y que hacía uno se sintiera como en su casa.
A eso de las 16:00 horas nos movíamos nuevamente a la furgoneta con rumbo la plaza de toros donde seguían comiendo retrasos, lo que conllevaría horas imtempestivas para la banda. Cyan probaba sonido y bajo el calor acuciante tocaba el turno de los chicos para su soundcheck, con «Lorenzo» achicharrando como él solo sabe.
Así y con todo por fin terminaban una hora después para desplazarnos nuevamente a intentar reposar un poco y ducharnos, y con ello aprovechar para conocer y degustar una pequeña delicatessen «licórica», una cremita de arroz con leche del bar del Pive que os aseguro marcó mi paladar de tal forma que se convirtió en cita obligada para el domingo.
Tras el aseo y casi sin descanso nos movíamos nuevamente al recinto para ya del tirón, quedarnos en el mismo. Muchas horas por delante confirmando que ya no solo no se tocaba a las 00:15 como estaba fijado en primer orden, si no tampoco una hora y media después, lo que nos llevaba a meternos casi en horas nocturnas de cierre de festival.
Todo el retraso hizo que se abrieran puertas una hora después y para cuando llegamos diera comienzo Cyan, una banda que gana y mucho en directo, con energía y buen feeling con un público que ya comenzaba a llenar un coso que esperaba más de 1500 cabezas.
Buen rollo y ambiente bajo precios de veras populares invitando en una tarde noche más que agradable.
De aquí para allá, mucho tiempo de backstage y Dinero haciendo hincapié en el estilo de Alicante, tranquilidad y retrasos como algo habitual sin perder ni un momento la sonrisa.
Servidor aprovechaba para refrescar el gaznate mientras que el trío alocado se comportaba más cuerdo que nadie sin probar gota, y es que se toman en serio su trabajo y esperan a terminar todas sus actuaciones para ello, a pesar de saber que hasta las 03:00 de la mañana no se les esperaba sobre el escenario.
Mientras compartíamos risas y peculiaridades del backstage, con gente pesada y con morro por momentos o miembros de otras bandas más que animados nos entreteníamos con ritmos de DJ entre medias de Cyan y Second, y con la algarabía juvenil en la plaza.
La espera se hizo larga, no hay duda, y es que podríamos estar hablando de cierre de Viña Rock por las horas que iban haciéndose, pero a pesar de ello DINERO no perdía ni un momento el sentido del humor, aprovechando el momento para pequeñas entrevistas de medios locales y entrando en la enfermería para demostrar sus dotes tétricas y humorísticas en lo que es fiel reflejo de una actitud envidiable en forma de «spanish horror story».
Poco a poco nos metíamos de lleno en situación y el grupo estiraba o calentaba ,en especial Ekain quien baqueta en mano se preparaba para salir a escena, ya con la gente cuajadita y algo menos de público bajo cansancio en la cara de algunos y es que ya daban las tres de la mañana cuando llegaba «El momento perfecto» y el subidón de Rubi por jugar en casa, quien tardó en cogerle el punto a la actuación (esto queda entre nosotros).
Poco importan las horas cuando suena un temazo del ritmo de «Lo mismo» que despierta al más borracho mientras ya sí calentitos ellos hacían mover el esqueleto con «Difícil» y subían la nota con un hit del calibre del cálido «Tal Vez» que daba un poco de calor a la ahora, refrescante noche.
Diversión y algún «pasado» hacían más grande «Vaya panorama» y los brazos y cánticos tiraban para atrás con el rock de estadio de «Cómo cuando quien» temazo de festival mientras que la juventud se refrescaba con ese baño musical llamado «Mi generación» que es sinónimo y reflejo del buen rollo.
De un plumazo se había eliminado el cansancio de algunos gracias a la actitud y fuerza que Rubi y Sean despreden sobre el escenario, pura química controlada por el pequeño gigante de las baquetas Ekain, quien da luz transparente a todo el escenario consiguiendo un trío potencialmente incendiario.
Llegábamos al punto de «Enérgico, Mágico, eléctrico» que por cierto, pone música al film TRES60 de próximo estreno, entre otras canciones. Así, y sin «Mentiras» iban poniendo rumbo al final, no sin antes un bis y darnos lo que merecíamos, sin importar que fueran las 4 de la mañana, no cuando «16 horas» suena en los altavoces y se ponen a «Saboreal» el ambiente, ese que ellos saben iluminar y hacer explotar cual bengala con un final poderoso «En Invierno» uno de esos hits que deben hacer grande a uno, conexión pura y química electrizante con su gente, donde con los brazos en alto, saltos levantando el polvo y gritos alocados acompañaron al trío hasta que desapareció del escenario.
Final grande que dejaba el pabellón alto y que seguro hacía que el que pretendiera irse tuviera el subidón impregnado en su interior y decidiera quedarse a la sesión dj final.
Medio aseados con el lavado de gato, la banda salía a tomarse algo y saludar tras muchas horas de tediosa espera, pero con el saber de la labor cumplida y dejando patente que DINERO es puro pinchazo de adrenalina musical. Como todo backstage pasan cosas curiosas y en Dinero vienen a ser algo «autodestructivas» con Ekain porra en mano de un agente de seguridad dando gritos de «que estoy muy loco» en lo que fue un ataque de locura sana verdaderamente memorable. Cosas del directo secundario.
Así nos daban horas de recogida de vampiros y caminata zombie hacia alguna cueva musical que acogiera los restos de las hordas de gente que quería tomar ese último trago. En procesión nos adentrábamos ya amanecido en un local de la zona para despedir bajo el incipiente sol un día que ya era otro para nosotros.
Siguiente tarea, la de ver ante mis ojos que solo tres horas después de abrazarme a la cama tenía a Nacho y Ekain listos para recoger, despertando a Sean y poniendo rumbo a… un bar, qué otra cosa si no, ya habría tiempo de volver a casa. La tasca de Pibe en Petrer, pueblo pegado a Elda, ese bar de no solo cremas de arroz con leche híper recomendadas, si no de cañas y tapas de todo tipo que hacían nos cargáramos las pilas para el viaje de vuelta.
Risas y más risas, anédcotas de la noche anterior dy refrigerio de nuestro gaznate para partir bajo el calor de Elda. Despedida y cierre con cuerpo de jota pero la sensación de haber asistido a un alacant style party muy DINERO, un trío de figuras musicales de su padre y de su madre sin igual, y pequeño gran divertimento rock en directo.
Texto y fotos: Miguel Rivera
@rocktotalweb