VOLBEAT – «Rewind, replay, rebound»
Interscope Records
Queda claro que VOLBEAT ha ido, con los años, evolucionando en cuanto a sonido hacia derroteros digamos, más comerciales, no exentos de calidad y personalidad. Es por tanto recurrente decir aquello de la «búsqueda de otros públicos», o abrir el campo, que nada de malo tiene. Como ya hicieron In Flames en su momento, la banda danesa ha querido, desde la base de rock rock a medio camino entre Elvis y Metallica, forjar un sonido más melódico y pegadizo con cada trabajo.
No hay duda que el grupo liderado por el cantante Michael Poulsen, ha logrado mantener gran parte de sus seguidores y sumar otros oyentes a una fórmula, que en estudio sigue funcionando, con la premisa de no hacer discos malos, sí mejores o menos buenos.
Bien, aquí tenemos su vuelta titulada «Rewind, Replay, Rebound» un disco de gran potencial sonoro, de producción impecable y, como venía diciendo, de derroteros tan melódicos como contagiosos, lo que quiere decir, estamos quizás ante uno de sus discos más abiertos en lo musical.
Es por tanto este álbum un disco que contiene la esencia de los Volbeat más genuinos y rockeros , ahí tenemos «Pelvis on fire» que es justo eso mismo, una pieza de los comienzos contundente y para mover la pelvis al son del estilazo de Poulsen «Presley». También el rock desenfadado y poderoso de «Die to live» junto a Neil Fallon de Clutch, con el estilazo ganster y oscuro de «Sorry sac of bones» con cierta experimentación que también tiene dejes sonoros surferos.
Esa es la parte más originalmente Volbeat de antaño. Lo que resta en gran parte, son temas de melodías más facilonas, desde «Last day on earth» hard rock con un estribillo de los que se graban por repetitivo. Hay cortes mucho más melosos de voz, véase «Rewind the exit» con ayuda femenina y precioso estribillo emocional. Tenemos la parte más edulcorada en medio tiempo como «When we were kids» con especial atención al buen hacer de Caggiano a la guitarra. Un tema más peliculero.
No podemos dejar de lado la efectividad, nuevamente con voces femeninas de «Cloud 9» otro tema de energía rock norteamericana que se clava fácilmente bajo coros y melodía tan contagiosa como sencilla.
«Maybe i believe» o «7:24» siguen esos derroteros y beben de influencias del pop ochentero sin aunque con guitarras contundentes y todo con exceso de reverb de Michael Poulsen y músculo melódico. No hay duda que se siguen alejando de los derroteros más metálicos de sus inicios para «venderse» en el sentido más natural del término. Más fáciles en lo musical y con gancho suficiente para atrapar nuevos oídos, aunque sin saber si los más cerrados al término metal se quedarán en el camino.