25/02/2023 / La Riviera Madrid. Promotor: Live Nation
En junio de este año se cumplirán seis años desde que la exitosa banda finlandesa HIM se despidiera en una Riviera madrileña que acogió muchos de sus sold out en la capital a lo largo de su trayectoria.
Una despedida de una de las bandas más respetadas que acuño el término «Love Metal» como género cuando a finales de los años 90 explosionó como un joven grupo oscuro y misterioso, en el que un tema como «Join me in Death» y su versión del «Wicked game» de Chris Isaak les convirtieron en éxito internacional.
Muchas fueron las veces que les pudimos ver, incluso con unos efervescentes Sôber por aquel entonces abriendo en su primera Riviera. El tiempo pasó y con más de dos décadas de historia, el grupo liderado por su icónico frontman, Ville Valo, se despedía como formación en un 2017 que sirvió para su «Farewell Tour» como adiós.
No solo La Riviera, meses después de ese mismo año tuve la fortuna de repetir en una segunda despedida de ellos en el Hammerstein Ballroom de Nueva York como punto y final.
El silencio llegó, un proyecto con un músico finlandés fue lo único que le conocimos a Ville en su hiato musical hasta que en pleno confinamiento resurgió bajos sus siglas VV para lanzar tres canciones dentro de un mini EP «Salute the sanguine» y hasta ahora.
En enero de este año volvía, ahora sí, convertido oficialmente como VV (Ville Valo) en su debut en solitario, retrasado por las circunstancias como bien nos contó en esta entrevista. La expectación por volver a escuchar y disfrutar del músico finlandés reconvertido bajo su nombre se acrecentaban, tanto es así que como si nunca se hubiera ido, Ville agotaba las entradas en su vuelta a España con sus conciertos en Barcelona y Madrid.
Anoche volvimos a encontrarnos con el aura misteriosa que siempre hizo enloquecer a sus fans, uno de esos conciertos en los que los gritos son protagonistas y en los que los cientos de personas que encuentras a tu alrededor se saben sus canciones de principio a fin, al menos las de HIM.
No podemos llevarnos a engaño, la banda siempre fue Ville Valo, aunque reconocíamos a Mikko o Mikka Karpinen a la batería en sus conciertos, su frontman fue quien se llevaba el crédito del público y ahora más si cabe.
VV es continuista en su fórmula, con «Neon Noir» como propuesta en la que el rock romantizado definido como «Love metal» continúa, amén de su carismática y querida voz. Tiempos de oscuridad, amores, corazones rotos y propuesta de negro sobre el escenario en la que poco ha cambiado. Una gorra, pelo corto y la desaparición del cigarrillo, para llevarse más si cabe la atención de público y luz de focos, con su «Heartagram» de fondo que hacía lucir el VV en su diseño, entrando de lleno en el juego de corazones rotos y aleteos de mariposas con los que recuperar el «tiempo perdido».
La fórmula es la que esperábamos, y así funcionó todo, hora y media de oscuridad y griterío enloquecido para jugar a una sí y una no en un repertorio que se movió, milimétricamente, entre canciones de VV y grandes éxitos de HIM.
Imaginaros, seis años sin ver sobre el escenario a Vallo solo podrían crear más intensidad si cabe en una sala en la que encontrábamos a Carlos Escobedo de Sôber o los chicos de Romeo entre otros músicos, para disfrutar de un concierto como que comentaba, no iba a sorprender porque no buscábamos eso, la mayor sorpresa convertida en «incertidumbre» se daba por saber cuántos temas de su antigua banda recuperaría.
Desde los gritos al salir, tremendos por cierto, ya sabíamos que VV no ha cambiado las directrices. Muy delgado y estiloso, con unas Converse vistiendo un traje negro, nos fundía en ese «Echolocate your love» para caldear un ambiente que se tornó más «love» que nunca cuando los acordes de «The funeral of hearts» inundaban nuestros corazones ante la locura del personal.
La magia de Valo, acercádose al filo del escenario y embelesando con su cálida voz a una completa Riviera, sigue intacta y sigue siendo infalible, tanto en esos temas más tamizados de su nueva fórmula como un enérgico «Right here in my arms», que sonaba enfurecido, casi mismas ganas ellos que nosotros de recuperar ese discazo de HIM, del que por supuesto, llegaría un clímax más adelante con su inolvidable «Join me in death».
Las cosas siguen sin cambiar, tanto como que en más de una hora solo dejó un comentario de «muchas gracias», para adentrarnos en ese mundo oscuro a la par que bello de guitarras, teclados y melodías que contagian, véase «Loveletting», uno de los medios más bonitos de su nueva obra, a la par que «Runaway from the sun» de esos temas que te llevan por sus «cementerios» musicales en los que entregarte a su música.
No había tiempo para distracciones, porque el juego era continuista, y lo era en todo, desde la fórmula, un tema nuevo y un tema antiguo entrelazados, sin palabras para el público mientras cantaba junto a otros cuatro músicos que ahora sí, juegan su baza existencial, tocar, pero cuya presencia es de acompañamiento a una oscura estrella que ahora brilla más ennegrecida que nunca.
El repertorio de HIM volvía a funcionar engrasado y Ville reluce más si cabe porque no «compite» con nadie, él es el líder y este nuevo proyecto así lo atestigua, desde los cortes nuevos como «In trenodia» o la dulzura calmada y triste de «Heartful of ghosts» hasta la locura existencial de una nostalgia recuperada como «Wings of the butterfly» con todos cantando, «The kiss of dawn» y la calidez evocadora de «When love and death embrace», un corte que me llevaba nuevamente a aquel 2017 en que disfruté de forma muy personal tanto en Madrid como en la ciudad de los rascacielos como parte ya de un recorrido de directo que siempre guardaré en un rincón especial.
Reencontrarse con clásicos como #RightHereInMyArms ahora como #VV @LaRivieraSala pic.twitter.com/Eouz8kMMfd
— RockTotal (@RockTotalweb) February 25, 2023
Ville sigue siendo un gran frontman en lo suyo, poco o nada de hablar, solo en el tramo final para presentar a los cuatro músicos fundidos en negro, aplaudidos pero como acompañantes del líder nato que es, dejando un mensaje muy claro: «gracias por estar aquí cuando podríais estar haciendo otras cosas, como estar viendo Netflix, algo que ha conllevado la pandemia».
Su voz conseguía enamorar bajo esa oscuridad que el finés sigue elevando con sus grandes éxitos, véase una recta final que seguía las mismas directrices, dos temas como VV y dos de HIM, para encontrar la fuerza de los hits «Soul on fire» y ese regalo que siempre fue «Poison girl» para «envenenarnos a todos», disfrutar de su montaña musical del rock gótico de «Salute the sanguine» y un final lento y embriagador, el que marcaba con «Saturnine saturnalia» para despedirse, esta vez hasta la próxima.
Y con los aplausos en lo oscuridad de la sala madrileña despedíamos el esperado reencuentro, seis años después de la gran despedida, para abrazar ahora a un Ville Valo que ya brilla solo sin sus antiguos compañeros, en una propuesta que es continuista pero esperada, para una nueva fórmula en la que forja nuevos temas con un directo de grandes éxitos de su ex banda. Sin sorpresas, las que nadie esperaba para volver a disfrutar de su estilo, único y reconocible.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Javier García
